En la vía a Samborondón: Mariscos de moda

Por Epicuro
04 de Marzo de 2012

“Mariscos Azul merece un puesto muy destacado y se debe a unos factores innegables: la trayectoria de la dueña, Beatriz Osorio, a quien seguí durante varias décadas en Barandúa Inn y Frescos”.

Sin lugar a dudas en todo lo que se refiere a cangrejos, Red Crab lleva la delantera. Sin embargo, poniendo también en capítulo aparte a El Caracol Azul, en el centro, con sus treinta y seis años de vida exitosa. También creo que Mariscos Azul merece un puesto muy destacado y se debe a unos factores innegables: la trayectoria de la dueña, Beatriz Osorio, a quien seguí durante varias décadas en Barandúa Inn y Frescos.

Su presencia constante en la cocina, tanto en el local de Samborondón como en la avenida Las Monjas (no tiene el don de  ubicuidad u omnipresencia pero sabe multiplicarse y dirigir ambos locales). Su profesionalismo que le permitió adiestrar a un personal impresionantemente bueno en amabilidad y eficiencia.

Me hice presente un domingo de temporada, suponiendo que el restaurante estaría muy tranquilo, con poca clientela, pero a las dos de la tarde estaba casi completamente lleno. El pequeño local con climatización tiene pocas mesas pero la terraza permite recibir a un numeroso público.

Invité a una amiga mía de varias décadas y pude así probar distintas especialidades del restaurante... lo que no logro hacer cuando almuerzo solo. Ella pidió un cebiche de camarones teniendo que escoger entre la receta ecuatoriana y la peruana. La carta propone variedad de cebiches, entre ellos el de pangora, que fue el que escogí pues siempre prefiero esta a la langosta.

Desde luego Mariscos Azul tiene un toque peruano, no faltan los tiraditos, papas a la huancaína, scallops a la Chalaca (un plato típico de Callao); causas de atún, cangrejo, pulpo. Sabemos que los mariscos se llevan muy bien con el gratinado, la bechamel, el queso. Hay una excelente corvina a la Florentina y casi todos los frutos de mar pasados por el horno.

Mi amiga pidió unas brochetas mixtas de lomo, pollo, vegetales de muy buen aspecto y sabor, yo quedé fiel a la parihuela muy bien lograda tanto por la variedad de mariscos incluidos, la impecable sazón con un dejo picante bien equilibrado. Me gustaron a la vez el detalle de las pinzas de cangrejo, la presencia de un langostino, unas rebanadas de pescado.

Prueben el majarisco, majado de verde con salsa de mariscos, los diversos piqueos destacándose la Gran Fritura (chicharrón de pescado, camarones, calamares, salsa golf). Si quieren un plato de toque dietético puede ser la corvina a la plancha con legumbres y papas al vapor pero me suena muy bien eso de la corvina en mantequilla negra con alcaparras o rellena con camarones en salsa  de cangrejo.

Desde luego está el Tacu-Tacu con lomo montado (viene con maduros y salsa criolla) o con mariscos; están las cazuelas. Hay pastas pero no es un sitio para ir a comer platos italianos; en cambio tienen siete variedades de arroces. No debo olvidar los camarones encocados con salsa de naranja, la corvina rellenada con camarones en salsa de pangora. Claro está, el ají de gallina, el arroz con pollo a la Chiclayana, el chupe de pescado ¿qué más quieren? ¿Tal vez el baby pulpo al grill?

La carta de vinos es quizás la mejor de la ciudad pues incluye un centenar de etiquetas entre las cuales están los clásicos: Errázuriz, Caliterra, Casa Lapostole, Doña Paula, Montes, Santa Rita, Álamos, Trapiche, Torres, Faustino, siendo el Takun vino de casa que se puede pedir por copas. Detalle importante que pasan por alto muchos restaurantes: hay unas cuantas etiquetas en botellas individuales (media) si usted está solo o si su acompañante bebe gaseosas.

epicuro44@gmail.com

 

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