A sus 91 años, este residente de La Libertad, en Santa Elena, tiene mucho que recordar y hasta publicó un libro. En la entrevista con Jorge Martillo él deposita una experiencia insólita. Segundo Cisneros es el último de los sobrevivientes de la guerra con el Perú en 1941, cuando fue dado por muerto y sus familiares celebraron siete misas por su alma.

Segundo estuvo prisionero en campamentos peruanos de la selva amazónica y cumplió 19 años allí. “Él maneja su propio carro todavía”, dice Jorge, “vive con su esposa en una cómoda villa donde hay jaulas de pájaros y cuida su jardín”. Ya retirado de su fructífera vida empresarial, el hombre nunca se jacta de la increíble experiencia vivida en su juventud.

El único momento en el que su voz se quebró –con un dejo de amargura– fue cuando revivió la ceremonia gubernamental en la que sus compañeros –que eran pobres y ahora han fallecido– recibieron condecoraciones de medallas “de lata” hace algunos años. Para ellos nunca hubo apoyo financiero, a pesar de estar sumergidos en la pobreza, la enfermedad y el olvido.