Sobre Marulanda

09 de Diciembre de 2012

Los jóvenes antes se morían por tener su propio lugar, casarse, tener hijos, ser independientes (columna de Ángela Marulanda, ‘El marido inmaduro’, diciembre 2). Ahora prefieren la comodidad, estando en casa de los padres, no pagan alquiler, y pueden entrar y salir cuando les plazca. Conocí un psicólogo renombrado en USA, quien a una señora que le contó su problema, le respondió con una analogía: “Si está horneando un pastel y se da cuenta que olvidó añadir la esencia de vainilla, todavía está a tiempo de sacarlo del horno y verter un poco de esencia, que es más difícil cuando está cocinado”. Y agregó: “Cuando una familia me dice que su hijo de 30 años dejó la universidad y no trabaja, les respondo: ‘No tengo nada que ofrecerle a su hijo’”.

Pilar Kinchen

 

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