Bajo la tutela de Da Vinci: Cocina italiana

Por Epicuro
02 de Marzo de 2014

“La Madonna evolucionará hasta encontrar su definitivo sello personal. Le deseo el mayor de los éxitos. Poner un restaurante constituye un desafío que merece sumo respeto”.

Espagueti a la amatriciana (bucatini all’amatriciana).Pudo haber sido Rafael, Tiziano, cualquier pintor renacentista, mas optaron por Da Vinci aunque en nuestro siglo La Madonna sugiere más bien la imagen de Louise Verónica Ciccone, cantante y actriz estadounidense.

Ubicado en el centro comercial La Piazza, el restaurante que lleva este nombre enarbola a la entrada el infaltable retrato de La Mona Lisa. Como recién abrió hace unos días, pienso que se debe darle cancha para que desarrolle sus posibilidades de éxito. Por lo pronto, pude notar datos positivos como lo es en primer lugar la formación adecuada del personal, desde quien nos recibió y nos dio datos acerca del nuevo establecimiento, hasta el sommelier que nos presentó cuatro botellas aclarando que la carta se halla en proceso de impresión.

Opté por un vino de Catena que tardó un poco en abrirse pero reveló luego discretos aromas frutales, un fino dejo terroso, algo de pimienta, buena concentración de sabores. El servicio es suficientemente rápido, los camareros conocen su oficio.

Fue una excelente sorpresa la de leer en la minuta que el IVA y el servicio están incluidos en los precios, dato poco común pero resulta ser un punto a favor. Los diversos precios pueden considerarse como adecuados si se toma en cuenta la categoría del sitio. No se buscó una cantidad ilimitada de platos pero hay la suficiente versatilidad para nuestra elección. El ambiente –muy abierto– es elegante, supieron escoger manteles y copas, abundan los detalles, los ingredientes presentados como los panes, el aceite de oliva, son de muy buena calidad. Hay un reservado para reuniones y un par de mesas ubicadas en rincones de mayor privacidad. Se buscó crear una atmósfera de mucha luminosidad.

Pude probar una entrada mixta de queso y jamón; me hubiera gustado encontrar una mayor variedad. Es grato en un restaurante italiano poder saborear a la vez un buen prosciutto, mortadela, copa y salami, aunque el precio del plato fuese algo más costoso u opcional. Los ñoquis en salsa de cuatro quesos se deshacen deliciosamente en la boca, recomiendo mucho este plato. Mi vecina escogió unos fettuccini elaborados como es debido, mi vecino optó por unos ravioles también en salsa de cuatro quesos, buen sabor, pero mi amigo encontró la porción algo pequeña.

La carta solo propone como postre un cheesecake de buena hechura y un copa de pana cota con gelatina de fruta. Deberían ofrecer como opción la pana cota pura sin guarnición. No probé el tiramisú, luego no puedo opinar. Anuncian que tendrán pronto helados artesanales.

Son ustedes, mis lectores, quienes tendrán la última palabra. Luigi Passano en Riviera, Colombara en La Casa di Carlo más Carlo y Carla siguen liderando la gastronomía italiana. La Madonna ofrece algo diferente y resultará grato poder alternar nuestras salidas. La Piazza en la avenida Samborondón ofrece seguridad, facilidad de estacionamiento. La planilla fue de $ 216 para cuatro personas, lo que luce razonable si tomamos en cuenta que a los precios anunciados en la carta no tenemos que sumar el IVA o el servicio, luego el malbec argentino de Catena incrementó el valor de la factura.

La Madonna evolucionará hasta encontrar su definitivo sello personal. Le deseo el mayor de los éxitos. Poner un restaurante constituye un desafío que merece sumo respeto.

La Piazza ha visto nacer y morir a muchos restaurantes. Los empresarios deberían analizar cuidadosamente las posibilidades de inversión. Mi pregunta es ¿Hay suficiente demanda para tantos restaurantes?

epicuro44@gmail.com

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