Algo personal en Navidad

Por Lenín E. Salmon
23 de Diciembre de 2012

La época navideña trae consigo algo único, y es la motivación hacia la sensibilidad. A la mayoría nos vuelve más amigables, más solidarios, más generosos (a algunos también más tristes y depresivos, pero hoy tratemos de no abrir esa puerta). Es una época de preocupación sobre cumplir compromisos y obligaciones (regalos, visitas, tarjetas, etc.) que parecen no tener fin, ni tiempo suficiente (y-o dinero) para satisfacerlos. Es una época en la que quisiéramos poder satisfacer las necesidades y deseos de todos nuestros dependientes. Es un trabajo agradablemente agotador que termina bien pasada la Nochebuena (sobre todo para los que tienen que cenar en dos o tres partes). Aun así no cambiaríamos nuestra celebración por nada en el mundo, porque más allá de los regalos y el pavo, la Navidad significa unión familiar en amor y alegría, compartiendo con propios y extraños un sentimiento de solidaridad universal. En cierta forma es como sentir un nuevo comienzo, como que si nos sintiéramos un poco más limpios por dentro. Y no es que estos sentimientos no existan el resto del año, sino que en esta época el espíritu colectivo de buena voluntad crea un ambiente especial que los pone de relieve en todas partes, como si se sintieran en el aire y nos contagiaran a todos haciéndonos actuar con mejor intención, con mejores propósitos.

A este ambiente tan halagüeño le podemos añadir algo más personal, más íntimo. Podríamos, por ejemplo, tomarnos un momento (mañana o el 25) para reflexionar sobre todo lo favorable que nos ha sucedido desde la Navidad pasada y agradecer por todas estas bendiciones (algo que no todos hacemos). Pero además podríamos recordar los eventos en que nuestra participación significó un momento especial para otras personas (un favor hecho, un esfuerzo realizado, un agravio perdonado, una compañía en un momento de necesidad) y sentirnos felices de haber sido parte de algo importante en la vida de nuestro prójimo. O podríamos brindar por nuestros logros personales (haber aprendido algo nuevo, cambiado algún hábito perjudicial). En estos tiempos que vivimos qué bueno es poder encontrar un motivo válido para celebrar. ¡Feliz Navidad!

lsalmon@gye.satnet.net

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