El método Safdie de ‘salud’ laboral

03 de Julio de 2016

El belga Robert Safdie, quien reside en Guayaquil, acaba de publicar el libro ¡Aquí mando yo!, para lograr talentos humanos felices y motivados.

Robert Safdie reside en la ciudad de Guayaquil desde 1992.Su libro nació por tres razones: “Primero, a esta edad sentí el deseo de compartir mi experiencia. Segundo, porque en mis años como profesor del Centro de Educación Continua de la Espol y la Cámara de Comercio de Guayaquil en capacitaciones sobre comportamiento laboral, dictadas a mandos medios e inferiores, al final siempre había un grupo de asistentes que me decía: ‘Usted tiene razón en todo, usted nos motiva, pero debería dictar este curso a los niveles superiores’. Opinaban que allí estaban los jefes que muestran prepotencia y falta de respeto al personal”.

La tercera razón vino cuando después de realizar una investigación, Safdie observó que el 53% del talento humano no era realmente feliz en su empleo. “Pensé que se debía principalmente al sueldo, pero eso quedó en tercer lugar. Los primeros motivos de insatisfacción eran ambiente laboral ingrato y trato irrespetuoso”.

 

Podríamos pensar que hay dos tipos de felicidad, la privada y la profesional; pero estamos errados, hay solo una, y para alcanzarla el contexto laboral juega un rol preponderante, ya que pasamos mucho tiempo en el trabajo”.
Robert Safdie

¡Aquí mando yo!

Fue así que en septiembre de 2013 se decidió a escribir ¡Aquí mando yo! (editorial El Conejo/Andante, 2016), texto de 82 páginas dividido en 27 temas, comenzando con el titulado ‘El machismo empresarial’, que no se refiere a maltratos al género femenino. Safdie lo define así: Es un estilo de gestión caracterizado por un poder único, una cierta carencia de sentido social, un lineamiento vertical y autoritario que se limita a dar órdenes. Que no entiende que gerenciar es conjugar dos actitudes opuestas: frialdad en el ejercicio de las responsabilidades y calidez en las relaciones humanas.

Él mismo se ha encontrado con jefes así. Recuerda que hace unos 45 años, cuando ocupaba un cargo gerencial en Bélgica, el vicepresidente de la empresa le solicitó un trabajo con el carácter de inmediato. “Debía presentarlo a las 11:00. Era una persona que presionaba por gusto. Le respondí que no podía realizar una buena labor en tan poco tiempo”. Así que ese ejecutivo lo amenazó: “O me entrega el trabajo o pierde el puesto”. Safdie, quien ya había tenido otros roces por el mal temperamento de ese superior, decidió renunciar, poniendo su valor personal antes del valor de su sueldo.

Portada del libro de Safdie.Este autor del libro, quien ha ocupado cargos gerenciales en Medio Oriente, Europa y Sudamérica (14 años en Venezuela y 24 en Ecuador), recalca que tampoco se trata de renunciar con el primer o segundo problema que el empleado viva en la oficina, sino tratar de conseguir un buen ambiente laboral. Para ello, Safdie resume algunas de sus recomendaciones en los siguientes puntos.

1. “El papa Francisco dijo en su reciente visita a México: ‘Si algunos actúan con la fuerza y prepotencia es porque la vulnerabilidad de otros se lo permite’. Si un jefe descarga sus problemas o mal humor hacia los demás, el empleado no debe bajar la mirada, porque seguirá pasando lo mismo. Eso es sumisión, no obediencia”. Safdie enfatiza que quien baja la mirada pierde autoestima. “Si su jefe lo trata mal, dígaselo con cortesía”. El silencio puede acumular rencores.

2. Hay dos expresiones que resultan valiosas para cualquiera durante toda su vida, sin importar en qué continente resida: por favor y gracias. “Hasta el trabajador más humilde, que llega a limpiar la oficina, hay que saludarlo, hay que agradecerle, solicitarle algo ‘por favor’. Primero, porque eso es respeto. Y segundo, porque hay que aceptar que en la vida no todos podemos ser presidentes o gerentes”. Hay que observar que hay otros trabajos necesarios y realizados por personas que merecen buen trato.

3. Considerar que la relación jefe-empleado debería ser de mutuo beneficio. Una empresa no le hace un favor al alguien que contrata o que le paga un sueldo. “Si me contratan es porque me necesitan. Y si yo voy a aportar con mi destreza, los jefes deben apreciar eso. Y cuando me pagan un sueldo es porque me lo gané con un trabajo bien hecho. Eso también es autoestima”.

4. “Odio la palabra ‘subordinado’”. Safdie opina que el vocabulario empresarial debería cambiar en ciertos vocablos para mostrar una visión más positiva. “Cambiemos la palabra ‘autoridad’ por ‘responsabilidad’, ‘prepotencia’ por ‘liderazgo’, ‘indiferencia’ por ‘reconocimiento’ y ‘jefe’ por ‘colega’”.

5. Estos conceptos pueden ser mejor vistos en las grandes empresas, ya que en los negocios medianos o las empresas familiares resulta más común encontrar “amos que mandan y exigen que los demás obedezcan”. No se trata de generalizar, ya que también hay líderes valiosos en ese tipo de organizaciones.

Valorar al talento humano

¿Qué busca Safdie con su libro? “Que la gente tome conciencia de que lo más importante para una empresa es su talento humano. Hay que darles buen trato y reconocer su valor, ya que de ellos depende la productividad del negocio. Un gerente debe ver al colaborador como un socio y no como un simple subalterno que debe cumplir las órdenes que recibe”. (M.P.) (I)

 

Los gustos del motivador

Robert Safdie se considera un hombre frío y analítico, pero su trato personal demuestra una gran calidez humana y una sensibilidad para conectarse con quienes dialoga.

Laboró por catorce años en Caracas como alto directivo de un importante banco de Venezuela. Allí conoció a su esposa, la guayaquileña Alicia González (en la foto). Después de casarse se mudaron a esta ciudad porteña en 1992, tras lo cual Safdie ingresó a laborar como vicepresidente asesor de la división de Mercadeo del Banco del Pacífico. “Me gusta Guayaquil por la cordialidad de la gente; siempre me han tratado muy bien”. Laboró en esa entidad financiera hasta 1997, para luego convertirse en consultor independiente, capacitador y motivador que ha dictado charlas sobre felicidad laboral en innumerables organizaciones.

Y desde 2014 se ha dedicado exclusivamente a trabajar en escribir su libro y, desde ahora, en su promoción, la cual planea en un futuro llevar hasta el extranjero.

En su vida personal disfruta mucho del tiempo que pasa con su esposa. “Me gusta mucho la Sierra, destinos como Cuenca y Ambato por sus paisajes y el clima”, señala Safdie, quien disfruta de la comida ecuatoriana, especialmente de los mariscos, el pescado y el llapingacho, pero no gusta de los granos.

A sus 86 años de edad se encuentra disponible para dictar cursos para alcanzar el mayor equilibrio entre lo que él denomina “machismo empresarial” y el respeto y desarrollo del talento humano.

Libro: ¡Aquí mando yo! ($ 12), de venta en las librerías. Contacto: safasesoria1@ gmail.com, 207-1174,
098-433-0640.

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