Desayunos ligeros: Opciones económicas

Por Epicuro
30 de Octubre de 2011

McCaféEn el McCafé han separado el sitio de los pedidos y el rincón del café donde pueden encontrar la gama de espreso, capuchino, mocachino, chocolate caliente, jugos, pasteles, quiches.

En mi hogar suelo desayunar con una taza de café con leche y dos tostadas, pero el domingo pasado se me antojó iniciar el día en otro lugar. En Guayaquil abundan los sitios mañaneros. Creo que Tinta Café, Sweet & Coffee son unos de los mejores, mas existen muchos más; quise probar el McCafé de la avenida Orellana.

Eran las ocho de la mañana pero la gente llegaba continuamente. Opté por lo clásico: huevos revueltos con tocino, un espresso, un vaso de leche fría. El revoltillo casero permite fantasías como el hecho de añadir jamón de varios tipos, tocino, tomate, cebolla y hasta alverjitas. En McCafé lamenté que la tira de tocino haya sido microscópica pero sabrosa.

McDo, como lo llaman internacionalmente, tiene detalles que me gustan, por ejemplo, este desafío anual a un chef renombrado para que realice una cena completa con entradas, platos fuertes, postres, usando solamente los ingredientes de la marca. Eso nos vale sorpresas bastante gratas. El ingenioso chef del restaurante Coquus, Sebastián Villavicencio, sortea muy bien la limitación de los ingredientes. Ama su oficio y se siente.

No soy  un aficionado a la comida rápida, consumo poco  hamburguesas, perros calientes, pero me encantan las papas fritas. Mis lectores saben que me inclino hacia la llamada slow food,  cocina lenta, platos elaborados con tiempo, amor, dejando a un lado lo hecho a la carrera de un modo estereotipado. Debo reconocer   que salí, sin embargo, contento después de desayunar. El revoltillo tenía  buen sabor  y textura (lo que no es siempre el caso en ciertos hoteles de cinco estrellas donde me asusta ver  una olla inmensa  llena del producto que enarbola muy de repente sabor a papel masticado).

Una hamburguesa en París, en Roma me parece una herejía habiendo tantas maravillas gastronómicas, pero respeto el gusto de cada cual. La carne molida se presta para múltiples variaciones, me encanta el clásico parmentier de pato (una capa de puré con crema o mantequilla, una de carne molida de pato con cebollitas finamente cortadas y setas, otra capa de puré, así sucesivamente, cubrir con queso gruyer  o parmesano para gratinar en el horno). También los tomates y pimientos rellenos.

En el McCafé han separado el sitio de los pedidos y el rincón del café donde pueden encontrar la gama de espresso, capuchino, mocachino, chocolate caliente, jugos, pasteles y quiches. Todo está listo para el mejor desayuno o para una tertulia entre amigos.

Me agradó que hayan puesto en mi mesa el vaso de agua fresca, la sal, el azúcar, los endulzantes  sin que tenga que pedirlos.  Las camareras son  eficaces, aunque me gustaría verlas más risueñas: las primeras sonrisas de la mañana son siempre bienvenidas. También llegaron la mantequilla, la mermelada de frutilla, un excelente muffin, pan redondo suavecito. Hay facilidad para estacionar su vehículo y abren muy temprano.

Cuando se habla de McDonald’s mencionamos 32.740 franquicias en 121 países (1.140 en Francia y más de 12.000 en los Estados Unidos) lo que vuelve relativa toda crítica  a la influencia norteamericana. Se habla de macdonalización o macdominación,  pero el éxito está a la vista hasta en países socialistas o comunistas. Debo decir que no me agradan las gaseosas, prefiero siempre un jugo fresco. Pues, vayan con la familia a desayunar en McCafé.  Es una grata experiencia

epicuro44@gmail.com

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