Despiden a Bernard

22 de Abril de 2018

Bernard y sus recomendaciones gastronómicas. Epicuro era una de las páginas más leídas los domingos de La Revista”, es amante de la buena cocina y vinos, aunque prefiere la comida no muy sofisticada, gourmet. (columna de Epicuro, ‘Casi 20 años: Filosofía gastronómica, abril 15). En mi teléfono anotaba las recomendaciones de Epicuro para luego visitar los establecimientos donde tomarse un buen café, un chocolate, qué vino debemos acompañar en las comidas, así como también dónde preparan los mejores callos madrileños, el risoto 4 quesos, el pulpo o las delicias con un toque de tinta de calamares, donde encontrar los mejores mariscos, comida asiática, peruana, ecuatoriana, mexicana, libanesa, las carnes nacionales o importadas en su corte y punto ideal, aunque Epicuro prefiere el término medio. Criticó los altos precios de los vinos y platos en algunos establecimientos, las sangrías con vinos de cartón de baja calidad. Epicuro también era un buen referente para impulsar el éxito a establecimientos poco conocidos y de buen comer y precio. Recomendaba que, si desea degustar un buen plato a la carta, tiene su tiempo de espera mientras lo preparan, y si tiene prisa vaya a comer hamburguesas, papas fritas y gaseosa que seguro se encuentran de buena calidad. Siempre cancelaba su consumo para poder tener la libertad de opinar, censurar, criticar, elogiar libremente y sin compromisos. Saludos cordiales, Bernard
Alfredo Ludeña Valdiviezo

No estaba al tanto de que Bernard fuera Epicuro. Aún sin saberlo el resultado habría sido el mismo, un profundo agradecimiento por el amigo que domingo a domingo llevó mi paladar a recorrer el mundo, exaltó mi imaginación con sus recetas caseras y su amor por la guatita. Elevó mi alma al denotar humanidad, buen gusto y tacto aún en sus críticas más duras. El comunicador que encantó mis tardes de niña junto a un piano, permitiéndome evocar el tiempo compartido con una madre más tarde ausente. Ya adulta, a través de su amor por el mundo, su familia, su esposa, su nieta, se convirtió en un referente de lo que significa ser humano. Reí con sus alegrías, lloré sus ausencias. Bernard, si usted llegara a leer estas líneas, permítame decirle una vez más gracias, por ser un ser humano íntegro, imperfecto y sincero. Se despide aquella niña que siempre recordó portarse mal sin hacerle daño a nadie.
Pamela González

El estilo que tenían sus columnas siempre revelaron que detrás de esas palabras, había un hombre muy sensible. Creo que Epicuro deja su marca en nuestro país, en nuestra ciudad de Guayaquil y en la vida de todos quienes los leíamos cada domingo. ¿Quién nos dirá ahora dónde ir o no? ¿Cómo hacer explotar nuestro paladar con alguna fórmula gastronómica para lograr el mayor deleite? Es difícil que alguien siga su legado. Epicuro fue único, pero dejó una gran formación en todos sus lectores, lo extrañaremos.
Anita

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