Carros compartidos

25 de Agosto de 2013
The New York Times

En Alemania ganan terreno. Por un costo de afiliación y registro, los usuarios pueden alquilar un automóvil, ir al lugar que deseen y dejarlo allí, algún otro cliente lo requerirá.

Marc Clemens renunció a poseer un carro hace un año y medio. Cuando él quiere ir a trabajar por la mañana, consulta su teléfono inteligente para ver dónde está estacionado un auto BMW, Smart o Mini en particular y se lo lleva. Una vez que llega a su destino, parquea el auto en la calle y se olvida de él.

Se basa exclusivamente en dos servicios de coches compartidos, DriveNow y Car2Go. “Uso este servicio tres o cuatro veces al día”, dijo, mientras dejaba a un colega frente a un bar de vinos en el distrito Mitte de la capital alemana. La acción de compartir el automóvil ha existido por décadas en Europa y ha alcanzado gran popularidad en Estados Unidos con Zipcar.

Esos servicios de vehículo compartido con una base requieren que los miembros recojan los autos en un lugar determinado, que puede o no ser conveniente. Los usuarios en general tienen que reservar los carros de antemano, usar bloques de tiempo prepagado y cuando usan el automotor, deben devolverlo al mismo lugar, factores que han limitado el atractivo de este sistema. Berlín, sin embargo, se ha convertido en la ciudad con mayor uso, a nivel mundial, de servicio de automóviles compartidos en un solo sentido.

Los servicios de un sentido o de libre flotación, que se iniciaron recientemente en EE.UU., hacen uso del GPS y de aplicaciones de teléfonos inteligentes para compartir automóviles en forma mucho más flexible. Los autos son estacionados en las calles de la ciudad y los usuarios recogen el más cercano a ellos. En vez de regresar el automotor de vuelta a un lote, los usuarios lo dejan donde encuentran un lugar cerca de su destino. Pagan por la cantidad de tiempo dedicado a la conducción. Estos nuevos sistemas han venido dejando huella.

Desde que los primeros sistemas comerciales para compartir vehículo unidireccionales comenzaron en Alemania, hace dos años, se han inscrito 183.000 personas, según Bundesverband CarSharing.

Los autos de la compañía Car2Go son uno de los servicios de carros compartidos en una vía en Berlín, Alemania. Los sistemas de compartición de automóviles establecidos en ese país desde hace tiempo tienen 262.000 miembros.

Dos de los mayores fabricantes de automotores de Alemania están de lleno detrás de la idea. DriveNow se asoció a BMW y la compañía de alquiler de autos Sixt, y Car2Go es una filial de Daimler. “Cada vez más personas en las ciudades no quieren autos propios, pero compartir vehículo era poco atractivo en muchas formas”, dijo Andreas Leo, de Car2Go, la cual cuenta con 400 mil miembros en 21 ciudades de todo el mundo.

Berlín tiene la mayor flota de la compañía, 1.200 autos. DriveNow, la cual se compone de automóviles Minis y BMW, está activa en cuatro ciudades alemanas con 700 carros en Berlín. Afiliarse no tiene un costo alto; la idea es que un viaje corto debería costar menos que un taxi.

Registrarse en DriveNow cuesta $ 39 y de $ 0,32 a $ 0,46 por minuto de conducción. La cuota de inscripción de Car2Go es de $ 27 y $ 0,39 por minuto de conducción. La mayoría de los participantes (hombres y tecnófilos) tiene unos 30 años.

En Berlín, a algunos les preocupa que la popularidad de este novedoso sistema llegue a animar a la gente a conducir más que a desplazarse a pie, en bicicleta o bus.

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