Peregrinos de la belleza
Goethe emprendió su ansiado viaje a Italia cuando tenía 37 años. Lo hizo luego de años de soñar con la idea de ver de cerca las huellas que los clásicos, así como los forjadores del Renacimiento, habían dejado en la península italiana que tan suavemente abraza el Mediterráneo. Al dejar atrás el Paso del Brennero, Goethe confesaba: “Ahora solo busco la impresión de las cosas sobre los sentidos, que ni libros ni estampas pueden dar. Se trata de volver a tomar interés por el mundo, de probar mi espíritu de investigación, de saber a cuánto alcanzan mi sabiduría y conocimientos; si la luz de mis ojos es limpia y clara, cuántos objetos puedo percibir de golpe, si los pliegues que se han impreso en mi alma pueden volver a deshacerse”.
El viaje por Italia –que duró casi dos años– fue decisivo en su modo de concebir el mundo y en su estilo. El libro que luego publicara Goethe (Viaje en Italia) causó un gran impacto en toda Europa. La obra vino a dar un empuje a una tradición cultural del siglo XIX, según la cual, la educación de un joven no podía considerársela completa sin el llamado Grand Tour por la geografía italiana y griega para contemplar de cerca las ruinas y monumentos de la antigüedad, experimentar esa sensualidad del arte y su paisaje. Una tradición que siguieron varios escritores y poetas de todas las latitudes bien entrado el siglo XX.
La escritora María Belmonte ha presentado un fascinante libro en el que da cuenta de las motivaciones –diferentes en cada viajero–, peripecias e impresiones de varios artistas y escritores que viajaron al sur para encontrarse con los rastros de los clásicos, sosegarse en las orillas del Mediterráneo y convivir con las esencias de sus soleadas brisas. El libro, hermosamente titulado Peregrinos de la belleza (Editorial Acantilado, Barcelona. 2015), incluye dos secciones, una dedicada a contarnos las aventuras de los viajeros por Italia y otra a los que fueron a Grecia. En la primera, la autora nos narra con exquisita sensibilidad el encuentro de Johann Winckelmann, historiador del arte y arqueólogo, con el sur; el de Wilhelm von Gloeden, el conocido fotógrafo que vivió en Taormina; el de D. H. Lawrence, entre otros. Y en la sección dedicada a Grecia aparecen escritores como el estadounidense Henry Miller.
El libro puede ordenarse por internet a la librería La Central de Madrid. Para los amantes de este tema les recomiendo leer, además del citado libro de Goethe, también una obra de Stendhal sobre sus viajes por Italia, y uno de Emil Ludwig sobre el Mediterráneo. (O)