Historias de San Valentín
Declaración entre cajas de pizza
Jorge Gómez y Stefanie Serrano
Aunque tenían solo seis meses como enamorados, Jorge escogió el 14 de febrero del 2013 para pedirle matrimonio. En lugar de buscar el restaurante más caro, él apostó por lo simple: “Me dijo que me alistara para salir a cenar, pero cuando paso a recogerme, me dijo que había olvidado hacer la reservación”, recuerda Stefanie. “Así que decidimos pedir pizza a domicilio y comer en familia”. Fue allí, enfrente de todos, cuando le pidió que aceptara ser su esposa. Por supuesto, ella le dijo que sí. Stefanie y Jorge se casarán el próximo 17 de mayo (D.L.A.).
Desastrosamente inolvidable
Jorge Andrés Palma y Angie Valenzuela
Jorge experimentó las leyes de Murphy justo el día más romántico del año. Acompañar a una amiga soltera atrasó a él y a su novia de buscar dónde celebrar juntos; todo estaba lleno. Casi a la medianoche terminaron en un restaurante en el cual compartieron mesa con otra pareja. Ahí no terminó el drama: al pagar la cuenta, su tarjeta bancaria fue rechazada y no tenía efectivo. Dejó su licencia de conducir en el local como garantía y Angie condujo hasta encontrar un cajero, donde él retiró el dinero y finalmente pudo pagar sus consumos. “Después de esto nos reímos, en este día todo se vuelve una locura. Este año veremos una buena película en casa” (G.Q.B.).
Se puso el delantal
Hugo Gaibor y Kristel Carrera
Kristel admite que para la cocina no tiene suficientes destrezas, sin embargo decidió hacer un gran esfuerzo y preparar con sus propias manos la cena de San Valentín para su novio. “Le dije que haría una reservación en un lugar, pero en realidad estaba preparándome para cocinar uno de sus platos favoritos”, recuerda. Para ello le pidió asesoría a la señora que trabaja en su casa y al parecer todo salió como lo esperaba. “Sí le gustó, ¡se comió todo el plato!”, comenta entre risas. Kristel y Hugo llevan cinco años como enamorados y acaban de comprometerse (D.L.A.).