Granada, tú eres la novia...

Por Hernán Pérez Loose
14 de Septiembre de 2014

“A mí, Hasan, hijo de Mohamed, el alamín, a mí, Juan León de Médicis, circuncidado por la mano de un barbero y bautizado por la mano de un papa, me llaman hoy el Africano, pero ni de África, ni de Europa, ni de Arabia soy. Me llaman también el Granadino, el Fesí, el Zayyati, pero no procedo de ningún país, de ninguna ciudad, de ninguna tribu. Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía”.

Así escribe León el Africano, en su cumpleaños cuarenta, en la fascinante autobiografía imaginada del famoso geógrafo, viajero y diplomático andaluz, Hassan bin Mohammed al-Wazzan, que es el argumento de la novela de Amín Maalouff, León el Africano (editorial Alanza, Madrid). Hijo de una familia muy culta de Granada, Hassan bin Mohammed y su familia debieron abandonar la península Ibérica en 1492 cuando los reyes católicos expulsaron a los musulmanes del sur de España.

Luego de concluir sus estudios universitarios en Fez, Hassan bin Mohammed acompañó a su tío en varias misiones diplomáticas por África y Medio Oriente. Cuando frisaba los 25 años fue capturado por navegantes cristianos, quienes asombrados por su sabiduría, lo llevaron al papa León X para que lo conozca. El papa lo libera, y lo bautiza con el nombre de Giovanni Leone di Medici. Desde entonces pasará a la historia como León el Africano.

A pedido de su protector, Hassan bin Mohammed escribió una obra sobre la geografía y vida del África, la misma que por muchas décadas fue para los europeos el mejor referente de ese continente. Tradujo las cartas de San Pablo al árabe, y escribió un diccionario del árabe, latín y hebreo, así como 25 biografías de ilustres árabes, incluyendo a cinco judíos.

La novela de Maalouff sigue la peregrinación de Hassan bin Mohammed por la geografía africana hasta llegar a Constantinopla, y luego a Italia. En momentos en que el mundo parece caminar por los abismos de la intolerancia religiosa y cultural, el diario novelado de Hassan bin Mohammed aparece como un oportuno recuerdo que dos mundos tan diversos pueden encontrarse creativamente, tal como lo testimonia la vida de este andaluz.

Un encuentro que Maalouff nos recuerda al traer a colación en su obra aquel verso que decía: “Granada, ninguna ciudad se te asemeja/ni en Egipto, ni en Siria, ni en Irak/tú eres la novia/ y esos países son la dote”. Una excelente novela, como todas las que ha escrito Maalouff.

hernanperezloose@gmail.com

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