Alfonso Arau y su vida de cine
Alfonso Arau lo ha hecho todo: actor, director, bailarín, mimo, músico. Incluso pensó en ser médico, pero eso fue antes de dedicarse a las artes. Así que escribir para contar su vida no era más que lógico. Así es la vida, presentado en el FICG in LA (la extensión del Festival Internacional de Cine de Guadalajara en Los Ángeles), recoge las vivencias del cineasta mexicano de 84 años. “Con una larga vida como la mía había que dejar un legado”, confirma Arau.
Jovial y charlatán, reconoce que lo suyo es la tradición oral, por lo que el volumen publicado por la Universidad de Guadalajara es más una larga entrevista con el autor Armando Casas que una autobiografía de su puño y letra. “Llevo el libro en mi cabeza perfectamente formulado desde hace cinco años y como siempre digo cuando me dan un premio, lo único que espero es que dentro de 20 años me den otro, que pueda escribir otro”, adelanta sin arredrarse por su edad.
Arau ha vivido muchas vidas y son muchos los que han pasado por la suya. Los nombres se suceden en el índice. Desde maestros como Luis Buñuel a compañeros de tertulia y pobreza como Gabriel García Márquez; artistas que le inspiraron como Groucho Marx, esos otros que le dieron una oportunidad como Sam Peckinpah o con los que trabajó como Anthony Quinn.
Y esta es solo una muestra de la gente que rodeó a un director que muchos consideran un mexicano pionero en Hollywood gracias al estreno en 1992 de Como agua para chocolate, la película basada en la novela homónima de quien entonces era su esposa, Laura Esquivel. La cinta fue por décadas la más taquillera del cine mexicano y punta de lanza en las cinematografías del resto del mundo, incluido Hollywood. (I)