Mujeres en ventaja

Por Hernán Pérez Loose
31 de Diciembre de 2017

En días pasados mientras leía la sección dominical de literatura del diario inglés The Guardian, encontré un artículo en el que se argumentaba que las mujeres son mejores escritoras que los hombres: ‘Women are better writers than men’. Así de sencillo, y contundente. Por lo interesante del artículo pensé compartir en esta columna las razones que allí se esgrimían.

En primer lugar, dice el artículo, el papel histórico de sumisión que las mujeres han tenido en la sociedad ha hecho que ellas comprendan de manera más clara la naturaleza humana, algo que se vuelve indispensable si uno está tratando de crear personajes literarios auténticos. Habiendo esperado que ellas se encarguen de criar y educar una familia, mientras manejan una casa y cumplen con las expectativas que la sociedad les impone de lo que una mujer debe ser, ellas llegan a tener un mejor dominio de las complejidades humanas.

En segundo lugar, el artículo del Guardian sostiene que muchos escritores hombres abordan su trabajo como si ellos –y no los libros que escriben– son lo que realmente importa. Los hombres tienden a obsesionarse con establecer una reputación, mientras que ignoran la importancia de simplemente escribir algo bueno. En el artículo se menciona el caso de un ambicioso joven escritor que contaba entusiasmado los premios que su primera colección de cuentos podría obtener y las probabilidades de ganarlos. Pero nunca mencionó, por ejemplo, que a él le gustaría que sus obras hicieran una suerte de conexión con los lectores o que aportaran algo a nuestros tiempos. Las mujeres escritoras parecen, al contrario, más interesadas en escribir bien y en sus libros.

Pero es en la descripción de ambos géneros donde las mujeres escritoras tienen una ventaja sobre los hombres. Las novelas escritas por hombres, dice el artículo, tienden a describir a las mujeres en ciertas categorías prestablecidas: la virgen angelical; la arpía que fastidia; la sinvergüenza que termina asesinada; la catalizadora que solo está allí para impulsar las acciones del hombre, y que, por lo tanto, no es un ser humano. Las escritoras, en cambio, parecen ser más incisivas para reconocer que millones de personas no pueden ser reducidas simplemente a pocas características que vienen repetidas una y otra vez.

El autor del artículo, John Boyne, autor de libros como El niño con el pijama de rayas y En el corazón del bosque, sustenta su conclusión no solo citando un gran número de mujeres escritoras contemporáneas que él considera brillantes, sino que añade otros hechos –sesgos en la industria editorial, etc.– adicionales bastante convincentes sacados de su experiencia personal.

¿Qué piensa usted lector? El artículo, que he tratado de resumir aquí, puede leerse en su integridad en inglés en www.theguardian.com/books/2017/dec/12/double-x-factor-why-women-are-bett.... (O)

hernanperezloose@gmail.com

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