Mito y realidad

30 de Octubre de 2011
  • Una visitante en el pabellón de China de la feria Shanghai World Expo
  • La muestra de Picasso en China se mantendrá hasta el 10 de enero del 2012. AFP
  • Picasso
  • Tres mujeres, 1907. Museo Estatal Hermitage, San Petersburgo.
  • Retrato de Ambroise Vollard, 1910. Museo Estatal de Bellas Artes de Pushkin.Retr
  • Copa de ajenjo, 1914. Museo de Arte Moderno, Nueva York.
Bernardo Laniado-Romero

Si nos preguntásemos sobre la relevancia que tiene Pablo Picasso hoy en día, solo habría que visitar las aulas de pequeños estudiantes donde, para inspirar la creatividad en los niños, se les guía en la creación de collages, obras de una gran libertad en las que se utiliza todo tipo de elementos, entre recortes de papel y otros materiales, para concebir imágenes que reflejan el mundo que les rodea o escenas que son producto de su imaginación.

Fue Picasso el que realizaría el primer collage en 1912; una manera nueva y revolucionaria de crear introduciendo en el plano pictórico, sea este papel o lienzo, elementos de diversa naturaleza (me refiero a rejillas de madera, sogas, etiquetas de botellas de vino, papeles pintados de pared, cajetillas de cigarrillos o de fósforos, por dar unos pocos ejemplos). Pero su legado no se limita a los confines de los jardines de infantes, su radical manera de representar la realidad, la superposición de múltiples puntos de vista en un mismo plano están presentes hoy en día en un sinnúmero de aspectos de nuestra cotidianidad.

La revolución en sí, su revolución, fue representar pictóricamente la realidad de una manera drásticamente diferente a aquella impuesta por la Gran Tradición, vigente durante más de quinientos años, aquella visión renacentista basada en el canon clásico, los conceptos de la perspectiva y la representación en un solo plano enfocados desde un solo punto de vista.

El tiempo de Picasso

La Primera Guerra Mundial significó una ruptura cataclísmica con el pasado, tanto en el cambio drástico de la estructura de la sociedad, como en la nueva manera en que los seres humanos se relacionarían entre sí, dentro de un orden diferente al estrictamente jerárquico, prevalente antes de 1914. Esta ruptura se había visto reflejada ya en las construcciones cubistas de 1910 y 1911.

El cubismo introduce un cambio radical en la forma de estructurar una obra de arte. Picasso construye a través de pequeños prismas una nueva forma de representación, prismas que revelan una nueva existencia, desestructurada, antijerárquica, donde los valores tradicionales de Occidente han estallado en mil pedazos.

Una cabeza ya no se representa necesariamente sobre un cuello y un torso, siguiendo el orden establecido. A partir de la revolución cubista, esa cabeza puede que esté debajo del cuello, sencilla y llanamente porque si se viese a la vez esa cabeza desde arriba y luego desde abajo y esas dos imágenes se superimpusiesen la una con la otra, el primer punto de vista estaría en una posición totalmente opuesta a la segunda.

Los puntos de vista ya no son solo aquellos marcados por los que están en la cima de la pirámide jerárquica de la sociedad. Durante el siglo XX, y de una manera mucho más democrática, participan en el discurso cívico una diversidad de opiniones, un conjunto de puntos de vista, unas veces convergentes, otras, opuestas. De la misma manera, esta diversidad y contraposición de puntos de vista se ven reflejadas en el arte.

Picasso fue pintor, escultor, dibujante grabador, ceramista, fotógrafo, ilustró libros, escribió poemas, obras de teatro, realizó películas, actuó en otras.

Está considerado como el mejor dibujante del siglo XX, así como, junto con Max Ernst, el grabador más inventivo del siglo pasado. Es, sin lugar a dudas, el padre de la cerámica contemporánea y probablemente el más importante ceramista que ha existido desde Bernard de Palissy en el siglo XVI. Junto con Miguel Ángel  son los dos únicos artistas en la historia de la humanidad que han renovado y reinventado cada una de las técnicas en las que se desenvolvieron.

Picasso fue una fuerza despiadada con la tradición, pero a la vez fue un artista que, para desmontar los valores artísticos vigentes, los estudió y dominó a fondo, y como el genio que era lo de-construyó, lo desarmó todo para construir luego, con gran parte de los mismos elementos, un nuevo lenguaje plástico, una nueva manera de representar la realidad, un lenguaje que reflejase incisamente la actualidad, aquella nueva civilización posterior a la Gran Guerra de 1914-1917.

Como todo revolucionario fue y sigue siendo una figura controvertida, por su arte y por su vida privada. Fue un personaje lleno de contradicciones. Fue un español de pura cepa que vivió durante setenta años en Francia, durante las últimas décadas de su vida fue un símbolo viviente de la España libre, asfixiada y desterrada por la dictadura de Franco.

Participó en varios de los congresos de intelectuales por la paz durante las décadas del cuarenta y del cincuenta. Fue extraordinariamente rico, a la vez que discreto en su generosidad. Financió a un gran número de personas e instituciones con la mano derecha con tal discreción que su izquierda no se enterase. Comulgó con los principios marxistas y colaboró temporalmente después de la Segunda Guerra Mundial con miembros del Partido Comunista francés, aunque rehusó en todo momento subyugarse ante los dictámenes de Moscú y seguir la disciplina del partido.

Manipuló a sus galeristas y coleccionistas para subir el precio de sus obras, fue su principal agente en construir su propia leyenda; probablemente sea el primer artista famoso, mundialmente famoso, aunque más le importó la honra de ser el primer artista vivo en exponer en el Museo de Louvre, París.

¿Y los Picassos de hoy en día?

Y si nos preguntásemos quién podría hoy en día acercarse a su figura, la respuesta sería contundente. Nadie. Prácticamente todos los grandes y famosos artistas actuales, y digo famosos que no es lo mismo que grandes, en la actualidad, son directos descendientes del anarquismo poético de Marcel Duchamp y más recientemente del enaltecimiento de la cultura popular de Andy Warhol. Estos dos grandes artistas del siglo XX pudieron existir y marcar el futuro gracias al camino abierto por Picasso.

Nadie se le acerca porque nadie ha cambiado radicalmente el curso de la historia del arte: de la manera que percibimos y representamos la realidad tal y como lo haría Picasso en las primeras dos décadas del siglo pasado.

Pablo Picasso deseaba tener la libertad absoluta con la que un niño crea, sin inhibiciones, sin fronteras, libre de restricciones y convenciones. Fue él quien hizo posible que hoy en día el arte nazca de una idea, un concepto concebido por el artista y no desde parámetros preestablecidos.

El legado

Treinta y ocho años después de su muerte acaecida en 1973 en Mougins, en el Mediterráneo francés, es el artista en el mundo al que le están dedicados más museos monográficos (aquellos que están centrados en un solo artista), nueve en total. Asimismo, cada año se realizan un sinnúmero de exposiciones a través de las cuales se descubre, estudia, revisa, reexamina, revaloriza su obra. Actualmente se están presentando simultáneamente a nivel mundial más de una docena de muestras dedicadas a su obra, desde Shanghái hasta Quito.

La Frick Collection de Nueva York, por dar un ejemplo, presenta una muestra donde se estudia a fondo la particular reinvención de los cánones clásicos del dibujo en las manos de Picasso durante los primeros treinta años de su producción artística, desde su rigurosa formación en la más estricta tradición académica hasta sus inventivas cubistas y los posteriores años en que redefine la línea clásica de la Gran tradición. Es a través del dibujo donde conocemos a Picasso íntimamente y de primera mano.

 

  Deja tu comentario