Cuando un hijo se divorcia

Por Lenín E. Salmon
01 de Diciembre de 2013

Es triste cuando una pareja decide divorciarse, pero sucede. Si hay hijos, la primera preocupación de la familia es protegerlos de daños mayores y todo lo que se pueda hacer para precautelar su bienestar debe realizarse. Pero ellos no son los únicos damnificados por esta decisión. Sus abuelos (los padres de la pareja) también sufrirán cambios en sus vidas y les causará mucho dolor el tener que adaptarse a una nueva realidad para la que nunca se prepararon. El divorcio de un hijo(a) obliga a una pareja mayor a replantear su vida, literalmente. Ellos modificaron su forma de vivir para hacerles, con mucho amor, un espacio importante a las necesidades y deseos de sus nietos (y comodidad de sus hijos), tal vez a un alto costo.

Al sobrevenir un divorcio todo este esquema colapsará y se convertirá en escombros de pena, frustración e incertidumbre, justo cuando ya no se dispone de la suficiente energía, tolerancia o recursos.

Pero aun en estas precarias condiciones su papel es ayudar, y de varias maneras. Deben medir bien su reacción inicial a la noticia, porque esta marcará el ritmo de sus futuras intervenciones; hay que evitar que las emociones entorpezcan su sentido común. El hijo(a) necesita sentirse apoyado, pero deben abstenerse de hablar mal de su expareja (la relación con ella determinará en mucho el futuro de la relación con los nietos). Los abuelos pueden sentirse emocionalmente devastados por los hechos, pero deben atender sus heridas al margen del escenario principal.

También, en lo posible y por el bien de los niños, deben mantener una relación de cooperación con sus exconsuegros. Si es del caso, ofrecer alojamiento y/o ayuda económica al hijo puede ser beneficioso al comienzo, estableciendo límites. Por encima de todo, los niños deben considerar el hogar de sus abuelos como su refugio y el puente entre ellos y sus padres, especialmente si es un divorcio conflictivo. Los abuelos deben esforzarse en demostrarles que en su casa, que también es la de ellos, nada ha cambiado y que siempre encontrarán el mismo ambiente de amor, tranquilidad y seguridad de toda la vida. Una vez más, el trabajo de los padres parece que nunca termina.

lsalmon@gye.satnet.net

  Deja tu comentario