Actor guayaquileño y sus horizontes artísticos

06 de Agosto de 2017
  • Albert Paulsen en su apartamento de la ciudad de Nueva York junto al premio Emmy. En 1970.
  • Che! Cinta de 1965.
  • El Embajador del Miedo. Filme de 1962.
  • Combat! Serie de TV entre 1962 y 1966.

La apertura del Estudio Paulsen en Las Peñas recuerda a Albert Paulsen y su importante trayectoria en las artes escénicas de EE.UU.

El público mundial lo pudo conocer más que nada por sus apariciones en numerosas series de televisión de gran popularidad, donde no era un simple coprotagonista sino un 'special guest actor' (actor especial invitado), estrategias que en los años 60 y 70 eran muy común en la programación de televisión con “actores de carácter” que se habían destacado también en el teatro y el cine.

Allí Alberto Paulson Andrade (Albert Paulsen fue su nombre artístico al nacionalizarse en EE.UU.) trasladaba a la pantalla chica todo el bagaje de una experiencia escénica que se había formado en las más importantes escuelas actorales de Nueva York, donde hizo su residencia durante décadas.

Él nació en Guayaquil en 1925 y después del fallecimiento de sus padres viajó en 1942 a California, donde se enlistó en el ejército norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial. Su hermano Alfredo Paulson viajó después también. El Hospital de la Mujer de la Junta de Beneficencia lleva su nombre. “Desde muy chico Alberto quería ser actor y no se perdía ninguna de las grandes películas de Hollywood, especialmente si aparecía Lana Turner”, recordaban sus hermanos. El único que sobrevive es Juan F. Paulson, conocido empresario de las tiendas de ropa masculina. “Se dejaba el pelo largo, algo inusual en esos tiempos, a veces se ponía sábanas frente al espejo y hacía Hamlet... ‘ser o no ser’”, dice Juan, con una sonrisa que caracteriza a los cinco hermanos.

En Nueva York

Al término de la guerra y con los beneficios del seguro militar, Alberto Paulson comenzó sus estudios actorales en la Neighborhood School of the Theatre de Nueva York, la más antigua escuela actoral del país, donde en una época la legendaria Martha Graham también enseñó danza moderna. Allí el maestro era Sanford Meisner impartiendo la técnica que fue bautizada con su nombre y que muchas veces transformaba las vidas de sus alumnos. “Se formaba no solo a un actor, sino también a un ser humano”, decía Alberto.

Eso no le impidió ser después parte del Actor’s Studio y estudiar con el propio Lee Strasberg, creador del conocido ‘método’. Su vocación actoral estaba siempre ligada a una base teatral. Sus amigos eran actores, dramaturgos, directores escénicos, gente vinculada a sus sueños artísticos, que comenzaron a cumplirse en algunas obras en papeles secundarios inicialmente.

Una de sus experiencias formativas más fuertes es haber visto a Marlon Brando dirigido por Elia Kazan en la producción original (1947) de Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams. “Eso fue como resucitar en el teatro”, decía el actor, “uno no veía a Brando, uno lo sentía en las vísceras, porque era como una fiera suelta en escena”. En eso de fieras sueltas Paulsen recordaba las palabras de Kazan (que fue parte del Actor’s Studio): “Escúchenme bien: estás bendecido si consigues a un actor que ha sido entrenado por Meisner”.

Televisión y cine

Debido al competitivo ambiente teatral, las posibilidades laborales se ampliaron más que nada a la televisión, donde Paulsen se caracterizó por roles de malo, con un acento extranjero muy especial que lo convertía en gánster en Los Intocables, varias veces de militar alemán en Combate, también de villano en Hawai 5-0, o una recordada aparición doble en Misión imposible, además de divertidos personajes en El hombre de CIPOL, El Superagente 86 y La pareja dispareja. La lista es larga y uno la puede ‘googlear’ o verlo en YouTube.

Albert Paulsen es el único actor ecuatoriano que ha recibido el premio Emmy. Fue en 1964 en Un día en la vida de Ivan Denisovich, largometraje hecho para la televisión adaptado de la novela de Alexander Solzhenitsyn, ganador del premio Nobel. El galardón fue por su “excepcional interpretación en un rol secundario” como el guardia de una de las prisiones siberianas durante la represión soviética. El protagonista era Jason Robards. Paulsen no pudo estar en la ceremonia porque estaba trabajando en otra filmación.

También hubo algunas apariciones en el cine: se destacan El embajador del miedo con Frank Sinatra (1962), The Next Man (1976) con Sean Connery, Che!, donde representó al misterioso soldado que mata al Che Guevara, interpretado por Omar Sharif, entre otras.

Chéjov, Strindberg, Nabokov

Uno de los grandes momentos de su carrera teatral se logró en la recordada producción de Las tres hermanas de Antón Chéjov en Broadway, bajo la dirección de Lee Strasberg y acompañando a actrices de alto calado como Geraldine Page, Kim Stanley y Shirley Knight. Las críticas fueron muy elogiosas, por lo que la obra se trasladó también a Londres. Paulsen –también un lector voráz– cambió su residencia a Los Ángeles en los años ochenta. Allí exploró otras actividades en el teatro, especialmente al realizar la dramaturgia de un viejo sueño, crear y actuar un monólogo sobre Vladimir Nabokov, autor de la polémica Lolita, y uno de sus novelistas preferidos. La obra teatral se titulaba literalmente Nabokov y el crítico de Los Angeles Times se manifestó de manera especial: “La actuación de Paulsen es afectuosa hacia el personaje y nos contagia su personalidad, la de una de las grandes mentes del siglo, con un encanto que parece distraído y auténtico a la vez”.

En sus últimos años hasta que falleció por la enfermedad de Alzheimer en Los Ángeles en 2004, en la memoria de muchos de sus compañeros de labores y amigos estará siempre su gran devoción a las artes escénicas como un proceso netamente artístico. Él siempre se acompañaba de las obras del dramaturgo sueco August Strindberg y la vida del actor –desde sus albores en Guayaquil– pareciera haber seguido estas célebres palabras de Strindberg, que podrían haber sido recogidas también por Sanford Meisner en sus enseñanzas: “Cualquier cosa puede suceder, cualquier cosa es posible y probable, el tiempo y el espacio no existen... En la endeble base de la realidad nuestra imaginación se extiende y entrelaza nuevos motivos”. (C.I.)

Estudio Paulsen

 Si tiene más de 17 años, y sin importar su trayectoria como actor o actriz, ya podrá entrevistarse e inscribirse en clases desde el 4 de septiembre, en el programa de formación actoral de ocho meses en la técnica Meisner que imparte el profesor Iñaki Moreno (abajo).

“Cada actor es único como lo es cada persona. Al estudiar actuación la búsqueda que se inicia es la de encontrar la esencia de cada uno y por lo tanto de todo aquello que hace genuino a un ser humano”, destaca el profesor español radicado en Buenos Aires.

“Ofreceremos dos horarios: matutino de 10:00 a 13:00 y vespertino de 18:30 a 21:30. El pénsum de lunes a viernes será enteramente práctico.

El alumno interactuará desde el primer día de clases. Los ejercicios son en pareja y grupales”, explica Marlon Pantaleón (d), director del Estudio, ubicado en el barrio Las Peñas.

“Al final del programa los alumnos tendrán una presentación en el teatro del Estudio Paulsen. Será parte del examen o muestra por la culminación de clases en abril del 2018.

La Fundación Albert Paulsen tiene el aval del Ministerio de Cultura y el auspicio del Municipio de Guayaquil”. 099-407-6843, 604-2597.

www.estudiopaulsen.com

Fuentes: New York Times, Los Angeles Times, El Universo, Vistazo.

  Deja tu comentario