Don excepcional: Contra los ‘blockbusters’

Por Groucho
16 de Julio de 2017

“Las alusiones a  Little Man Tate, A beautiful Mind  y  Good Will Hunting  son inevitables, pero la película (Gifted) sale avanti de cualquier comparación”.

Chris Evans y McKenna Grace, en la película ‘Gifted’.

V iendo la insulsa cartelera local dan ganas de arrojarse al río y suicidarse como Virginia Woolf, con piedras en los bolsillos. Los blockbusters (término que inventó Spielberg para hablar de las multitudes que rompen las cuadras) abundan en las salas comerciales. Está Spider-Man: Homecoming, que no es tan sorprendente, pues tiene como protagonista a un adolescente tan inepto que necesita un mentor (Tony Stark). ¿Desde cuándo un superhéroe necesita casting para ser parte de los Avengers? Debería titularse Spider-Boy.

La sobreoferta de Marvel y DC es apabullante y debería dar un respiro. Para colmo se viene Transformers: The Last Knight, que ojalá sea el último. En cartelera sigue La momia, otro desatinado refrito, que pone al monstruo en Londres. Este título es aquello que Colin Firth ha bautizado acertadamente como cine geriátrico. Héroes de acción que sobrepasan el medio de siglo de edad y se rodean de jovencitas que bien podrían ser sus nietas. Firth, ganador del Óscar por El discurso del Rey, ha sido certero en acuñar esa categoría. Su experiencia en Kingsman (2014) y Kingsman, the Golden Circle (2017) así lo ameritan. Abro este diario y leo con tristeza que uno de los más grandes actores de nuestro tiempo, Daniel Day Lewis, se retira del mundo del celuloide. Quienes realmente deberían retirarse son Cruise y Firth.

La excepción en la oferta cinematográfica (con más de cuatro semanas en cartelera) es Gifted, distribuida como Un don excepcional, de un director aparentemente poco dotado como lo es Marc Webb. Realizador de videoclips de Weezer, Green Day y otros, hizo el crossover al cine con la meliflua 500 días con ella (2009), filme de culto de la generación millenial. Es también el responsable de las limitadas The Amazing Spider-Man (2012) y The Amazing Spider-Man 2 (2014).

Con esta hoja de vida era muy difícil esperar un buen filme hecho al margen del sistema de Hollywoodlandia. Hasta que llegó la historia de Mary, la niña de diez años que es un genio en matemáticas. Vive con su tío Frank que es demandado por su madre para obtener la custodia de la infante. Lo que podría parecer un aburrido drama legal, se convierte en un interesante estudio de las relaciones familiares. La presencia de problemas matemáticos no es en absoluto un estorbo para la comprensión de la trama.

Las alusiones a Little Man Tate (1991), A beautiful Mind (2001) y Good Will Hunting (1997) son inevitables, pero la película sale avanti de cualquier comparación. La niña McKenna Grace (a quien vimos en How to be a latin lover ) es la revelación por su mezcla de Shirley Temple con Dakota Fanning, pero el imán comercial recae en Chris Evans que deja su traje de Capitán América para intentar hacer un drama humano en el que le sacan provecho a la relación filial y, sobre todo, a los enigmas numerológicos. Filme para verlo en familia. Vale. (O)

ojosecosec@gmail.com

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