“Un artista no 30 la re vista ......................... puede fallar, ya es un éxito ser artista”, expresó, años atrás, el destacado sociólogo norteamericano Charles Horton Cooley. Frases como esta expresan el pensamiento que ha guiado a miles de músicos, pintores, bailarines y demás, a lo largo de la historia, a perseguir su vocación y lograr que su trabajo se destaque. Esta lucha, sin embargo, a menudo debe superar factores externos. ¡E internos! Muchos de ellos han debido enfrentarse también a sí mismos como su mayor enemigo. Ese fue el caso del pintor Vincent van Gogh, quien llegó a advertir: “Si escuchas en tu interior una voz que te dice ‘tú no puedes pintar’, eso solo significa que debes pintar, y entonces esa voz será silenciada”. El diseñador de origen alemán Peter Mussfeldt recuerda que decidió dedicarse al arte cuando tenía 15 años. El objetivo: crear un mundo diferente de aquel en el que creció. “Viví mi infancia y adolescencia en la Alemania posguerra, en la zona que se convirtió en un estado comunista, dominado por la Unión Soviética”, recuerda. “Un país destruido en el que los jóvenes no teníamos ninguna oportunidad de alcanzar nuestras metas y nos debíamos ¿Por qué ser un artista? resignar a un futuro triste y sin pe rspectiva”, agrega. Fue entonces, recuerda Mussfeldt, cuando decidió tomar el rumbo de su vida y perseguir su sueño. “En ese entonces no sabía que tenía talento, pero deseaba romper ese ambiente mediocre y crear mi propio mundo. Desde entonces tomé la decisión de ser un artista y luché por eso”. Ana Wiesner, directora de la Escuela Rusa de Ballet, comenta que fue la belleza de la danza y la expresión corporal lo que la cautivó. “Ingresé a la escuela de ballet de la Casa de la Cultura a los 7 años y desde ese primer encuentro con la danza no he dejado ni un solo día de respirarla”, dice. “Lo primero que te atrapa es su inmensa belleza, la música, la ligereza del cuerpo, la expresión de los sentimientos humanos a través de los movimientos. Y así te vas convirtiendo por voluntad en su prisionero, porque cuando llegas al escenario, la magia es tan envolvente que ya nunca quieres dejarlo”, afirma. Ana explica que, con el paso del tiempo, esa motivación se va transformando y se va haciendo más fuerte con la llegada de nuevos desafíos para el bailarín. Entonces, explica, la fuerza de voluntad se transforma en un ingrediente diario que lo impulsa a realizar nuevos ejercicios y movimientos para perfeccionarse día a día. No obstante, más allá de sus logros como bailarina, Wiesner destaca la satisfacción de ver a sus alumnas “brillar como estrellas en el escenario”. ANIVER SARIO A RT E Dedicarse al arte, en un mundo que da prioridad a las carreras más lucrativas, es un reto. Sin embargo, la determinación de muchos artistas les han permitido alcanzar sus sueños.
La Revista Aniversario
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