En Guayaquil: Grafiteros artísticos

08 de Noviembre de 2015
  • Patrimonio Callejero Crew. Luis Díaz (i), Christian Intriago, Andrés Barragán y Jonathan Llanos son algunos miembros. Su obra junto a Plaza Colón.
  • Gabo Peña.
  • Mural junto a la plaza Colón, elaborado por Patrimonio Callejero Crew.
  • Miembros de Patrimonio Callejero Crew en el mural del polideportivo de la ciudadela La Pradera, en el sur de Guayaquil.
  • Gabo Peña (i) y Jonathan Llanos con sus obras en el polideportivo de la ciudadela La Pradera, en el sur de Guayaquil.
  • Obra de Gabo Peña en el muro de la casa de su tía, en La Pradera.
  • Obra de Gabo Peña. Solicitó permiso a los propietarios de la vivienda, quienes quedaron contentos con el trabajo. (La Pradera).
  • José Briones (i) y Miguel Ángel Tumbaco en un mural que su agrupación, Monosapiens Crew, pintó en una vivienda de la ciudadela Alegría, cooperativa Juan Montalvo. Solicitaron permiso al dueño de la casa.
Texto y fotos: Moisés Pinchevsky

Estos artistas grafiteros promueven un arte urbano que incluso ha sido contratado por entidades públicas para adornar la ciudad.

El arte merece tiempo. Por ello, Christian Intriago (37 años), gestor de Patrimonio Callejero Crew, comenta que un artista no puede pintar bien si lo hace rápido y a escondidas. “No es justo tener que trabajar por las noches como si fuéramos delincuentes”, comenta este autodidacta nacido en Balzar que lideró la iniciativa Ruta Mural, que en 2013 elaboró grafitis en su ciudad natal, Vinces y Guayaquil, para cubrir publicidad política y comercial con arte urbano.

En esta ciudad, Patrimonio Callejero Crew tuvo el apoyo del Departamento de Cultura del Municipio porteño para pintar un muro junto a la Plaza Colón, cerca del barrio Las Peñas, junto con grafiteros de México y Colombia. “Nos dijeron que solo duraría tres meses, pero les contestamos que lo haríamos tan bien que ese trabajo estaría años allí”, indica Intriago, quien dice haberse “graduado” de grafitero en México, donde residió por seis meses, y ha dictado cursos en la Espol, el Centro de Adolescentes Infractores y en su taller.

Estos artistas urbanos desean participar en más iniciativas. José Andrés Barragán (32 años) considera que “faltan espacios”. “Somos artistas independientes que podríamos hacer grandes cosas”, indica. Jonathan Llanos (25 años) y Gabo Peña (31 años) han logrado abrir más oportunidades en el sureño barrio La Pradera. Allí les permitieran decorar muros del polideportivo del sector, para lo cual Patrimonio Callejero Crew pagó por las pinturas. “Lo que queremos nosotros es pintar, expresarnos”, dice Llanos.

Peña también ha pintado en solitario murales en algunas calles y peatonales de ese barrio, para lo cual ha pedido permiso a los propietarios de las casas intervenidas. “Les mostré trabajos anteriores y se dieron cuenta de que era algo artístico; y quedaron contentos al final”, comenta Peña, quien es graduado de Diseño Gráfico y Producción Audiovisual, áreas en las que trabaja formalmente.

Luis Díaz (21 años) estudiaba para ser analista de sistemas. Pero su pasión por el arte lo hizo preferir este camino que ha aprendido a través de talleres con Christian Intriago. “Queremos hacer cosas importantes con lo que sabemos”. Patrimonio Callejero Crew vende camisetas, cuadernos y otros souvernirs con sus diseños urbanos en la tienda El Coleccionista (Malecón  204A y Loja). (I)

Contacto: 512-6670 (taller); Instagram: Daftacid.

Monosapiens Crew

“Estos muchachos son muy buenos artistas. Embellecen no solo el barrio, sino toda la ciudad; son magníficos”, opina Gustavo Pardo, propietario de una casa de la ciudadela Alegría (cooperativa Juan Montalvo), quien les cedió un muro exterior para que pintaran un mural que tardó ocho horas de labor y una inversión de unos $ 100 del bolsillo de esos jóvenes.

Los miembros de Monosapiens Crew se han dedicado a embellecer gratuitamente algunas paredes de esa zona de la ciudad, próxima a la vía a Daule. “Esta es nuestra pasión”, dice Miguel Ángel Tumbaco (34 años), quien trabaja pintando murales para decorar bares, discos, instituciones o habitaciones de niños o niñas (“princesas Disney, Winnie the Pooh, lo que esté de moda”). La pintura restante de esos trabajos es usada para murales urbanos con realismo “jocoso, interesante, artístico, que atraiga las miradas”, dice.

Tumbaco explica que bautizaron a su grupo como Monosapiens Crew porque quieren evidenciar una evolución del grafiti, para mostrar que es un elemento que mejora el aspecto urbano.

José Briones lamenta que hay mucha gente que relaciona el grafiti con “rayones o pandillas, pero no siempre es así. Existe el grafiti artístico”. Por ello pintan estos murales (ocho en la zona) para que los transeúntes se pregunten: ¿quién hará estas obras?, porque lucen geniales.

El trabajo más grande de este equipo, también compuesto por Erick Lucas, Guillermo Malca, José Suárez, Andy Martínez, Israel Villacís y otros amigos, está en un colegio de la zona, cuyas autoridades les permiten pintar. Y ellos también elaboraron el mural al ingreso de la isla Santay, contratados por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). “Lo mejor es dedicarnos a algo que nos gusta”, comenta Briones, quien tiene un taller de tatuajes en Chimborazo 1516 y Cuenca. Allí hace pequeñas obras de arte en la piel. Pero su gran orgullo urbano es cuando le pone color a la piel de la ciudad. (I)

El grafiti ha evolucionado. Es un arte que puede darle vida, color y personalidad a la ciudad. Nosotros pedimos permiso a los propietarios, y quedan contentos”, Miguel Ángel Tumbaco

Contacto: 096-789-3576, 099-413-8063;

 

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