Cuando las montañas hablan

Por Hernán Pérez Loose
26 de Octubre de 2014

La noche anterior de su viaje a Kabul, un campesino les narra un cuento a su joven hijo e hija antes de acostarse a dormir. Es una historia triste. Es la historia de otro padre que se ve forzado a entregar a su hijo a un monstruo en forma divina. Cuando el padre luego de años confronta al monstruo, cae en cuenta de que su hijo ha sido bien cuidado y es feliz en su nueva vida. El dios le pregunta al padre que tome una decisión: o deja a su hijo viviendo feliz, o lo toma consigo de regreso. El padre sabe que de regresar su hijo con él le traerá gran alegría, pero hará infeliz a su hijo. Así que opta por lo primero.

A medida que avanza la obra vamos descubriendo que llevado por sus penurias económicas y la necesidad de mantener a su creciente familia y nueva esposa, el padre de los niños había resuelto dar en adopción a su hija a una pareja acomodada que no puede tener hijos, a cambio de una beneficiosa recompensa económica. Un convenio que ha sido negociado por su hermano, quien trabaja como valet para el matrimonio adoptante.

La separación de los dos hermanos, Abdulá y Pari, es la puerta a partir de la cual Kalehd Hosseini (1965), en su novela Y las montañas hablaron (Edit. Salamandra, trad. P. Antón y R. de Costa. Barcelona, 2013), nos cuenta una historia apasionante de vidas que se cruzan y situaciones que se reencuentran a lo largo de varias décadas. El autor explora las diversas formas como nos llegamos a preocupar de otros y cómo las decisiones que tomamos en algún momento de nuestras vidas producen un efecto por generaciones.

Cuando el joven Abdulá regresa a su casa, siente profundamente la ausencia de su pequeña hermana, a quien él había prácticamente criado como una hija desde su nacimiento. Los lazos de hermandad que los unían se habían roto, y la vida de ambos cambiaría irrevocablemente. Sin embargo, él jamás renunciará al sueño de volverse a encontrar con su hermana. Un sueño que afectará otras vidas, incluyendo la suya.

Desde la bulliciosa Kabul de 1952 el autor transporta al lector hasta San Francisco, pasando por París y otros lugares y tiempos. A diferencia de otras novelas, en esta Hosseini ha evitado abordar el problema de la violencia que envuelve a Afganistán, aunque los rusos y talibanes están presentes de forma sutil. La novela es una interesante introducción a una cultura bastante diferente para muchos de nosotros. Una lectura que recomendamos.

hperez@coronelyperez.com

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