Un carro para las masas

17 de Agosto de 2014

Henry Ford, creador de la línea de ensamblaje y producción en masa de automóviles, dejó un legado que lo convirtió en ícono histórico mundial.

Trabajadores en una línea de ensamblaje en la Ford Motor Company en 1922.

En 1908, la fábrica de la Ford Motor Company de la ciudad estadounidense de Detroit, fundada cinco años antes por el industrial Henry Ford, puso a la venta el primer modelo Ford T, un vehículo de dos plazas destinado al gran público.

Ford, nacido en Dearborn, Michigan, en 1863, aspiraba con su invento (conocido luego como Tin Lizzie por parecerse a un reptil ágil y veloz, y por el significado de lizzie que es un diminutivo de lagarto en inglés) a que el automóvil dejase de ser un patrimonio exclusivo de las clases acomodadas y se convirtiese en un objeto de consumo generalizado. De ahí que el nuevo modelo esté concebido para las masas y que todo en él sea práctico y simple. De sobrio diseño y bajo costo, el Ford T permitía una fácil conducción en comparación con otros vehículos de su época. Dotado de un motor de cuatro cilindros, el carro era de limitada potencia y velocidad media, pero estaba pensado para gozar de una larga vida de funcionamiento.

Cuando era niño a Ford lo conocían como reparador de relojes. A medida que iba creciendo tuvo oportunidad para indagar en la mecánica, aprender a reparar las máquinas de vapor y los molinos. En 1890 concentró su interés en los motores de combustión interna.

En abril de 1888 empezó a trabajar como ingeniero de la Edison Illuminating Company. Fue ascendido a ingeniero jefe en 1893, pero a pesar de que tuvo una carrera sólida allí, estaba decidido a aventurarse en la construcción de automóviles, lo cual fue su objetivo durante mucho tiempo.

Sus primeros desafíos

Henry Ford nombró a su primer vehículo ATV. El modelo atrajo suficiente apoyo financiero para que dejara el cargo en Edison Illuminating y participara en la fundación de la Compañía de Automóviles de Detroit en 1899. La empresa no funcionó por varias razones y, en 1901, Ford volvió a trabajar como empleado. Más tarde, el mismo año, nació Henry Ford Company. En 1902 decidió dedicarse por entero a la compañía para tener más tiempo para perfeccionar sus vehículos.

En su pequeño taller trabajó en dos autos de carrera, el Arrow y el 999. Con la ayuda de un diseñador, un mecánico y un campeón retirado de ciclismo, los nuevos modelos estaban dispuestos.

Barney Oldfield, considerado por algunos historiadores como el mejor piloto en los primeros años del automovilismo, dirigió el 999 en la carrera de la Copa Desafío de los Fabricantes en Grosse Pointe, Michigan. El coche llegó a una milla (1.600 metros) delante de la competencia.

Después de la carrera, un comerciante de carbón se interesó en sus vehículos. Ambos se hicieron socios y Ford comenzó a trabajar en un coche nuevo. Así nació La Ford Motor Company, el 16 de junio de 1903.

El icónico modelo T vio la luz en octubre de 1908, lo que marcó el comienzo de una nueva era en América. Fue el noveno vehículo producido por Ford, que lo llamó “el coche universal”, un vehículo de bajo costo y confiable, que pudiera ser fácil de mantenimiento y recorriera los caminos pobres de esa época. Vendió más de 15 millones de unidades y puso al mundo sobre ruedas.

Henry Ford junto a un modelo T en Buffalo, Nueva York, en 1921.

Producción en masa

La fabricación de un automóvil a tan bajo precio y para un mercado amplio se vio posibilitada, únicamente, por la puesta en marcha de un método de montaje en cadena que permitía optimizar tiempo y recursos.

Ransom Eli Olds fue, unos cuantos años antes de Ford, el que trajo la producción en masa a la entonces incipiente industria automovilística de Detroit. Su Oldsmobile Curved Dash estuvo en producción desde 1901 hasta 1907, del cual se produjeron más de 19.000 unidades en total. De hecho, podría considerarse el primer automóvil de gasolina producido en masa de la historia, ya que en 1904 se vendieron más de 5.000 unidades. Es más, Olds desarrolló y patentó la primera línea de montaje, donde ya estaban presentes características como estaciones de trabajo fijas a lo largo de la línea, piezas estandarizadas e intercambiables y operarios que debían realizar un trabajo muy específico, sencillo y repetitivo.

De todas formas gracias a la introducción de este innovador método, el precio del Ford T pasó de los $ 850 iniciales a los $ 265 en 1922, al tiempo que la construcción en serie disparó la producción (75.000 coches al año en 1912).

En 1913, Ford creó la línea de montaje de automóviles. Cargadores y transportistas aéreos traían las piezas a la línea de montaje del móvil. Por lo tanto, el aumento de la producción y la reducción de los costos de producción. En 1914, Ford tenía 13.000 empleados y produjo alrededor de 300.000 vehículos. La construcción de la planta de Rouge en 1917 fue el primer paso hacia el sueño de Ford para montar un complejo integrado de manufactura, donde el procesamiento de materias primas, las piezas y el montaje se realiza de manera eficiente en un solo lugar.

El proceso, basado en el principio de la cadena de montaje, comenzaba por la estandarización de todas y cada una de las piezas que componen un automóvil. Una vez fabricadas, las piezas convergen ordenadamente sobre una cinta transportadora, que lleva el producto de obrero en obrero, cada uno de los cuales cumple una función específica durante el reducido tiempo en que el objeto se encuentra ante él. Se pudieron así ensamblar más de un centenar de unidades diarias. Ford optó igualmente por el pago de elevados salarios a sus trabajadores, lo que permitió que se convirtieran en una clientela que compraba masivamente el Ford T. En un intento de democratizar y extender aún más el automóvil, Ford creó posteriormente una tupida red de concesionarios, estableciendo un sistema de venta a crédito a muy largo plazo con el objeto último de fomentar el consumo.

Gracias a las mejoras conseguidas con todos estos métodos, la industria automovilística con sede en Detroit se convirtió en la principal del país. Ford Motor Company favoreció el desarrollo de otros sectores industriales. La demanda creciente de gasolina estimuló el desarrollo de la industria petrolífera, y el aluvión de vehículos que inundaban los Estados Unidos propició la construcción de una amplia red de carreteras.

 

EL PRIMER CARRO

Nicolas-Joseph CugnotQuien inventó el automóvil, aunque no tal como lo conocemos, fue el inventor francés, Nicholas-Joseph Cugnot. Este hombre, nace en Francia, el 25 de septiembre de 1725.

Antes de desarrollar su invención, él se desempeñó como ingeniero militar para el ejército francés. Para 1765, Cugnot comenzó a experimentar con vehículos propulsados por vapor, para crear algún carro que pudiera transportar los pesados cañones que existían en aquella época.

Cugnot fue la primera persona que logró derivar el típico funcionamiento de los pistones, de atrás hacia adelante, en rotatorios, por medio del vapor.

Fue así como en 1769 el inventor francés estrenó su primer carro a vapor: el Fardier (foto abajo). Para el próximo año ya tenía una versión mejorada, la cual logró tirar cuatro toneladas, a una velocidad promedio de cuatro kilómetros por hora. La forma de aquel vehículo era como la de un triciclo. Ya que utilizaba dos ruedas posteriores y una en la parte de adelante.

De manera posterior, por situaciones políticas, como la Revolución Francesa, Cugnot cayó en desgracia. Incluso fue exiliado de su patria materna. Ya en la vejez, pudo volver a Francia, donde murió el 2 de octubre de 1804.

Pero este fue un trabajo primitivo del automóvil. Ya que él que se conoce, se creó a partir de 1886. Quien inventó el automóvil moderno fue el ingeniero alemán Carl Benz.

Él comenzó a construir motores industriales, en 1883. Para 1885, instaló en un triciclo, un motor monocilíndrico. El cual funcionó de maravillas.

Fuente: www.pushnna.blogspot.com

Pionero

El auto de carreras 999. A bordo H. Ford, en 1904.

Ya en la antigüedad se habían practicado distintas técnicas de fabricación en serie, pero fueron probablemente los ingleses los primeros en utilizar maquinaria accionada por agua y por vapor de agua en la producción fabril durante la Revolución Industrial, iniciada a mediados del siglo XVIII. No obstante, por lo general se acepta que las modernas técnicas de fabricación en serie se generalizaron gracias a los norteamericanos. De hecho, a la fabricación en serie moderna se la denomina “sistema norteamericano”.

Así, el mérito del desarrollo de técnicas de fabricación en serie, con cadenas de montaje a gran escala, se atribuye normalmente a Henry Ford, quien en 1908 inició sus innovadores métodos de producción para el modelo T. Dichos métodos fueron evolucionando y perfeccionándose. Al principio, los grupos de trabajadores de Ford se desplazaban por una línea de piezas y montajes parciales donde cada obrero desempeñaba una tarea específica. Pero algunos trabajadores y grupos eran más rápidos o más lentos que otros y, a menudo, se entorpecían mutuamente.

Algunos historiadores asumen que Ford se inspiró para esta cadena de montaje en los mataderos y las fábricas de conservas que trasladaban las reses muertas a lo largo de líneas de raíles elevados ya en 1840. Aunque no fue el primero en utilizar la técnica de cadena de montaje, sin duda puede considerarse que Ford fue el que obtuvo mejores resultados entre los primeros innovadores debido a un hecho simple: previó y promovió el consumo de masas como una consecuencia natural de la fabricación en serie.

Henry Ford murió en 1947 de una hemorragia cerebral a los 83 años. Sus restos yacen en el cementerio Ford de Detroit.

Fuentes: informe21.com, www.at.ford.com y agencias.

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