Límites de la literatura juvenil
Tras varios años intentando persuadir a los editores de que en su libro para jóvenes El diario del búnker había esperanza y bondad, el británico Kevin Brooks logró publicar esta dura historia con la que ha ganado un prestigioso premio y ha abierto un debate sobre los límites de la literatura juvenil.
El libro, editado en español por Destino, es una cruel historia sobre seis personas, entre ellas Linus, un joven de 16 años que escribe el diario, y una niña de 9, que han sido secuestrados sin motivo aparente, encerrados en un búnker y lo que es peor, sin que parezca que haya esperanzas de sobrevivir. “Si las novelas necesitan ser censuradas en este sentido, también deberían serlo las noticias de televisión y los periódicos, donde cada día se cuentan terribles historias que están a disposición de cualquiera, incluyendo los niños”, señala el autor.
El debate se abrió en varios medios de comunicación británicos después de que la novela se hiciera con el más antiguo y prestigioso premio de literatura juvenil en Gran Bretaña, la Carnegie Medal 2014, aunque Brooks no cree que haya “ningún problema de idoneidad, casi todos los jóvenes lectores con los que ha hablado, están de acuerdo con el libro”.
Linus se despierta en un búnker. Lo han secuestrado y no entiende por qué. Nadie se comunica con él y su único contacto con el exterior es un ascensor que baja cada mañana con provisiones. Paulatinamente, van apareciendo otras personas también secuestradas. Sin saber qué quiere o qué trama el secuestrador, que los tiene vigilados con cámaras en todas las estancias del búnker, somete a sus víctimas mediante la comida, que les proporciona o no, y los gasea a modo de castigo cuando Linus intenta escapar.
“La inmensa mayoría de mis lectores tiene sentimientos positivos acerca del libro. Sí, pueden encontrarlo inquietante y perturbador, pero esa es la intención porque sí, es una historia inquietante”. (I)