Integración y tolerancia
Una mujer fantástica es la cinta chilena ganadora del Óscar a mejor película extranjera. Historia de un transgénero tratada con sutileza.
Ya venía cosechando varios triunfos. Había ganado el Fénix, el Goya, el premio del cine indie, el Independent Spirit, un Oso de Plata en la Berlinale. Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio, parecía imparable hasta que obtuvo el Óscar en la categoría mejor película extranjera. Sí, el drama de una mujer transexual cuya pareja muere de repente y ve sacudido su mundo por la primera esposa y los hijos del fallecido, ha ido por buen camino.
La crítica ha comentado que el filme del chileno “tiene aromas a Almodóvar”. “Tomo la comparación como un halago, aunque mi referente siempre fue Belle de Jour, de Buñuel”, precisó Lelio, director también de Gloria (2013), película que ahora tiene una nueva versión con Julianne Moore como protagonista.
“Probablemente haya un gran nivel canónico proveniente de Almodóvar de estas temáticas. Siendo muy honesto –y te lo dice alguien que hace poco volvió a ver Todo sobre mi madre bañado en lágrimas– en el panteón de las películas que me inspiraron Una mujer fantástica no estaban las de don Pedro. Pero los espectadores encuentran siempre pistas, huellas, de las que los directores a priori no éramos conscientes. Aunque con el protagonismo de una mujer transexual, más guiños asumidos al melodrama, cruzada por el thriller, en una película que es también una reflexión sobre el cine... entiendo la referencia almodovariana. Yo pensaba más en Jeanne Moreau en Ascensor para el cadalso...”.
Moreau ha sido una clara influencia en el personaje que encarna Daniela Vega. Por su elegancia al moverse, desde luego. “Y también porque es un tipo de heroína con un aliento anterior correspondiente a las heroínas de los años cincuenta, más asentadas en el enigma que en... lo genarowlandsdiano, otro registro que yo amo mucho pero que aquí no funcionaba, por los juegos de imágenes proyectadas y paralelas. El enigma es el recipiente perfecto para nuestras propias fantasías, deseos, temores...”.
La película no nació del personaje de Daniela Vega, sino de otro concepto: “¿Qué pasa si la persona que tú amas se muere en esos brazos, y esos brazos resultan ser el peor sitio para tu pareja muera porque por alguna otra razón tú eres la indeseada? Esa pregunta fue el motor, y en la escritura dimos vueltas hasta que llegamos a una transexual. No quise hacer una película de propaganda, sino de amor y pérdida”, dijo el realizador.
Para Lelio, la actriz elegida, cayó como anillo al dedo. “Es un caballo de Troya: el revestimiento de lo clásico, pero con un corazón hipermoderno, y en esos elementos surge una cuestión estética y ética que hace de la película lo que es. Al decidir la transexualidad de la protagonista, yo, que vivía en Berlín, investigué en Chile cómo sería su día a día. Dos personas distintas nos dijeron de Daniela, literalmente, que era fantástica. Tras la primera charla, yo salí transformado. Me voló la cabeza. Supe que no haría el filme sin una actriz transexual, y que Daniela sería nuestra asesora. Nos hicimos amigos por Skype. Poco a poco su presencia fue calando el guion. A mitad de la escritura sentí el segundo clac: Daniela era Marina. Ella además trajo una pregunta: ¿Qué es una mujer?”.
Para Canal 13, el director chileno comentó que el filme “sintetiza todo lo que se está discutiendo. Es una historia de amor que tiene en su centro a una mujer trans. También es una película que te desafía y que te obliga a tomar posición y a ponerte en contacto contigo mismo, en el sentido desde dónde estás tú mirando a este personaje y posiblemente a explorar tu propia elasticidad espiritual”.
La actriz
Por medio de la historia de Marina Vidal, personaje de Daniela Vega Hernández, exhibe cómo es la vida de una mujer transgénero en la sociedad de hoy, los prejuicios, la violencia, la negación y la exclusión que puede recibir alguien que, sin hacer mal a ningún otro, simplemente es diferente y vive lo que es en su vida pública, como cualquier otra persona.
La chilena Daniela Vega (28 años) se convirtió en la primera actriz transexual en participar en la presentación de la gala de los Óscar. Durante la ceremonia, ella dijo: “Quiero invitaros a abrir sus corazones y sus sentimientos y sentir la realidad. ¿Pueden?”.
Cuando tenía 14 años, Vega dejó su cuerpo de hombre. Estrenada en su figura femenina, no sabía qué camino seguir –si ser cantante o actriz–, ni tampoco tenía la posibilidad de entrar en el mundo del arte. En Una mujer fantástica demuestra sus dotes de cantante lírica.
Antes de convertirse en Marina, la actriz trabajaba como peluquera en un salón de belleza. Fue un golpe de suerte, el destino o la casualidad lo que llevó al director hasta ella, cuando este comenzaba a estudiar los personajes de Una mujer fantástica e indagaba en el mundo transexual en Santiago de Chile. En un principio, iba a tener el rol de asesora de la película, pero terminó siendo la estrella de un filme exaltado por el dolor, la intolerancia, la pérdida y el miedo a lo desconocido. Para diario El País ella declaró: “Los transexuales somos seres marginales. Se sufre mucho en la transición. Y ese dolor nos hace fuertes”.
Actualmente, Daniela Vega está escribiendo un libro para la editorial Planeta y prepara, además, dos personajes: uno para el cine y otro para el teatro en la capital chilena. (A. C. J.)
Fuentes: Internet y agencias