Algo más valioso que el dinero

La historia de Chris Gardner y su pequeño hijo ha inspirado a miles de personas a través del filme En busca de la felicidad. Ahora estará en Guayaquil para participar en el IDE Expomanagement.

El pasar de ser una persona sin hogar, cuya lucha diaria se centra en alimentar a su hijo, a un exitoso empresario que viaja alrededor del mundo, parecería una historia salida de un cuento de hadas. Pero la vida de Chris Gardner no tiene nada mágico, solo mucha perseverancia.

“No era algo que yo creía que podía hacer, o algo que me gustaría hacer, era algo que tenía que hacer”, así describe el actual empresario y conferenciante motivacional el impulso que lo llevó a salir adelante junto a su hijo cuando serias dificultades económicas los llevaron a vivir en las calles.

Pero, aunque en ese momento el dinero era vital para su supervivencia, las fuerzas de Chris para seguir luchando tenían un origen más profundo: “Yo tomé una decisión siendo un niño, de que cuando creciera mis hijos no iban a crecer sin saber quién es su padre y tuve que apegarme a esta decisión como un hombre de 28 años”, comenta Chris para La Revista en una entrevista vía telefónica desde Chicago. “Sabía que podía hacerlo porque estaba persiguiendo algo que me apasionaba, que era darle a mi hijo algo que yo nunca tuve: un padre”, expresa. Gardner publicó su autobiografía en el 2006, pero fue la película En busca de la felicidad, protagonizada por Will Smith y su hijo Jaden, la que permitió que su historia tocara los corazones de millones de personas en el mundo.

Tienes que tomar una decisión, comprometerte y seguir tu objetivo. Pasión, decisión, compromiso y búsqueda, todos son pasos, porque no todo simplemente va a llegar a ti”, Chris Gardner

Continuando con esta labor, Chris viaja actualmente por varios países compartiendo con miles de personas su experiencia y ayudándolas a trabajar por sus metas. Es así que llega a Guayaquil para participar en el IDE Expomanagement organizado por el IDE Business School.

La búsqueda

El espíritu luchador de Gardner se forjó desde su infancia. A pesar de que no conoció a su padre biológico hasta ser un adulto y tuvo que soportar los ataques de su padrastro contra su madre, sería este mismo ambiente adverso el que determinaría sus futuras decisiones. “Recuerdo a mi mamá diciéndome, cuando aún era pequeño, que yo podía hacer todo lo que yo quisiera y ser quien yo quisiera”, relata. Y serían estas palabras las que se mantendrían fijas en la mente de Chris durante los siguientes desafíos.

Trabajó como asistente de un doctor pero al creer que, debido a la rápida evolución de la medicina, todo lo que estaba aprendiendo sería inservible cuando él pudiera ejercer esa profesión, decidió abandonar este camino. Para entonces, Chris ya estaba casado con la experta en matemáticas Sherry Dyson y su decisión de renunciar a la carrera de doctor afectó su relación, pero el quiebre final se dio cuando Jackie Medina, una estudiante de odontología quedó embarazada de Chris. Él decidió mudarse con ella y prepararse para la paternidad.

Con un salario que no alcanzaba para cubrir los gastos, se dedicó también a la venta de equipos médicos, hasta que el encuentro con un hombre muy bien vestido y en un Ferrari rojo, cambiaría su destino. Se trataba de Bob Bridges, un agente de bolsa que lo introdujo al mundo financiero. Poco tiempo después, Chris logró ser aceptado en un programa de entrenamiento en E. F. Hutton & Co., pero para su sorpresa, cuando se presentó listo para trabajar, la persona que lo contrató había sido despedida. A estas alturas, su relación con Jackie ya estaba completamente deteriorada. Chris tuvo, además, que pasar diez días en la cárcel por multas de estacionamiento y al salir, regresó a un departamento vacío donde todas sus cosas habían desaparecido, menos su esperanza.

Con la misma ropa que tenía puesta se presentó en la firma Dean Witter Reynolds y consiguió entrar a un programa de entrenamiento. Jackie decidió dejar su hijo a su cuidado llevándolo a un nuevo desafío: el lugar donde vivían no aceptaban niños y a pesar de tener un empleo, tuvieron que abandonar su casa y enfrentarse a las calles. Ninguno de sus compañeros de trabajo supo que él y su hijo estuvieron sin hogar durante aproximadamente un año, mientras Chris dejaba durante las mañanas a su hijo en una guardería, almorzaba en un comedor popular y dormía en cualquier lugar donde ellos pudieran estar seguros.

Precisamente aquel periodo se presenta en el filme dirigido por Gabriele Muccino. “Estuve en el set durante diecisiete semanas porque el Sr. Smith me pidió que estuviera allí, y no podría estar más feliz con la película. Creo que el director hizo un fabuloso trabajo pero para mí la estrella de la película fue el pequeño Jaden Smith”, comenta.

El encuentro

Su fortuna cambió definitivamente en 1983 cuando comenzó a trabajar en Bear Stearns & Co. con un salario que le permitió cubrir los gastos de su familia y, con el tiempo, fundar su propia empresa. Su compañía Gardner Rich and Co. se fundó en 1987, con un capital inicial de 10 mil dólares y un escritorio de madera, que también hacía las veces de comedor para su familia. En el 2006 vendió su participación y se convirtió en el CEO de Christopher Gardner International Holdings.

Sin embargo, actualmente para Chris la felicidad no se trata solamente de los números en una cuenta bancaria. “Tienes que comprometerte, pero no puede ser solo por dinero, sino preguntarte, ¿estás sano?, ¿estás con tus hijos?, ¿tienes la relación que quisieras tener con ellos? Y si estás haciendo cosas que de verdad quieres hacer, cosas que te apasionan”, enfatiza.

“Tienes que tomar una decisión, comprometerte y seguir tu objetivo. Pasión, decisión, compromiso y búsqueda, todos son pasos, porque no todo simplemente va a llegar a ti”, añade. Actualmente su vida se enriquece también de la energía de las experiencias de quienes asisten a sus conferencias. “La gente que más me inspira es la gente que conozco y que comparte conmigo cómo están persiguiendo su felicidad, todos quienes me dicen cómo la película y el libro los ha inspirado a romper sus círculos”, afirma. Sus objetivos en los negocios también han cambiado. “Nunca más volveré a hacer nada solo por hacer dinero o simplemente porque soy bueno en eso. Si algo no me emociona y apasiona, no lo haré”, dice. En estos días, su sonrisa se debe a su salud, la satisfacción de haber podido ver crecer a sus hijos y a su pequeña nieta de 5 años. Aunque los golpes siguen llegando.

En julio, Holly Ann Norwick, la mujer que Chris ha amado durante los últimos 20 años, falleció a causa del cáncer de cerebro. “Acabo de perder al amor de mi vida luego de una batalla de 4 años y creo que una de las lecciones más valiosas que aprendí recientemente es que a veces lo más importante que puedes realizar en tu vida es hacerle saber a quienes amas que siempre estarás allí”.