Gigante del reciclaje

26 de Noviembre de 2017
  • Mil empleos directos genera PetStar, en la planta recicladora en su mayoría. Foto: Cortesía
  • La planta en operación clasifica los desechos que no entran al proceso de extracción de materia prima.
  • Jaime Cámara es el director fundador y explica el proceso.
  • Montacargas y tráileres se emplean para el almacenaje de envases.
Texto y fotos: José Olmos desde Toluca (México)

Grupo de empresas de bebidas maneja en Toluca, México, la planta recicladora más grande del mundo.

En un valle rodeado de montañas, entre fábricas y grandes extensiones de diversos cultivos, destaca una infraestructura de color blanco, con una torre principal de más de 50 metros y en cuya parte alta resaltan la palabra PetStar y un logotipo verde que denota movimientos circulatorios. La infraestructura está en las afueras de la ciudad de Toluca, en el Parque Industrial Cayetano, a unos 70 kilómetros al oeste de Ciudad de México .

Vale la pena citar la ubicación, porque allí está la planta recicladora de envases PET (politereftalato de etileno) grado alimenticio más grande del mundo. Esa es la presentación que hace Jaime Cámara, director-fundador de esta planta, a la que la cataloga como un proyecto altamente sustentable, que ayuda a preservar el ambiente. “Un proyecto de clase mundial, asentado en México y liderado por mexicanos”, dice con orgullo.

La idea surgió en 1995 como una empresa dedicada al acopio y comercialización de residuos plásticos de origen de posconsumo bajo el nombre de Avangard México. Pasó el tiempo y hasta este año, en toda la infraestructura se han invertido 100 millones de dólares. “Y es sustentable, es rentable para que sobreviva en el tiempo”, dice Cámara. Sus inversionistas: Arca Continental, Coca-Cola de México, Bepensa Bebidas, Corporación del Fuerte, Corporación Rica, Grupo Embotellador Nayar y Embotelladora de Colima.

A un costado de la planta principal, PepStar tiene un edificio circular donde funciona el museo-auditorio. Allí se atiende un programa de visitas que promueve el concepto de responsabilidad compartida entre la sociedad, autoridades y empresas para generar conciencia ambiental. Anualmente llegan doce mil personas a este espacio, que cuenta con un sistema de captación y tratamiento de agua de lluvia, paneles solares y azotea verde. Posee la Certificación LEED Platinum (Leadership in Energy & Environmental Design), como el primer museo en Latinoamérica en lograr este nivel de certificación.

En junio de 2013, PetStar fue reconocida como la Planta de Reciclado de PET Grado Alimenticio Más Grande del Mundo por PCI PET Packaging Resin and Recycling, Ltd. ¿Por qué la más grande del mundo? Jaime Cámara, valiéndose de cifras y archivos detalla que, por ejemplo, esta tiene una capacidad de reciclar 3.100 millones de botellas al año para convertirlas en 50.000 toneladas de resina de PET reciclada. Esa cantidad equivale a llenar 2,4 veces el estadio Azteca, que tiene una capacidad para 110.000 personas, el 35% más de la capacidad del estadio Monumental de Barcelona en Ecuador.

El sistema de acopio es distinto, comparado al de Ecuador, donde rige un impuesto de dos centavos de dólar por cada envase y que se lo traslada al consumidor. Al reciclar, la empresa recibe esos dos centavos por cada envase. PetStar tiene 1.200 centros de acopio en todo México. Allá llegan los recicladores, llamados pepenadores, quienes están registrados y venden directamente el producto.

Cámara cita que los pepenadores reciben alrededor de 25 centavos de dólar por kilo de envases. En toda la cadena, PetStar genera 24.000 empleos indirectos y 1.000 directos en sus ocho centros de acopio, en su planta de valoración y en la principal de reciclaje, la de Toluca.

En el área ambiental, la planta usa energía eólica, que equivale a disminuir en un 87% la generación de gases de efecto invernadero. Esto equivale a dejar de emitir 101.350 toneladas anuales de CO2 (dióxido de carbono). PetStar estima que eso equivale a que dejen de circular por dos días todos los carros en Ciudad de México, que bordea una población de 9 millones de habitantes.

La planta industrial es moderna. La materia prima que llega allí pasa por una serie de filtros, tanto humanos como mecánicos, hasta el sistema de molido y procesado. El producto, la resina, en forma de pepitas blancas que luego de otro proceso volverá a ser una botella. Esa planta y su proceso tiene una decena de certificaciones mundiales, tipo ISO y muchas otras, orgullo de este grupo de empresas.

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