Historietas ecuatorianas

11 de Agosto de 2013
Diana León Álvarez Fotos: Víctor Álvarez

Un grupo de jóvenes artistas ha decidido dedicar su vida a los cómics. Actualmente han visto su sueño hecho realidad con la publicación de sus primeros trabajos.

Para ellos son más que simples dibujos. Cada trazo, cada detalle y palabra son los elementos que llenan de vida las páginas de sus cuadernos en blanco. En sus mentes, cada personaje es real y solo aguarda a que su creador tome con sus manos las herramientas y comience a escribir una de sus nuevas aventuras.

Para este grupo de jóvenes los cómics son parte importante de su vida y un arte que se esfuerzan por pulir cada día. Si bien ya han logrado publicar sus historietas en Ecuador, ese es solo el inicio del camino pues su objetivo es convertirse en historietistas profesionales y llevar sus publicaciones a varios países.

Casi todos comenzaron dibujando desde la infancia. Y aunque para ellos eran solo garabatos en hojas de papel, la calidad de sus dibujos no pasó desapercibida para sus amigos y compañeros de clases, quienes los animaron a continuar desarrollando esta habilidad.

Ese fue el caso de Valeria Galarza, quien dibujó su primera historieta a los 13 años. Tenía por título Another Romantic Comedy y reflejaba el estilo de dibujo japonés, el cual Valeria ya dominaba. Pedro Benalcázar comenzó también desde niño viendo las series animadas y leyendo las revistas y sus primeros dibujos emulaban a Robotech y a las Tortugas Ninja. Sin embargo, a los 10 años ya había terminado su primera historieta. Andrés González también pasó varios años dibujando de manera personal hasta que decidió perfeccionar su técnica e inscribirse en la Escuela del Cómic.

Otros jóvenes como Malú Pérez y Julián González se interesaron inicialmente por la pintura y el arte. Sin embargo, su gusto por el anime y por contar historias los llevaron a vincularse también con las historietas. “Quería una actividad en que pudiera combinar todo lo que me gusta: pintar cuadros y contar historias de manera secuencial, así que decidí empezar a hacer cómics”, explica Julián.

Carlos Mendoza, en su caso, se dio cuenta de su talento para crear historias cuando en la universidad presentó uno de sus trabajos como asignación final de su clase de dibujo. “El trabajo final era hacer tu propia historieta, así que hice una historia corta, se la mostré al profesor y no sé qué pasó pero cuando terminó de leerla, se puso a llorar y entonces aprobé”, recuerda.

Impresos

Aunque este talento para el dibujo pudo mantenerse simplemente como un hobby en sus vidas, ellos decidieron continuar perfeccionándolo. Este esfuerzo se vio recompensado con la publicación formal de sus historietas con el apoyo del Cómic Club.

El pasado 31 de mayo vio la luz el primer número de Competir por ti, cómic original de Valeria Galarza. “Es mi primera historia con una trama escolar, en el que no intervienen ni superhéroes ni poderes de ningún tipo”, explica. “La protagonista es Rita, quien tiene que mudarse de su ciudad. En su nuevo colegio se reencuentra con su mejor amiga Yuli, su novio Édgar y también conoce a Joseph”, relata.

Sketchbook es el nombre del cómic de Pedro, el cual se desarrolla bajo el género de superhéroes y mutantes con escenarios similares a los videojuegos.

Julián es el autor de la historieta Invasión que tiene como trama un ataque alienígena al planeta Tierra. “No quería utilizar nada de artes marciales, así que el héroe es un hombre que se convierte en soldado y que en el camino encuentra el valor para luchar y defender a toda la raza humana”, comenta.

D.A.D. es la publicación de Andrés que narra la vida de tres jóvenes que se enfrentan a muchos problemas, pero que terminan unidos por su aficiones y deciden luchar por sus metas. “Ese es el objetivo de la historia, que los lectores noten que la vida no siempre es de color de rosa y a veces hay que esforzarse por conseguir tus sueños”, expresa Andrés.

Las ilustraciones de Malú aparecen en el cómic Leyendas donde colabora con Mauricio Gil, vicepresidente del Cómic Club. Esta historieta recoge mitos de la Amazonía, Costa y Sierra del Ecuador.

Carlos decidió inclinarse por la narrativa y unir todas sus historias en la novela ilustrada titulada Angeluz. “Se trata de un chico que no encaja en el mundo, pero una noche, en sus sueños, aparece un hombre de blanco quien hace un trato con él para cambiar su vida, solo que ese pacto involucraba borrar su existencia en este mundo para irse a vivir a otro”, explica.

Un esfuerzo recompensado

Los jóvenes admiten que no fue sencillo que su familia apoyara su decisión de dedicarse a escribir historietas, pues los animaban a perseguir otra carrera universitaria. Así lo confirma Malú, quien es fan de Sakura Card Captor. “En mi familia a nadie le agradaba que yo quisiera ser historietista, pero cuando ya vieron la revista terminada sí les gustó”, recuerda. “Recién, entonces, se dieron cuenta de que sí se puede y ¡claro que se puede!, pero uno tiene que esforzarse, rendirse es lo peor”.

Valeria también tuvo una experiencia similar. “Yo decidí que quería ser escritora, les conté a mis papás y también me dijeron que esa profesión no es muy acogida. Pero tuvo que pasar todo este tiempo hasta que publiqué mi historieta para que se dieran cuenta que sí es posible dedicarse a esto”, expresa.

Pero su recompensa no termina en la publicación de su historieta. Para ellos, su mayor satisfacción es ver a otros leyendo sus revistas.

“En la Convención de Cómics que tuvimos en la Plaza Colón me tocó ver a un niño que tenía una fundita con monedas y estaba sacando de allí para comprar una de mis revistas”, recuerda Julián. “Eso te llena de gusto, el ver cómo un niño que quizás tiene tiempo ahorrando, invierte su dinero en algo nuestro. Allí te das cuenta que lo que estamos haciendo es bien recibido y te anima a seguir trabajando”, dice.

“Aunque para otras personas pueda parecer insignificante, para nosotros es algo grande”, afirma Malú. “Porque sí hemos tenido público, que no han sido ni amigos ni familiares, sino personas que no conocemos que nos han comprado. Eso nos da la satisfacción de saber que nuestro trabajo es bueno y agradable al público”.

Su meta es continuar trabajando por la difusión de sus historietas y quizás llegar a trabajar para grandes compañías extranjeras. Sin embargo, consideran necesario contar con el apoyo de más instituciones.

Así lo expresa Julián, quien afirma ser fanático de Superman y de Flecha Verde. “En nuestro país, a muchas personas no les gusta leer y menos si tienen que pagar, entonces son contados quienes leen libros e historietas”, expresa. “Por eso necesitamos más apoyo en la difusión para que las personas conozcan nuestros trabajos y se genere un cambio. Publicar una historieta es muy complicado, pero si la cultura cambiara quizás sería más fácil”.

Pedro también subraya el compromiso que debe existir de parte de los artistas nacionales por esforzarse para presentar una historieta de calidad, perfeccionar las técnicas y capacitarse para mejorar constantemente. “Todos tratamos de hacer lo mejor para sacar un buen producto, pero que también la empresa privada nos apoye”, dice. “Mi meta es llegar a trabajar para las grandes empresas como DC Cómics, Marvel o Image, sé que va a ser muy difícil y quizás no lo logre, pero hay que ir dando los primeros pasos”.

Malú invita a todos los dibujantes a meditar en lo siguiente: “Si yo tengo una historia y sé que es buena, ¿por qué no la publico?”, dice. “Eso es lo que me mantiene en este camino, porque sé que puedo llegar más allá”. Julián destaca también la importancia de la constancia en esta carrera para que así deje de parecer un simple hobby. “Por eso quisiera decirles a todos los que tienen sus dibujitos por allí, que se atrevan. Van a sentir miedo, como todos al inicio, pero hay que buscar hacer conexiones con las personas adecuadas y arriesgarse y lanzar el producto”, expresa Pedro.

Más información: Mauricio Gil, 099-797-0035, ecuadorcomic@yahoo.com

 

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