Adanowsky: Buscando su verdadero yo

18 de Octubre de 2015
Daniela Mejía

El cantante y actor francés, hijo del cineasta Alejandro Jodorowsky, ofrecerá un concierto en Guayaquil el domingo.

Dejar los personajes atrás para no repetirse demasiado, dejar las máscaras, encontrar el equilibrio entre su esencia y su personalidad. Es ese el statu quo de Adan Jodorowsky, un artista, un humano, un hijo, un apellido que lo marca, pero no lo condiciona. Es un ser que por diletante lo ha hecho casi todo –artísticamente hablando– y que a Ecuador llegará a mudar solo una de sus capas.

Será la de músico, la de Adanowsky, pero también la de El ídolo, Amador y Ada (sobre todo Ada, quien hasta el cierre de esta edición aún no había muerto), su trilogía de alter egos, los forrajes de sus tres más destacadas producciones discográficas como solista que lo consolidaron en la escena musical.

La presentación será el domingo 25 de octubre, desde las 18:00, en el MAAC (Malecón y Loja), junto a su banda, que incluye al exteclista de Prince, dos excoristas de David Bowie y un guitarrista de 20 años “que toca como Jimmy Page de Led Zeppelin”, afirma.

Será un show en formato acústico, donde tocará también Ricardo Pita, y que no estaba previsto en su gira por Latinoamérica. Un show en el que Adan siente que le van a “quitar la virginidad”, como cuando tocó por primera vez en Chile (en su primera gira por la región) y la sala estaba llena y el público coreaba sus canciones.

“Lo que me extrañó mucho es que yo no conocía Ecuador... nunca he ido y de repente digo que voy a Ecuador y ¡wow! todo el mundo empieza a escribirme (...). Estoy feliz, (de) descubrir un nuevo público”, expresa Adanowsky, vía Skype, mientras hace una pausa a su otro yo, el yo que produce discos de colegas como León Larregui, líder de la banda mexicana Zoé. Adan asumió ese reto para su primer álbum en solitario, Solstis, y repetirá el mismo rol para el que se viene.

Todo esto ocurre tras haber culminado la filmación de Poesía sin fin, la película en la que asumió el yo de su padre, Alejandro, “una experiencia sublime”, pero de la que dice estar aún recuperándose. “Fue muy duro porque tenía que estar dirigido por mi padre, tenía que olvidar que él era mi padre y pensarlo como director”, cuenta Adan desde México.

Y no se detiene. Desde noviembre, tras cumplir con las fechas de su tour por la región, se dedicará a componer la banda sonora de esta película, tal como lo hizo para su precuela, La danza de la realidad.

En enero, en cambio, lanzará un nuevo material, con los ambientes que había en Amador y en sus producciones más folk, titulado Adanowsky and Xavi & Los Imanes (Xavi es la voz de Gush, banda francesa con la que compartirá el escenario en Guayaquil).

Lo que tampoco se detiene para Adan son sus ganas de descubrirse, pero no en un personaje, sino en su esencia. “Lo más bello es transmitir tu esencia a la gente y dejar de esconderse detrás de máscaras, entonces tengo que asumir lo que soy, quién soy, cómo soy, cómo pienso y tengo que mostrar la cara ahora”, reconoce, frente a una pantalla. (E)

Costos: Amador $ 60, Ídolo $ 40. De venta en Mundo Burger (Urdesa, Guayacanes y calle 5ta) y Love Tattoo Parlour (Entre Ríos, mz. Z, solar 22.

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