David Blakeley: Del campo de batalla al plató

27 de Noviembre de 2011
  • David Blakeley
  • En Nasiriyah (Irak), David (i) al borde del territorio enemigo. Imagen tomada el día después de la emboscada que dio el título de su libro Pathfinder. Por razones de seguridad militar, su compañero aparece oculto.
  • David formó parte de uno de los catálogos de moda de De Prati este año.
  • Como soldado del Ejército británico, David Blakeley formó parte de algunas campañas. Aquí junto con el príncipe Carlos, quien visitó su escuadrón.
  • David tomó clases de actuación en Londres. Luego de esto se convirtió en modelo internacional. Foto: Susana Cárdenas Overstall
Susana Cárdenas Overstall, desde Londres

El inglés que se convirtió en modelo internacional de importantes marcas incluida De Prati nos cuenta su extraordinaria experiencia como militar en Irak.

Dos intentos fallidos, un sinnúmero de emails, llamadas telefónicas, y finalmente, David Blakeley nos citó en el 40 de Greek Street de Londres. El Soho Club es el punto de encuentro de modelos, actores, directores de teatro, cine; los movers and shakers de una industria que genera millones. Acaba de llegar de Milán, donde filmó un comercial del nuevo automóvil de Jaguar y, al día siguiente, debe madrugar para otro contrato en Ámsterdam.

Su agenda es apretada. Después de nuestro encuentro cenará con un productor de TV para una serie de aventura en Colombia y, muy probable, una de sus amigas top model lo acompañará. Pero ¿quién es este modelo, actor, soltero de 33 años, de físico imponente, profundos ojos azules que visitó Guayaquil hace pocas semanas para una campaña de De Prati?

David ensalza al equipo fotográfico con el que trabajó en Guayaquil y le apena no haber tenido tiempo para visitar las islas Galápagos. Nacido en  Nuneaton, un pintoresco pueblo inglés, hijo de profesores, amantes de los caballos, creció sin saber que su vida tendría el glamour del mundo de la moda y la actuación y la adrenalina de un campo de batalla.

Le resulta cómico que cuando fue fotografiado para la exclusiva casa de atuendos de cacería Holland and Holland le dieran clases de cómo disparar un rifle. “Ellos desconocían de mi carrera anterior”, manifiesta. David fue oficial del Ejército británico por casi doce años, graduado en la prestigiosa Academia Militar de Sandhurst (Surrey), antes de convertirse en paracaidista y excombatiente de feroces guerras en Kosovo, Serbia, Afganistán e Irak.

De hecho, formó parte de la unidad de Pathfinder, (fracción de 16 Air Assault Brigade), el grupo de paracaidistas que se encargan de reconocer zonas de combate antes del desembarco de las fuerzas militares. Delimitan las áreas de aterrizaje de paracaidistas y helicópteros. “Son los hijos bastardos de SAS (Special Air Service), como dice David.

La conversación de aquella noche se basó, más que nada, en su vida en el ejército.  Un suceso que vivió en Irak (La Revista tiene la exclusiva) será la trama del libro Pathfinder (editorial Orión en Inglaterra) y saldrá en el 2012.

Episodio heroico en Nasiriyah

Irak, marzo del 2003. David regresaba de un entrenamiento de paracaidistas en California directo a ingresar las filas del Ejército británico que aterrizaría en Irak. “Me habían asignado el cargo de segundo al mando de la unidad de Pathfinder. Y formaría parte de una guerra liderada por los americanos dispuestos a acabar con Saddam Hussein”, explica David.

Debían llegar a Bagdad, no sin antes tomar el campo de aviación de Qalat Sikar, a 250 kilómetros al sudeste de la capital iraquí. Pero para cumplir esa misión debían adueñarse de los puentes que cruzan el río Éufrates y las autopistas que atraviesan la ciudad de Nasiriyah, vías de acceso directo para las tropas americanas que se encontraban en  Kuwait.

El 23 de marzo la legión americana lideraría el operativo, mientras que la unidad británica o de coalición de David que cumpliría la misión de reconocer el área se ubicaría detrás de ellos.

Según la información concedida por Inteligencia militar, la zona estaba limpia, con pocos insurgentes, pero los datos fueron errados. Había más de dos mil iraquíes custodiando el área, entre ellos fedayines, paramilitares seguidores de Saddam Hussein. “Los americanos sufrieron una sangrienta emboscada esa noche; es la conocida batalla de Nasiriyah, donde 29 soldados americanos murieron”, explica David. 

Solo nueve miembros formaban la patrulla Pathfinder; conducían con los últimos rayos de luz  en un territorio enemigo plagado de rebeldes. “Los disparos se calmaron y decidimos continuar con la esperanza de que la resistencia se hubiese retirado. Era imposible detenernos porque debíamos llegar a inspeccionar el centro de aviación en Qalat Sakir para que el batallón de paracaidistas americanos aterrizara a las cuatro de la mañana del día siguiente”.

Manejaron en la mitad de la noche sin ser percibidos por el enemigo, al pasar unos cuantos kilómetros se percataron de que habían atravesado varios puestos iraquíes sin ser vistos.

Por esa zona repleta de restos arqueológicos, donde hace milenios se hallaban los Jardines colgantes de Babilonia, la patrulla de David cayó por accidente en uno de los antiguos canales. En silencio observaron al enemigo, sin que ellos lo detectaran.
No podían permitirse entrar en combate o él no estaría allí para contarlo.
“Tal vez nos confundieron con su gente o quizás el hecho de que no usaran lentes de visión nocturna nos salvó”.

En esa noche la unidad de Pathfinder atravesó y sobrevivió a cuatro emboscadas. Al llegar al frente donde se encontraban los americanos, casi fueron atacados por la coalición.  “No nos reconocieron. Estaban agotados, habían perdido soldados hace pocas horas en Nasiriyah. Por suerte prendimos y apagamos las luces del jeep y registraron que éramos nosotros”.

De hecho fallaron en la misión de llegar a Qalat Sikar, pero dieron información valiosa de la ubicación de dos mil rebeldes iraquíes. Pocas horas después, la Fuerza Aérea americana bombardeó el territorio enemigo. El operativo fue un éxito y las tropas continuaron su camino a Bagdad. Esta es la heroica historia que cautivó a sus editores y que se narrará en su libro Pathfinder.

Oficial-actor-modelo

Años después, aún en Irak, David tuvo un accidente de carro, ocho costillas rotas y severos daños en su brazo derecho. Veinticuatro horas después yacía en una cama en un hospital de Devon (Inglaterra), sin suponer que su vida militar se había acabado.

– ¿Cómo te sentiste?– “Enojado con el ejército, pero contento con la carta que el príncipe Carlos me había enviado”, responde.

Un año y medio después, ya recuperado, su madre, una actriz amateur, lo invita a leer unas líneas en una obra de teatro. “En actuación debes ser emocionalmente disponible y expresar tus sentimientos. En el ejército es todo lo contrario”.

David tomó clases de actuación en Londres y obtuvo papeles pequeños en dos películas independientes británicas: Malice in Wonderland (2009) y The Tomb Robbery Papyrus (2009).

Recientemente trabajó con sir Ridley Scott, productor de películas Gladiator, Robin Hood, por mencionar algunas. Es decir, su carrera aún está construyéndose y por el momento su libro y algunos viajes a Los Ángeles y Europa lo tendrán ocupado. Quizás cuando llegue a Hollywood su experiencia como Pathfinder y su fascinante historia le ayuden a alcanzar reñidos papeles, donde la belleza no lo es todo.

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