Propuesta ‘inflada’: Riesgosa pero triunfante

Por Mercucio
17 de Junio de 2018

“La soledad de los muñecos inflables tiene un contenido casi filosófico; carga con momentos lindos que nos aportan lo sensible y frágil de lo humano”.

Montse Serra durante su monólogo en el Estudio Paulsen.

El Estudio Paulsen no se detiene con su oferta teatral. Sin mucha bulla nos deleita constantemente con propuestas en artes escénicas, además nos da mucho material para construir una sociedad gustosa por el teatro, sin tanta exigencia de poses o gremios. Por lo tanto, esta contribución no es la primera, ni tampoco será la última en la que se hable de alguna puesta en escena que allá se presente, en ese acogedor lugar ubicado en la calle Numa Pompilio Llona del barrio Las Peñas.

Luego de la temporada que tuvo la tan aclamada obra Cock (de Mike Bartlett) –en la que participaron Ricardo Velástegui, Luciana Grassi, Fernando Gálvez y Fabo Doja, bajo la dirección de Henry Silva– la misma de la que esta quisquillosa espectadora pide repetición, nos llega de la productora ElTiatro La soledad de los muñecos inflables: un monólogo interpretado por Montse Serra y escrito y dirigido por Julián Martínez.

Montse Serra me parece magnífica en esta faceta de soledad… la de actuar sola y el trabajo de llevar al teatro conceptos sobre soledad, verdad y honestidad, de manera digerible para toda clase de público. No es la primera obra que veo en la que solo actúa una persona. Recordemos que en el mismo Paulsen se presentó la ilustre actriz Itzel Cuevas con un unipersonal.

Por eso es que a partir de aquí podemos rescatar dos cosas: la apertura importantísima sin mucho ninguneo del Estudio Paulsen a estas propuestas y lo costoso que es estar al frente de un público 60 minutos y sostener la energía para que la conexión entre el espectador y el actor no se pierda.

Una actriz con gran experiencia como Montse Serra puede darse el lujo de arriesgarse con una propuesta de esta índole, porque es importante explorar detenidamente los límites y potencialidades de un monólogo o saber jugar con la problematización de la ficción. Julián Martínez eligió bien a su actriz y ejecutó una buena dirección.

¡Me la he creído!: la historia, los gestos… los artefactos, objetos y personajes que sin estar estaban, aunque sea como muñecos inflables. La mujer, el personaje de la obra, se sacude por sobrevivir a su soledad con cuentos y voces… también nos da ideas: los muñecos pueden servir para combatir la soledad, tanto así, como la invención de los espantapájaros para engañar a los cuervos.

La humorada en un momento toma son de crítica a lo superfluo del teatro para llevar en tarrina que está en boga, con sus respectivos títulos tontos; los contenidos de la televisión basura, los programas culturales de baja calidad, hasta de los tarugos infomerciales que se toman la TV peor que sabatina presidencial de antaño. La dramaturgia se ve sumida en lo absurdo de la cotidianidad, y lo que intenta Julián Martínez es inmiscuirnos en ello.

“¿Muy sola o muy loca?” Gabriela (Serra) inventa a sus personajes contradictoriamente para no enloquecer en soledad. La soledad de los muñecos inflables tiene un contenido casi filosófico, además carga con momentos que nos aportan lo sensible y frágil de lo humano. El personaje se luce planteando preguntas que nos pueden calar hondo acerca del hombre, la mujer, los hijos.

El convivio teatral se da y el público tiene también su breve protagonismo. Lástima que la sala no estuvo llena, como ahora luego de leer esta impresión, mis lectores, ansío que asistan.

Las funciones estarán hasta fin de junio, de jueves a sábado a las 21:00. Entrada general $ 15 y $ 7,50 estudiantes. Montse Serra nos enseña que lo importante del trabajo con los textos teatrales es que el actor los pueda hacer hablar. ¡Hasta la próxima, amigos!

ojosecosec@gmail.com

@_Mercucio_

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