Cuando el periodista sueco Stieg Larsson falleció de un infarto a los 50 años en el 2004, quizás nunca soñó en lo que se convertiría la heroína de su recién publicada trilogía Milenio.

Para millones de lectores en el mundo, sus ficciones traducidas a todas las latitudes recrearon una sociedad global sumergida en el hedonismo y la corrupción política en los niveles más recónditos, todo desvelado por los descubrimientos de Lisbeth Salander, una joven hacker, producto de un hogar disfuncional.

Las novelas parecen impregnadas de un hálito oscuramente maléfico, que Lisbeth finalmente desenmascara sobreviviendo a los atropellos más letales. En su primera versión cinematográfica sueca, las tres novelas adaptadas tuvieron una limitada difusión, pero ahora Hollywood hace lo suyo y llega La chica del dragón tatuado a las pantallas locales.