A25_ 18_08_2013 LR DOMINGO

La Revista Aniversario

Conducta motivada Para Jorge Pazmiño, psicólogo organizacional y máster coach, la motivación se utiliza en los diferentes aspectos de la vida. Por eso debemos aprender a encontrar lo que nos mueve internamente, eso que nos apasiona. “Mientras algunas personas trabajan por conseguir su sueldo, lo cual las alegra únicamente un par de días al mes, el 15 y 31, hay otras que eligen disfrutar de lo que hacen diariamente, lo cual les permite que tengan una vida con mayor pasión y, sobre todo, con mayor energía”. Cada individuo, agrega, tiene un mundo único y maravilloso por descubrir; por lo tanto, lo que motiva a unos y a otros es muy diferente. Habrá quien aspire a tener una profesión, ganar más dinero, viajar, comprarse un carro o simplemente llevar una vida tranquila, relajada y saludable… Entonces, la conducta motivada siempre estará orientada y dirigida a una meta que se quiera alcanzar. Lo importante es que la gente, dice Betancourt, descubra cuál es su verdadera motivación y empiece a observar entre los roles que desempeña en la sociedad cuál lo motiva más, si es el de madre, padre, esposo o profesional, entre otros. Incluso puede elegir uno que no esté ejerciendo y que podría empezar como, por ejemplo, una nueva carrera, actividad o trabajo, que le haga sentir más cómodo y que tal vez le brinda mayor oportunidad de crecimiento económico, social o espiritual. Según Pazmiño, debemos motivarnos continuamente tomando en cuenta que nuestra vida está por encima de solo sobrevivir, ya que la motivación significa avanzar hacia la cristalización de nuestros sueños más profundos. “Una clave para ello es tener conciencia de que tenemos un potencial infinito y que poseemos todo lo necesario para lograr lo que nos p ro p o n g a m o s ”. Investigaciones realizadas por 24 la re vista ......................... reconocidos científicos explican que los seres humanos tenemos aproximadamente 1.000 millones de neuronas y cada una posee la capacidad de generar sus propios impulsos eléctricos y transmitir información conectándose entre sí, es como decir mil millones de posibles combinaciones. En otras palabras, dice Pazmiño, tenemos la capacidad en nuestro cerebro de iluminar incluso la situación que nos parezca más oscura. Sin embargo, solo se necesita una condición para poder hacerlo y es el que nos propongamos conseguir la meta. Estilos y manifestaciones Para Samuel Merlano Medrano, psicólogo clínico y doctor en psicología organizacional, el que unos individuos se motiven a sí mismos no es exclusivo de cierto tipo de personalidad, porque todos los seres humanos podemos hacerlo con estilos y manifestaciones diferentes. Sin embargo, lo que sí debemos comprender es que las personas extrovertidas tienden a manifestar la motivación con más impetuosidad que los introvertidos. “No significa con esto que ellos estén más motivados, sino que tienen una forma diferente de expresarlo y comunicarlo”. Los individuos que se motivan a sí mismos, agrega, suelen ser optimistas, con una actitud positiva y una mente abierta al diálogo. Además, están enfocados en las metas, son perseverantes, siempre hablan bien de los demás y transmiten alegría y buen humor en el día a día. En cambio, agrega, los que están desmotivados generalmente han crecido en familias disfuncionales, donde hubo mucho rechazo, palabras negativas y por ende desamor. Son personas enfocadas en el pasado, en lo que les faltó, en lo que sufrieron y en las crisis. “Pero cuando descubren que las motivaciones presentes dependen de ellas mismas, descubrirán una nueva fuente de vida”, asegura. La falta de motivación, dice Pazmiño, es como tener el mejor equipo con la mejor tecnología a su disposición y no utilizarlo. En ocasiones, al no emplear nuestros talentos no solo que los desperdiciamos, sino que se vuelven en nuestra contra, como por ejemplo el de la persona que tiene un exceso de comodidad: deja de caminar, sube de peso y perjudica su salud. El neuropsiquiatra Pedro Posligua Balseca explica que una RESISTIR, LUEGO PERSEVERAR Es inevitable tropezar con la adversidad de vez en cuando. Pequeños sucesos desafortunados ponen de mal humor incluso a los más afables, porque obligan a redoblar esfuerzos para superarlos. Otras veces, la adversidad golpea con saña y puede incluso cambiar el curso de toda una vida. Es ahí cuando nos aconsejan “le vantarse”, “encontrar una motivación para seguir a d e l a n te ”. Sin embargo, lleva un tiempo asimilar el golpe, tomar conciencia del problema, sus causas y las posibilidades de resolverlo. De ser pertinente, recurrir a ayuda calificada. El pensador estadounidense del siglo XIX William Ellery Channing sostenía que “las dificultades están destinadas a despertarnos, no a d e s a l e n t a r n o s” y que “el espíritu humano crece a través del co n f l i c to ”. Una ruptura sentimental, estar desempleado, la muerte de un ser querido, entre otras situaciones mortificantes, afectarán al individuo de acuerdo con su personalidad, sus circunstancias y su postura frente a la vida. Parte del proceso para superar el infortunio, mientras se busca una salida o llega el momento adecuado, es resistir el temporal tratando de no sucumbir ante el problema y valorar con objetividad las herramientas de las que disponemos –habilidades, conocimientos, posibilidades– para decidir con claridad la ruta a seguir. Ese ejercicio íntimo, sincero, se completará echándose a andar. Intentándolo. Actuando como el arroyo que moldea a la roca, no tanto por la fuerza sino por la co n s t a n c i a . Persistir o perseverar –lo contrario a dejarse llevar por lo fácil y lo cómodo– rinde sus frutos a largo plazo. Desempeñarnos a satisfacción en esas batallas personales que libramos en lo interno, nos proporcionan confianza y madurez, y lo valoramos al comprobar que la vida es el sumatorio de los recuerdos significativos que g u a rd a m o s . “El mérito pertenece a aquel que está realmente en el campo de batalla, cuyo rostro está desfigurado por el polvo, el sudor y la sangre; que se esfuerza valientemente; que yerra y se queda corto una y otra vez; que sabe de grandes entusiasmos, de gran devoción; que se dedica a una causa digna; que, en el mejor de los casos, conoce al final el triunfo del gran logro y, en el peor de los casos, si fracasa, al menos fracasa mientras se atreve, de manera que su lugar nunca estará entre aquellas temerosas almas que no conocen ni la victoria ni la derrota”. (Theodore Roosevelt). (L.A.) Las dificultades están D E ST I N A DA S a despertarnos, no a desalentarnos ¡A motivarnos!..


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