El jeque
Todo un jeque, de pies a cabeza. Pero como con todo beduino nómada del desierto, odia hablar de política (es en serio, cero sarcasmo, se los juro por san Duchito), por lo que no les puedes pedir que por favor no hablen de política. Porque igual lo harán. Me lo topé en una reunión para conmemorar el Nakba*, en una pequeña aldea llamada Khan al-Ahmar.
¿De dónde es?
De Beerseba (llamada la capital del desierto del Néguev).
¿Qué onda con su facha?
La ropa de los beduinos los conecta con el desierto. Cuando ves a un beduino, su ropa te dice que es un hombre fuerte, bueno, como un juez. Somos como príncipes en el desierto. Pero con el tiempo las cosas cambian.
¿Como qué tipo de cosas?
Los israelíes tratan de cambiar nuestro estilo de vida, esa buena vida. La hacen más difícil para los aldeanos. Eso no es bueno para los beduinos.
¿Cómo sería la vida normal para un beduino entonces?
Vivir en una carpa, ganadería, terrenos amplios a su alrededor. Tierra de pastoreo. Tomar leche, comer carne. Muy relajado, no como en la ciudad. En la ciudad la gente se enferma, nostros ni sabíamos lo que era el cáncer.
Entonces, acorde a sus tradiciones, ¿no necesitan de fronteras, países o gobiernos?
En el desierto las fronteras no importan. Los europeos nos cambiaron la vida al poner fronteras.
*El Nakba se celebra cada 15 de mayo. Es el día en el cual los palestinos recuerdan el inicio del éxodo palestino y la creación del Estado de Israel. (E)
