Jack Hanna en Ecuador

13 de Diciembre de 2015
Santiago Molina

El conductor de televisión estadounidense Jack Hanna, conocido como Jungle Jack, recorrió puntos del Ecuador.

“Tocar el corazón es enseñarle a la mente”. Según Jack Hanna, esa es la única forma que tiene el ser humano para conocer algo que a futuro puede amar y conservarlo.

Jack hoy tiene 68 años, de los cuales más de 40 ha dedicado al trabajo en zoológicos y como 30 a la protección animal y del medioambiente a través de programas de televisión educativos y turísticos.

Su pasión lo trajo a nuestro país (entre el 4 y 22 de noviembre pasado), 25 años después de haber grabado su primer serial sobre la vida silvestre de las islas Galápagos. “Vivir un tiempo en Galápagos y otro en la Amazonía ecuatoriana son parte de mis sueños”, resume sobre su fascinación por la naturaleza de nuestro país.

¿Cuál es el origen de su amor por los animales? A ratos cree que todo nació en la granja llena de gallinas, vacas y más de 200 conejos en la que vivió su niñez en Knoxville, en Tennessee (Estados Unidos). “O quizás fue el doctor Roberts –el veterinario de la granja familiar– quien me inculcó durante mi adolescencia ese respeto y amor por las especies”, mientras limpiaba jaulas del zoológico local.

Figura internacional

Jack de la Jungla es conocido por millones de televidentes en todo Estados Unidos, ya que ha aparecido en programas como Good Morning America, The Late Show con David Letterman y Larry King Live...

Él asegura que es bendecido porque su trabajo es hacer lo que más le gusta: estar con los animales, hablar de ellos, ver amaneceres, conocer sitios nuevos...

Durante su recorrido por el Ecuador, Hanna tuvo una conexión en vivo con Estados Unidos desde el bosque nublado de Mashpi Lodge, ubicado al noroccidente de Quito, para celebrar los 40 años de existencia del programa Good Morning America. “Adelanté lo que en el 2016 presentaría de Ecuador”; lo hará en sus dos programas insignia: Jack Hanna’s Into the Wild y Jack Hanna's Countdown.

Esta visita lo encontró “con menos cabello y más canas”, indica, pero con el mismo entusiasmo que siente por nuestro país. “Galápagos es uno de los lugares por los que más me preguntan; sin duda, está dentro de la lista de los sitios obligatorios que una persona tiene que conocer antes de morir”.

Hanna se sintió satisfecho de haber regresado a Ecuador; “así puedo mostrar a las nuevas generaciones las maravillas que hay tan cerca y además comparar lo que había antes y cómo todo está hoy”, indica desde una oficina en el Ministerio de Turismo, entidad que coordinó su llegada al país.

Sus largas y entusiastas horas de grabación, que conformarán seis programas, estuvieron dedicadas a exponer las diferentes tortugas gigantes en Galápagos, al nacimiento de un par de jaguares en el zoológico de Guayllabamba, en Quito, y a unas riberas del río Napo, en la provincia de Orellana, “con vida a cada paso”. También visitó el Centro Jambatu de conservación de anfibios (Quito), el Museo de Sitio Tulipe (Nanegalito, Pichincha), el mercado de animales de Otavalo y el parque Cóndor (Imbabura).

Tras años de recorrer el mundo, Jack, un hombre que no abandona el traje color caqui de campaña y su sombrero de cuero de color café, piensa que Ecuador es uno de los pocos lugares en donde el turismo y la conservación de las especies pueden crecer de la mano. Aclara que la educación de la población será un puntal para ese desarrollo.

La próxima vez que Jack esté en Ecuador, cuenta, no será para trabajar, sino para disfrutar de animales en libertad, de pasar en pocas horas del frío al calor, de las montañas a los mares o a los grandes ríos amazónicos. (I)

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