Literatura y violencia

Por Hernán Pérez Loose
19 de Agosto de 2012

¿Tiene o ha tenido la literatura alguna contribución a la sociedad? ¿Cuál ha sido su papel en la historia de la humanidad? La lectura de novelas, por ejemplo, ¿es una actividad que se limita a complacer a los individuos nomás?

Estas y otras preguntas son las que se propone dilucidar Steven Pinker en su libro The Better Angels of our Nature (Los mejores ángeles de nuestra naturaleza) –editorial Viking– publicado en el 2011 y que probablemente salga en español este año.

En breve la respuesta de Pinker es que la literatura ha tenido un impacto decisivo en reducir la violencia entre los seres humanos. Para llegar a esta conclusión adopta una serie de pasos tan audaces como interesantes. Comienza con una afirmación que no deja de sorprender: que con el correr de la historia muchas de las formas de violencia se han reducido sustancialmente. Pinker se apoya en una batería asombrosa de información estadística e histórica; toma aquí en cuenta el trabajo de Lynn Hunt, una conocida profesora de historia cultural.

Una de las épocas a las que presta especial atención es la que conecta el siglo XVII con el siglo XVIII. Fue un periodo en la que muchas formas de violencia bajaron en número e intensidad. La quema de supuestas brujas, el encarcelamiento por deudas, la tortura así como el maltrato a niños, mujeres y prisioneros disminuyeron en tanto que dejaron de ser socialmente aceptados.

Según Pinker, esta nueva sensibilidad y surgimiento de reformas legales protectoras durante este periodo, al que lo titula ‘La Revolución Humanitaria’ –el tercero de seis megaperiodos históricos en que se divide el libro– se debió a la drástica reducción del analfabetismo y el agudo incremento de la producción de libros.

Pero hay un tipo de libros en particular que el autor encuentra que tuvieron un rol predominante, las novelas. Su lectura no solo que son una invitación a la empatía con los otros seres humanos, pues nos ayuda a sentir más compasión por la suerte de otros individuos aunque sean de ficción. Más importante que ello, la novela nos ayuda a descubrir que existen otras visiones del mundo diferente a la nuestra, otras formas de superar, o salir derrotados de los mismos problemas que enfrentamos.

Y si esta aceptación de la visión de los otros es compartida en gran escala las probabilidades de un mundo menos violento aumentan, como en efecto aumentaron según la avalancha de datos que nos da Pinker. “Es un gran libro”, dice él en la introducción de este fascinante libro, “porque grande es su argumento”.

hernanperezloose@gmail.com

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