Amy Winehouse (foto) murió hace cuatro años después de una corta vida convulsionada entre su extraordinario talento musical y las drogas a las cuales hasta cantó: They tried to make me go to rehab and I said ‘No, no, no’; esos NO son para no acceder a una rehabilitación por adicción.

Hay otros grandes rockeros que nos dejaron el legado inmortal de su voz y sus delirantes vacíos es lo que el realizador Asif Kapadia recoge en Amy, documental que se estrenó hace pocas semanas. Al igual que Amy, es imposible olvidar la voz de Jim Morrison desde una radio portátil y el olor a marihuana que un grupo de jóvenes dejaban al pie de su tumba en el cementerio de Pere Lachaise de París, cuando lo visité hace diez años. Light my fire (Enciende mi fuego) cantaba Jim de The Doors... ¿Sería el misterioso fuego que consumió décadas después a Amy? (O)