A30_13_04_2014 LR DOMINGO

Educando al alumno integral

A CLASES la re vista 29 ......................... que los niños o adolescentes, en lugar de estar pensando en el consumo de drogas, canalicen sus situaciones emotivas a través de este arte”. Expresión de sentimientos Para la maestra y bailarina Gioconda Minervini, rectora del Instituto Nacional de Danza Raymond Maugé Thoniel, es importante que los estudiantes, niños o adolescentes aprendan danza porque les permite una formación plena e integral, y esta les ayuda a conformar su propia y esencial identidad. Incluso, agrega, potencia el desarrollo de las capacidades en la expresión de sentimientos e ideas, de la percepción y exploración del movimiento, así como el desarrollo creativo que se interrelacionan como elementos de comunicación. La danza también permite a los estudiantes desarrollar la capacidad expresiva, física, cognitiva y motriz. En su ejecución, estimula el desarrollo de habilidades motrices como el ritmo, la fluidez, la dinámica, la transmisión y la precisión del movimiento. Incluso mejora las habilidades académicas con desarrollo mental e intelectual, mayor concentración y creatividad. Además, asegura Minervini, en lo psíquico y en lo social, la danza ayuda a mejorar la autoestima y autoconfianza por la interacción grupal, el conocimiento propio y P de los demás, y por el desarrollo de valores como el respeto, la tolerancia, la amistad, la cooperación y la solidaridad. Beneficia a la salud Para Minervini, la danza también mantiene al alumno en óptimas condiciones físicas al aprender a tener una vida activa. Este arte les aumenta la flexibilidad, les brinda fuerza, resistencia física, mejora la postura corporal y la función cardiovascular; además contribuye a una buena circulación sanguínea, desarrolla un balance y una correcta coordinación motriz. El tipo de danza que se debe enseñar a los alumnos depende del nivel en que se encuentren. En el preparatorio lo recomendable es expresión corporal; en la educación básica elemental, danzas tradicionales, de salón o populares; y en la educación básica medio y superior, ya se puede tomar clases de ballet clásico y contemporáneo. “En la educación básica el trabajo en la danza debe inducir a preservar la espontaneidad, a estimular la búsqueda imaginativa y a valorizar el momento de producción del movimiento más que al resultado del movimiento mismo”, indica Minervini. Por último, agrega, es importante que quienes enseñen danza sean maestros especializados en esta disciplina y cuenten con licenciatura en danza o título de bachiller en artes especialidad danza. Solo así podrán ponerle el “ritmo” más adecuado a la vida de los alumnos. (S.M.) Te s t i m o n i o Para Fátima Ordóñez, profesora de idiomas, magíster en educación superior y comunicadora, la danza la ha ayudado, en general, a poder expresar de manera adecuada sus sentimientos e ideas. El entrenamiento riguroso del cuerpo, dice, ayuda en la formación y equilibrio del sistema nervioso. “Bailar en el escenario de un teatro es un entrenamiento para la vida profesional: se trabaja a presión y de la mejor manera posible para dar un buen show”. Para ella, ser bailarín implica siempre el reto de perfeccionarse física y temperamentalmente a uno mismo día tras día. También permite apreciar las cualidades y el esfuerzo de los compañeros de danza y, con esto, se logra comprender que en la vida cada ser humano aporta algo valioso para que todo fluya con normalidad. “Recuerdo que siempre aplaudíamos (detrás del telón) muy fuerte cada vez que veíamos que algún compañero realizaba algún paso complicado, aplaudir era sinónimo de apoyo y de aprecio para nosotros mismos como grupo”, asegura Fátima, quien fue bailarina de ballet por catorce años. Clase de danza en la academia Raymond Maugé Thoniel. sigue ›› ESPECIAL de la revista 29 Fotos: Archivo


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