Budín de naranja

08 de Mayo de 2016
Patricia Baquerizo de Reyes

BUDÍN DE NARANJA

Ingredientes:

  • 1 cake de vainilla mediano (o puede ser comprado de paquete)
  • 2 1/2 tazas de jugo de naranja
  • 2 tazas de azúcar
  • 4 huevos enteros
  • 3 claras de huevo adicionales
  • 1 cucharadita de ralladura de limón
  • Hollejos de naranja para decorar
Preparación:

  1. Corte el cake de vainilla en cuadrados medianos y póngalos en un molde rectangular.
  2. Mezcle el jugo de naranja con media taza de azúcar y riegue el jugo encima del cake para que se remoje bien.
  3. Mientras, en otro tazón mezcle los cuatro huevos con media taza de azúcar. Esta mezcla riéguela sobre el cake remojado en jugo.
  4. En un tazón grande, bata las tres claras a punto de nieve, añada la ralladura de limón y con movimientos envolventes una la parte del cake con las claras.
  5. Con una taza de azúcar haga caramelo en una sartén y cubra un molde redondo para budín. Ponga la preparación del cake dentro del molde acaramelado y hornee a baño maría a temperatura 350 °F o 175 °C durante una hora.
  6. Deje refrescar el budín hasta que esté tibio y dele la vuelta en una linda fuente.
  7. Decórelo con hollejos de naranja y sirva.

Nota 1: Rinde 20 porciones aproximadamente.

Nota 2: Baño maría significa poner a cocinar el budín dentro de otro recipiente con agua.

Nota 3: Receta inédita de Erna Clara Seifert.

Mi mamá era genial. Recuerdo que tenía mil frases y refranes que calaron muy hondo en mi memoria y se han convertido en parte de mi vida y la de mis hermanas. Lo primero que nos decía: “Chicas, saluden; chicas, sonrían”. Para entrar en cualquier lugar. Aprendí a...

Respetar y amar a las personas mayores.

Dar sin esperar nada a cambio.

Trabajar con la sonrisa en los labios y hacerlo bien porque el ocioso trabaja dos veces.

Recibir en casa con los brazos abiertos, porque su generosidad y hospitalidad no tenían límite.

Pensar siempre bien de la gente.

No abrir correspondencia que estaba dirigida a otra persona ni coger nada que no era mío.

Con el tiempo, pasó la vida y nos decía: “Las mamás no podemos darnos el lujo de cansarnos”. Y una de sus frases célebres era “te metiste a soldado, ahora tienes que marchar”. Para decirnos que la vida trae consecuencias que debemos asumir, por supuesto siempre con entereza y una sonrisa.

Así es la vida, mi mamá vive en la gloria de Dios y me alegro poder transmitirles, mis queridos lectores, estas enseñanzas a través de la palabra escrita, porque mi oralidad se quiebra ante la fuerza de mis sentimientos. Siempre la tendré presente y agradeceré por el privilegio de haber sido su hija.

La historia de esta receta es un descubrimiento de mi papá, quien buscaba unos documentos y se encontró la libreta escrita con el puño y letra de ella; me la entregó y me ha parecido una belleza poder compartirla con ustedes en este día tan especial y en su memoria.

¡Feliz Día de la Madre! Y no olviden agradecer a su cocinero (a) de hoy. (I)

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