Softbolistas entre la adversidad

05 de Febrero de 2012
Lorena León Velásquez

Altísimas, de ojitos saltones, pero de miradas profundas, “las negritas” del complejo deportivo Liga del Sur  son unas guerreras en el sóftbol ecuatoriano y unas combatientes en su vida personal. La alegría las acompaña en sus batallas.

Dicen que la raza negra, aparte de tener ese “son” casi innato en la sangre, es fuerte, vigorosa, templada, entre otras características que denotan, por ejemplo, cada una de las jóvenes que integran el equipo de sóftbol del complejo deportivo  Liga del Sur.

La mayor parte de estas chicas vive en la cooperativa de vivienda Esmeraldas Chiquito, ubicada en el sur de la ciudad. Un barrio “económicamente” pobre, en donde, aparte de este problema social, se evidencian otros graves. Pero en cambio es millonario en talento.

“Las negritas”, como se las conoce con cariño en la Liga, comenzaron jugando fútbol en su zona, pasándose la pelota de aquí para allá, sin imaginar que en algún momento ese balón que pateaban a ras del suelo iba a convertirse en uno más pequeño que luego iba a ser lanzado por el aire.

Próximas a cumplir dos años en el entorno del sóftbol, en los cuales han participado en diferentes torneos, campeonatos y han ganado títulos a su haber Las Megamamis y Rompehuesos (grupos en los que están divididas) quieren seguir en este mundo. Los únicos requisitos que necesitan son: olvidarse de sus problemas y estudiar.

El inicio

“La mayoría de mis negritas tienen buenas notas, porque yo ya les he dicho que si no estudian, no practican.  Tienen que aprender que una forma de superarse es aprovechar la educación”, dijo Julio Buitrón, gerente de la Liga del Sur.

Y estas chicas lo saben, así que hacen todo lo posible por esforzarse. Llega la tarde y toman su bus u otras simplemente caminan hasta llegar a Las Acacias, donde se encuentra ubicado el complejo. No lo hacen siempre de forma puntual porque algunas cuidan de sus casas, realizan labores domésticas, entre otras actividades.

Al presidente de la Liga del Sur, Édgar Salazar, le parece mentira que ahora ellas y otros chicos (también hay un grupo minoritario de niños que practican este deporte) llegan a entrenar con disposición vestidos con los colores del equipo: blanco y naranja.

El inicio de esta labor, enmarcada como un importante “proyecto social”, surgió por la petición que le hiciera, en ese entonces, un sacerdote italiano de Esmeraldas Chiquito,  Enzo Balasso a la Liga del Sur: dejar que jóvenes de su barrio practiquen deporte.
“Ese día el padre Enzo no vino solo, trajo consigo cientos de muchachitos entre los 8 y 18 años que  querían entrenar con nosotros”, manifestó Buitrón.

El objetivo era paliar un poco las consecuencias que trajo consigo el incendio que se produjo en noviembre del 2009 en este barrio. Cerca de tres manzanas fueron consumidas por el fuego, destruyendo alrededor de cien casas. Además de alejar a estos niños de vicios como la droga, el alcohol y de las pandillas.

Así que inmediatamente estos niños entraron a la cancha y  jugaron sóftbol con nada más y nada menos que una bola de fútbol y con el brazo haciendo de bate. El presidente de la Liga vio el talento que poseían, especialmente las mujeres. “Nos concentramos en las niñas porque eran las que denotaban más talento, así que se les dio bates, guantes y determinó horarios de prácticas. Algo positivo comenzaba”, expresó Salazar.

“Nos concentramos en las niñas porque eran las que denotaban más talento,  así que se les dio bates, guantes y  determinó horarios de prácticas. Algo positivo comenzaba”, Édgar Salazar, presidente del complejo deportivo Liga del Sur.
 

 

La realidad

Detrás de cada joven hay una historia... padres separados, abandonos, niños que no tienen ni siquiera cédula, algunos han tenido que retirarse para trabajar, maltratos, familiares conflictivos. Incluso, además de lidiar con que años atrás su casa se quemó, un grupo ha tenido que enfrentarse con el desplome de sus nuevos hogares que estaban al pie del Salado en Esmeraldas Chiquito.

Este es el caso de una de las mejores jugadoras de este grupo, Dulce Quiñónez, quien en la actualidad vive en el barrio Nueva Prosperina (norte de Guayaquil), pero tiene que trasladarse hasta la Liga del Sur.

Sin embargo, como dice Julio: “Frente a estos acontecimiento nos encontramos... ¿adivinen con qué? Con la dulzura de las niñas que salen con esas ganas de jugar que no se las quita nadie. Cada día nos exigen más a nosotros y se dan cuenta de que su único rival por el momento son los factores externos que las rodean”.

“Les encanta el hecho de tener la posibilidad de salir del país, ganarse una beca para estudiar en alguna universidad extranjera”, agregó Édgar Salazar.

Una de las niñas, Briggitte Medina, confirma esta opinión: “tengo que sacrificarme para jugar bien porque quiero estudiar alguna carrera que me dé un futuro mejor”. Pamela Orozco asevera que esta actividad la entretiene porque hace que no busque las calles.

Toda esta situación también la palpan niñas de diferentes zonas de la ciudad como del puente de la A, Samborondón, vía a la costa, incluso del Hogar Perpetuo Socorro, entre otras, quienes también entrenan y forman parte de su equipo.

Enseñanza y trayectoria

Las prácticas de casi 50 jovencitas se iniciaron en marzo del 2010. Al principio fueron entrenadas por profesionales venezolanos y cubanos junto con el ecuatoriano Douglas Muñoz. Meses después comenzaron en sus primeros torneos internos entre equipos del sector; en ese entonces participaron como las Duras del Sur y Esmeraldas Chiquito.

Hoy en día se encuentran entrenando con dos figuras reconocidas del sóftbol de República Dominicana: Geovanny Núñez, Cesarina Núñez junto con Muñoz, quienes les dan enseñanzas del pitcheo, receptoría y clases teóricas respecto del sóftbol. Geovanny reconoce que tienen condiciones. Ella también viene de un estrato social bajo y se ve reflejada en cada una de las niñas.

Un grupo de “las negritas” que fueron seleccionadas nunca olvidarán el campeonato que vivieron el mes pasado en  Lima, Perú. Este equipo participó en el Torneo Internacional de Sóftbol, categoría sub-15. Gracias a sus entrenadores estaban preparadas para  un reto internacional.

Estuvieron al frente sobre las peruanas, pero las brasileñas les dieron mucha pelea, llegando a obtener el título de subcampeonas. Las medallas que ganaron fueron entregadas al presidente de la Liga, gesto que arrancó lágrimas en los presentes.

En la actualidad varias de las chicas representan a Ecuador en sóftbol en categorías como sub-15 (9 jóvenes), sub-17 (5 jóvenes), en la selección de mayores (tres chicas) y tres de ellas hasta el momento están próximas a irse a Canadá, en julio, a participar en el torneo internacional de sóftbol categoría sub-15.

Proyecto

Las Megamamis y Rompehuesos no solo están triunfando a nivel deportivo, sino que la historia que han escrito hasta el momento ha sido reconocida a nivel internacional.

Este proyecto social fue nominado para competir por el premio Paz y el Deporte, que promueve el príncipe Alberto II de Mónaco (Francia), y aunque no ganó “fue muy importante haber estado entre los tres mejores”, expresó Salazar.

Se disputaba el primer lugar con la Federación Internacional de Judo y con la Federación Internacional de Atletismo. La primera impulsa iniciativas antiviolencia en más de quince países alrededor del mundo y la segunda desarrolla un proyecto denominado Kids Athletics,  programa educativo adaptado para niños y ancianos.

Buitrón espera que este tipo de iniciativas se repliquen en otras ciudades del país. Ellos quisieran hacerlo, pero por el momento no cuentan con los recursos necesarios. Las jovencitas tienen su apoyo que se hace palpable gracias al dinero que les ingresa por el alquiler de los parqueaderos que tiene el complejo. Ellas no reciben retribución económica alguna, ya que el simple hecho de alejarse de todo y disfrutar las llena.

“Con todos sus problemas ellas tienen una luz que será difícil de apagar. Decirles que les vamos a dar plata, un bono, etcétera, no va a generar que se solucionen los conflictos que las rodean. Aparte, nos basta que tengan capacidades deportivas. Eso las hará siempre triunfadoras”, finaliza Salazar.

 

NORMAS DEPORTIVAS

A propósito del tema deportivo, el año pasado el profesor Denis Dau Karam, director de los torneos interbarriales de Diario EL UNIVERSO y director ejecutivo de la Ciudad Deportiva Carlos Pérez Perasso, realizó el lanzamiento de la obra Comportamiento del deportista, (conjunto de normas y consejos alrededor de este tema).

El libro se lo podrá adquirir gratuitamente desde el 7 hasta el 17 de febrero en  Ciudad Deportiva Carlos Pérez Perasso.

 

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