El primer amor y las citas

31 de Mayo de 2015

La costumbre de las citas tal vez ha cambiado desde que usted era adolescente. La diferencia más impactante es la edad de la primera cita: en promedio, 13 años, justamente la edad que tenía Julieta, el personaje de William Shakespeare.

La tendencia reciente en la adolescencia temprana es que los niños y niñas socialicen como parte de un grupo. Salen en masa al centro comercial o al cine.

No confunda las juntas de grupos con citas dobles o triples. Es posible que haya una pareja romántica entre los miembros, pero la mayoría está soltera y pasa tiempo interactuando tanto con amigos del mismo sexo como con los del sexo opuesto.

Ron Eagar, especialista en Medicina Adolescente del Denver Health Medical Center, ve las citas grupales como una forma sana para que los adolescentes entren al campo de las citas sin sumergirse en ellas. “El beneficio es la seguridad”, indica el padre de dos preadolescentes. Salir en grupos mixtos da la oportunidad de disfrutar de la compañía del otro, sin la incomodidad ni tensión que puede invadir las citas a solas.

Citas a solas

¿A qué edad son los niños lo suficientemente mayores? Muchos nos sentimos así cuando imaginamos que nuestro hijo o nuestra hija desaparece en la noche del brazo de una joven dama o un joven caballero.

Como regla general, Eagar aconseja no permitir una cita a solas antes de los 16. “Hay una diferencia enorme entre los chicos de 14 o 15 y entre los de 16 o 17 en términos de experiencia de vida”. Agregue o reste un año según qué tan maduro y responsable es el joven.

Amor y relaciones

Debido a que las conversaciones entre padres y adolescentes suelen incluir el tema de hormonas y otros aspectos biológicos del amor y la atracción, debe dedicarse la misma cantidad de tiempo a discusiones profundas acerca del amor como la emoción más poderosa y sincera del ser humano.

El amor es un tema fascinante para los adolescentes. A la cabeza de las preguntas se encuentra: “¿Cómo sabes cuando estás enamorado?”. Poseen una curiosidad genuina acerca del noviazgo y matrimonio (“¿Te enamoraste de mi papá a primera vista?”) y, si aplica, divorcio (“¿Cómo pueden amarse dos personas por tantos años y de pronto alejarse?”).

Tener un currículo romántico imperfecto no lo descalifica. Puede decir, “no siempre tomé las decisiones más sabias en cuanto al amor, pero me he prometido que la próxima vez que me involucre con alguien especial, no me conformaré con menos que una relación sana y honesta. Cuando estés listo para tener citas, espero que hagas lo mismo. Ambos nos merecemos lo mejor, ¿no?”.

Amor adolescente es amor

Por lo general, los adultos tienen una perspectiva cínica del romance adolescente, como si fuera un desequilibrio químico que necesita corrección. Un chico y una chica flotan por la calle tomados de la mano, atontados por el amor y los padres ven que la testosterona y el estrógeno tienen la cita.

Solo vea las palabras que se utilizan para describir el afecto entre dos jóvenes: encaprichamiento, enamoramiento, amor adolescente.

“Los padres nunca deben minimizar o ridiculizar el primer amor”, dice el pediatra George Comerci. “Es una relación muy importante para los adolescentes, y es la primera relación sentimental con alguien fuera de la familia”.

Cuando ‘salir’ evoluciona en algo formal, es natural preocuparse por el hecho de que las cosas se están volviendo serias muy pronto. Si ve que el trabajo escolar comienza a sufrir y las amistades se dejan a un lado, es razonable restringir el número de veces que Romeo y Julieta pueden encontrarse durante la semana escolar.

Los romances de la escuela secundaria tienden a tener periodos de vida limitados. Aquellos que duran hasta la graduación rara vez sobreviven a los años posteriores. La distancia física tiende a abrir una brecha emocional entre ellos y eventualmente la relación termina.

¿Cuál es la edad para la primera cita? Coméntenos

Primer desamor

La ruptura de un romance puede ser dolorosa en cualquier fase de la vida. Aun así, cuando una relación adulta termina mal, la parte herida sabe, por otras decepciones, que el sentimiento de vacío tan familiar y el velo de la depresión inevitablemente se elevarán.

Los adolescentes aún no han aprendido cuán resistente es el corazón. La primera vez que experimentan un rechazo romántico, la tristeza parece no tener fondo. Los padres necesitan tratar de manera seria los sentimientos de un joven con el corazón roto.

“Las rupturas constituyen uno de los mayores factores que precipitan indicios suicidas en los jóvenes”, indica Eagar. No obstante, la gran mayoría de muchachos superará el dolor y estará bien. Las mamás y papás pueden ayudar al proceso de sanar heridas, al ser generosos con el tiempo, la paciencia y los abrazos que les brinden. Un poco de sensibilidad adicional ayuda, pues en esta situación, saber lo que no se debe decir es tan importante como escoger las palabras correctas.

Reconozca el dolor de su adolescente pero asegúrele que volverá a ser feliz. “Sé que sientes que tu tristeza nunca desaparecerá. Pero así será y probablemente más rápido de lo que crees”.

No use esta oportunidad para revelar que en primer lugar nunca le agradó el ex. Su hijo puede estar ventilando su ira con la chica que lo dejó, pero no se deje engañar. Pasará algún tiempo antes de que abandone la esperanza de que ella se dé cuenta de su error y vuelva. Recuerde, además, que las relaciones adolescentes con frecuencia surgen nuevamente.

Permita que su hijo se sienta triste. Decirle: “Oye, ¡anímate! ¡No es tan malo!” (o palabras similares) implica básicamente que no tiene derecho a sus emociones. Sin embargo, la tristeza juvenil que se prolonga por más de unas pocas semanas puede requerir consejería profesional.

Anímelo a reunirse con amigos, pero no lo atosigue. Cuando esté listo para socializar, lo hará sin instigación.

Comparta alguna historia de su propia adolescencia. “Me enamoré de una chica que se llamaba Elisa. Pasábamos todo el tiempo juntos. No podía imaginar estar con otra persona y pensé que ella sentía lo mismo. Un día, de la nada, me dijo que nuestra relación estaba volviéndose muy seria y que quería salir con otras personas. ¡Estaba devastado! Anduve por los suelos durante semanas. ¡Mis amigos no soportaban estar conmigo y no los culpo! Anduve malhumorado y lloraba por Elisa, Elisa, Elisa.

Ahora agradezco que haya roto la relación conmigo. Porque si no lo hubiera hecho, ¡nunca hubiera conocido a tu mamá!”. (F)

Fuente: Caring for Your Teenager, Academia Americana de Pediatría

  Deja tu comentario