El Editor Carlos A. Ycaza

Estados especiales

05 de Julio de 2015

Estados especiales

La llegada de un papa a nuestro país es para miles de personas una experiencia que marca sus vidas para siempre. Por eso los testimonios que les presentamos sobre la visita de Juan Pablo II en 1985. Es también un estado especial del espíritu de aquellos seres que encuentran en la fe una base para enfrentar cualquier vicisitud con la entereza y el optimismo que se requieren ante la adversidad.

Como ese estado del alma del genial Johann Sebastian Bach (1685-1750), que durante uno de sus largos peregrinajes musicales por Europa regresa a su Bonn natal y se entera de que su esposa y dos de sus hijos habían muerto durante una epidemia. Se registran sus palabras inmortales: “No dejes que pierda mi júbilo, Señor”.

En alemán se dice freude (alegría, júbilo), pero creo que Bach hablaba de la gracia divina o mística que se infiltra en el corazón y que durante siglos ha movido a la humanidad para crecer y hacer la vida con amor, libertad y tolerancia. (O)

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