Prikzter para Cataluña
Por segunda ocasión, el mayor premio a la arquitectura recae en España. Pero es la primera vez que celebra el trabajo conjunto de tres arquitectos.
Hasta inicios del 2017, el único país con dos medallas Prikzter había sido Portugal. El primero se consagró en 1992, en honor al arquitecto Álvaro Siza por el diseño del Pabellón de Portugal, construido para la representación nacional en la Exposición Internacional de 1998. Luego, en el 2011, con el proyecto del Estadio Municipal de Braga, de Eduardo Souto de Moura.
“Había dos Pritzkers portugueses y solo uno español. De un plumazo tenemos cuatro”, bromea Carme Pigem, una de las socias del estudio catalán RCR Arquitectes, el cual complementa con Rafael Aranda y Ramón Vilalta. Sus iniciales forman las siglas del nombre de la oficina.
España alcanzó la primera distinción en 1996 con el Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal, en el País Vasco, y sede principal del Festival de Cine de San Sebastián. Pero este año Prikzter celebró por primera vez a una agrupación, en vez de un único experto. Los proyectos de RCR se destacaron por realzar el color, la transparencia, la luz y las técnicas constructivas en edificios públicos y viviendas, hasta en un jardín infantil y una bodega de vinos. La gran mayoría están en la península ibérica y España.
Justamente, ese valor a la arquitectura producida localmente en un entorno cada vez más globalizado fue el aspecto que otorgó mayor realce el jurado del galardón considerado el más importante de la arquitectura. En segundo lugar está la búsqueda de una identidad universal con materiales únicos como acero y el plástico reciclado. Glenn Murcutt, presidente del jurado expresó: “Han demostrado que la unidad de un material puede otorgarle fuerza y simplicidad a un edificio”. También afirmó que cada vez más personas temen que, debido a la influencia internacional, se pierdan valores, arte y costumbres locales.
El jurado cree que los arquitectos premiados “nos ayudan a ver, de una manera bella y poética, que la respuesta a la pregunta no es ‘una u otra’ y que podemos, al menos en la arquitectura, aspirar a tener ambas cosas: nuestras raíces firmemente en el lugar y nuestros brazos extendidos al resto del mundo”.
Obra ganadora
El edificio alabado es la biblioteca Sant Antoni (Barcelona), un proyecto que ganó el concurso del Ayuntamiento para la recuperación del interior de una manzana con acceso por un solar vacante. Consiste en una biblioteca y un hogar de jubilados con una superficie de 1.500 m2.
El desafío fue introducir la actividad en el interior de la manzana, por ello generaron transiciones y aberturas. Por lo tanto, la biblioteca se configura como puerta y espacio relajante de lectura, hogar de jubilados, como fachada de espacio público, y el interior de manzana como jardín para niños con riqueza espacial y de relaciones para un conjunto urbano socialmente dinámico. (I)
Minimalismo y naturaleza
Estadio de atletismo Tossol-Basil (Girona, 2000). Una de las primeras obras del estudio donde se manifiesta el respeto con la naturaleza. RCR mira la arquitectura como una forma de arte que incide en la vida cotidiana sin renunciar a sus aspiraciones estéticas. El País.
Los alabados
El sábado 20 de mayo, los arquitectos Ramón Vilalta (i), Carme Pigem y Rafael Aranda, de RCR Arquitectos, recibieron el premio Pritzker 2017 en una ceremonia en el Akasaka Palace en Tokio, Japón.
Fuentes: El País, Plataforma Arquitectura.