Yoko Ono: Más vigente que nunca

13 de Enero de 2013

En febrero cumplirá 80 años de edad, sin embargo, la viuda de John Lennon experimenta un gran renacimiento en la escena artística y cultural.

“Este es el saco, y, vea usted, estos son los pantalones”, decía Yoko Ono. “En esto es en lo que me quiero concentrar. Acentuar lo bueno”.

Eran las 10:45 de un reciente día otoñal y Ono estaba sentada al fondo del moderno emporio de la moda Opening Ceremony en SoHo, ataviada con anteojos oscuros y uno de sus característicos sombreros de copa (de Issey Miyake, por si se preguntaban), y le mostraba a un reportero una serie de bosquejos que había entregado al equipo de diseño con el que trabajaba ahí.

Resultó que los pantalones en los que se centraba tenían un agujero donde normalmente está la ingle, y lo bueno a lo que se refería. Bueno, entienden la idea.

Ono señaló otro bosquejo, esta vez con flechas indicando los pezones, e instrucciones que decían: “Agujeros para colocar flores (frescas)”. Poco después, un asistente trajo unas rodilleras con ojos pintados. ¿Para qué molestarse en preguntar para qué los diseñó? Baste decir que al parecer, el blanco demográfico de Ono no son los miembros de la Liga Nacional de Fútbol Americano.

La más reciente celebridad entrante en el juego del diseño tuvo la idea de hacer ropa para caballeros cuando se enamoró de John Lennon en 1960. Adoraba su aspecto, tanto vestido como desvestido, y la perturbó algo el hecho de que casi siempre eran las mujeres a las que los diseñadores presentaban como objetos sexuales. “Los hombres siempre querían que nos viéramos bien y nos quitáramos todo”, dijo Ono. “Y nunca podíamos disfrutar la sexualidad de los hombres en esa forma”. Consideraba hacer algo al respecto entonces, pero se dio cuenta de que el mundo no estaba precisamente en sincronía con sus predilecciones sartoriales.

Creo que su mensaje de paz es relevante en este momento.Su compromiso de tiempo atrás con el activismo político le confiere credibilidad”.
Catherine Morris

Los tiempos cambiaron, claro. Las mujeres salieron a trabajar en hordas. Los límites a la moda se hicieron borrosos. Los gays y las lesbianas pasaron a ser parte de la corriente institucional. El cuerpo masculino se volvió una mercancía en la avenida Madison. Y, entonces, al cumplir 70 años, Ono hizo amistad con jóvenes de la moda que la consideraban no como la mujer que separó a los Beatles, sino como una estadista mayor; un recordatorio de lo que solía ser Nueva York antes de que los tipos financieros se apoderaran de ella.

Así es que cuando conoció en Tokio a Humberto Leon, un fundador de Opening Ceremony, hace unos tres años y le dijo que había soñado hace mucho con hacer una línea de ropa para caballeros, él aprovechó de inmediato la oportunidad de trabajar con ella.

“Siempre ha sido una radical”, dijo Leon. “Empuja los límites”. Las piezas favoritas de Leon, oficialmente, son una serie de artículos con campanas colgando. “Hay una que es un collar de plexiglás que se usa con dos campanas y se coloca donde estarían los pechos”, dijo. “Con la inscripción: ‘Tócale a tu mami’”. Otro es un cinturón negro de piel que dice: “No me toques”, con una campana cerca del ombligo para alejar a quienes pudieran estar inclinados a hacer justo eso.

“Creo que a la gente le va a emocionar mucho”, dijo Leon. ¿Son algo tontos? A lo mejor. Sin embargo, la colaboración parece darse en un momento en el que Ono, quien todavía vive en el edificio de departamentos Dakota en Upper West Side, experimenta un gran renacimiento en la escena artística y cultural. Se ha apreciado mucho más su trabajo como artista visual.

En junio se realizó una retrospectiva de su obra en la galería Serpentine de Londres. En los Juegos Olímpicos del verano pasado colaboró con Selfridges, la tienda departamental de Londres, en la instalación pública Imagine Peace, que culminó durante la ceremonia de clausura con pietaje de John Lennon cantando Imagine.

En septiembre estaba de vuelta en Nueva York para una instalación de video en Times Square, en colaboración con el fondo Art Production. Ono también se ha vuelto una presencia frecuente en el circuito social de Nueva York, al asistir a recaudaciones de fondos y desfiles de modas, como el del debut de la fragancia de Lady Gaga en el museo Guggenheim en septiembre.

La pequeñita llena de guiones inició, incluso, una colección de cápsulas de joyería para Swarovski, una colaboración celebrada en la fiesta de la Semana de la Moda a la que asistieron Julianne Moore y Elizabeth Olsen. Nada mal, dado que en unos meses Ono cumplirá 80 años de edad. Como lo cuenta, simplemente está haciendo lo que siempre ha hecho, tratar de mantenerse activa y hacer del mundo un lugar mejor. Y como lo cuentan sus amistades, no hay mejor momento. El descontento en Oriente Próximo, la crisis económica en Europa y los retos políticos aquí, en Estados Unidos, dicen, han hecho que la gente sea más receptiva a su mensaje, sencillo y sin ironía, sobre amarse los unos a los otros y hacer lo que a cada quien corresponde para provocar el cambio social.

“Creo que su mensaje de paz es relevante en este momento”, dijo Catherine Morris, la curadora del Centro Elizabeth A. Sackler para el Arte Feminista en el Museo Brooklyn, donde se honró a Ono hace poco. “Su compromiso de tiempo atrás con el activismo político le confiere credibilidad”.

Doreen Remen, una fundadora del fondo Art Production, estuvo de acuerdo. “Conforme las cosas se hacen cada vez más caóticas, y se nos empuja al borde donde tenemos que tomar decisiones y ser responsables de nuestras propias acciones, su obra habla de eso”, expresó. “Es una hoja de ruta”.

Fuente: The New York Times

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