El software y el mundo

03 de Agosto de 2014
EFE

El software terminará “devorando el mundo”, ha asegurado Evan Henshaw-Plath, uno de los cofundadores de Twitter, tras advertir que los experimentos científicos para manipular emociones desde la red no son algo residual sino costumbre entre muchas empresas de software para crear productos ‘adictivos’.

Este informático estadounidense, que vendió su parte en Twitter por solo una miseria, en contraste con su valor actual, participó en un taller sobre metodología Lean, organizado por el Instituto Europeo para el Emprendimiento, en Madrid.

Henshaw-Plath, actualmente director general de NEO, empresa de software, con clientes como General Electric, la autoridad gestora de dominios Icann o el grupo político Podemos, ha explicado que los juegos y las prácticas de experimentación psicológica en internet no están siendo cosa de unas pocas empresas tecnológicas, sino de la inmensa mayoría.

Facebook ha reconocido recientemente que ha realizado experimentos científicos sobre el estado anímico de las personas a partir de perfiles de sus usuarios; “cada día, cada minuto, en cada momento, la mayoría de empresas de software realiza juegos psicosociales, de mayor o menor envergadura, para conocer mejor las necesidades de la gente y desarrollar así productos más innovadores”.

La globalidad de internet, con todas sus virtudes, aunque con riesgos, ha dicho, está poniendo al alcance de cualquiera una infinidad de datos y herramientas en tiempo real con los que investigar de forma inmediata cualquier posible reacción social en todo el mundo.

Como con cualquier otro producto “adictivo”, también “las técnicas que se están desarrollando por gran parte de la industria del software buscan causar alteraciones químico-cerebrales para enganchar a los usuarios”, ha añadido.

Bajo esa filosofía adictiva funcionan juegos tan populares como  Angry Birds, o servicios como Facebook y otras redes sociales, que incitan al usuario a estar siempre pendiente de la pantalla del móvil.

La evolución del llamado “internet de las cosas”, con un mundo cada vez más conectado y sensores por todas partes, podría desatar todavía más este tipo de juegos de experimentación social en la red.

Asimismo afectará el “Big Data”, con el análisis “inteligente” de la ingente cantidad de datos de libre acceso que circula por internet.

“El software terminará devorando el mundo”, ha insistido, y eso impondrá cambios sociales contundentes, por ejemplo, en la forma de recordar.

La tecnología permitirá cada vez más la identificación automática de las imágenes de la cara de las personas en internet y su vinculación con información personal asociada a ellas. “Me preocupa mucho” que la sociedad no aprenda a olvidar a quienes saldaron ya sus deudas con la justicia por acciones delictivas del pasado más lejano, accesibles eternamente desde internet.

Ha advertido que la retirada de información en internet provocará situaciones paradójicas: el borrado de contenidos puede delatar incluso más que su presencia, “porque las sombras, los reflejos perduran siempre en la web”. 

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