Espanglish, ¿'in' o 'out'?

17 de Marzo de 2013

La mezcla de términos en inglés con palabras en español es una tendencia evidente en nuestra sociedad. La moda, la tecnología y algunas canciones han popularizado el espanglish. Pero, en verdad ¿es más cool hablar así?

Decir ‘tomémonos una pic’ suena, para algunos, más nice que ‘tomémonos una foto’ y claro, ladies night es más chic que ‘noche de mujeres’. Actualmente los libros son best-sellers, las fotos se photoshopean, se envía una giftcard, nadie se pierde el happy hour y se critica el copy-paste en algunos trabajos estudiantiles.

Si ha leído los párrafos anteriores y entiende perfectamente su significado es porque usted, en cierto grado, se ha contagiado del espanglish. Sí, espanglish, con e.

El Diccionario de la Real Academia de Lengua Española ya incluye el término definiéndolo como una “modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés”.

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En 1948, el escritor y periodista puertorriqueño Salvador Tió, quien también se desempeñó como presidente de la Academia Puertorriqueña de la Lengua, utilizó por primera vez los términos espanglish e inglañol, este último para referirse a la españolización del inglés. Desde entonces, esta tendencia no ha hecho nada más que extenderse y popularizarse.

Así, Pitbull canta “Yeah, yeah, yeah, que no pare la fiesta. Don't stop the party”. Mientras que Wycleaf Jean dice, en la canción Hips don’t lie, que Shakira “makes a man want to speak Spanish”. “Como se llama (sí), bonita (sí), mi casa (sí, Shakira Shakira), su casa”, continúa la letra. También Juan Luis Guerra cuenta en su canción La llave de mi corazón, que marcó el 305-594-1185 (three o' five, five ninety-four eleven eighty-five) y dijo: “Hey doc, le llamo por una amiga que conocí en un web site. Le pido que me dé solución, pues tiene la llave de mi corazón”.

Fashion y tech

Días atrás, la Fundación del Español Urgente publicó una nota en la que se refería al aporte del inglés en términos relacionados con la moda, desplazando el francés.

El reportaje titulado “En el mundo de la moda no eres nadie si no dices tres anglicismos por minuto”, mencionaba que “al parecer, se ve mejor el desfile del diseñador de turno si te han sentado en el front row, que en la primera fila, y es más trendy saludarlo luego en el kissing room que en la sala de encuentros”. “Y no todo el mundo tiene acceso al backstage o camerinos para ver el ajetreo que se traen las esculturales top models, superando un fitting (prueba previa al desfile) tras otro”, continúa el texto.

Pero no solo en las pasarelas desfila el espanglish. La tecnología es otra de las ramas en donde se lo utiliza a diario. Un mundo donde los smartphones compiten a diario, los más comentado siempre son los nuevos gadgets y apps, hay que revisar el e-mail todos los días para limpiar la inbox y eliminar el spam y también hay que fijarse en los trending topics en Twitter.

Defensa del español

So, estamos rodeados. El periodista y escritor español Álex Grijelmo ya hablaba de esta realidad en su libro ‘Defensa apasionada del idioma español’, publicado en 1998.

En el capítulo IX titulado ‘La invasión del inglés’, Grijelmo aclara que, a través de la historia, el español jamás estuvo cerrado a la incorporación de palabras de otras lenguas, algunas se han quedado entre nosotros “gracias a un disfraz adecuado”.

Sin embargo, enfatiza que el inglés, en apenas medio siglo, ha colocado en nuestras bocas tantas palabras como el árabe en ocho centurias. “El inglés, por algún salvoconducto especial, ha colocado en el vocabulario del hispanohablante palabras de grafía extraña, inadaptadas a su nuevo entorno, impronunciables en la fonética y la prosodia del español”, subraya. Y Grijelmo va más allá al decir que no se puede tratar a la lengua inglesa como invasora. “Se trata de algo mucho más patético: determinados hablantes del español desean ser invadidos porque anida en ellos el desprecio inconsciente hacia su propia cultura, no solo la de su país, sino toda la cultura hispana”, expresa. “Por tanto, con la obligación de rendirse ante el resto del mundo. Y el resto del mundo es para ellos Norteamérica”.

Pero, don’t worry, be happy. Al final, decidir si quiere ordenar una malteada o un milkshake, adquirir un souvenir o un recuerdo o ir de compras o de shopping será su decisión. (D.L.A.)

 

N’oublie pas el francés

El franglais o frenglish se refiere también a la mezcla de términos en francés con palabras en inglés. Algunos ejemplos de esta tendencia lingüística son: Je suis tired (Estoy cansado) y Je ne care pas (No me importa).

 

 

Palabras ‘cool’ para estar ‘in’

Aunque la Constitución mencione al español como idioma oficial, be honest!, todos hablamos espanglish. Desde la señora de mediana edad que gusta pasear en el shopping center para luego almorzar chicken nuggets con french fries en un restaurant self service, hasta el universitario que va al crossfit antes de hacer sus deberes en su laptop con wi-fi bebiendo un milkshake de chocolate.

Aquí el viernes de una chica ejecutiva: Se levanta algo groggy porque la noche anterior se fue de ladies night. No tiene tiempo de ir al gym, así que toma el taxi para llegar al trabajo. Pero antes pasa por el mall para comprar un best seller que leerá en el weekend, el cual por suerte encontró aún en stock.

Se sienta en su office, enciende el CPU, acomoda los colores del display y agarra el mouse.

La primera hora se dedica a leer y a contestar e-mails, enviando algunos con pesados attachments. ¡Se entera de que sus amigos la invitan de camping y trekking! Pero ella no tiene sleeping bag! “Más tarde regreso al mall y me compro uno… También lipstick y spray para el pelo”, piensa.

Pasa la mañana en meetings con la people de marketing diseñando unos banners, así hasta la hora del lunch. Sigue groggy. Se le ocurre que sería nice viajar con sus amigos haciendo autostop (a dedo). Regresa a la ofi y chatea con sus panas. Se irán en cooperativa. Así que comprarán los tickets del bus la noche anterior.

En la tarde asiste por su trabajo a un casting para Miss Ecuador. Y en la noche se va de party de música hip-hop tocada por un famoso discjockey. Escucha la música muy high porque su mesa está junto a los speakers. Sigue groggy y siente algo de stress. Así que a la medianoche termina el date y se va a dormir, pensando que debe madrugar para el weekend con sus best friends. ¡Ups! Se olvidó de comprar su ticket.

“¡Qué de lo last! Si no consigo un seat mañana, me voy de autostop”, piensa. “¡No soy ninguna loser!” (M.P.)

 

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