‘El trabajo más duro’

13 de Abril de 2014

Naomi Watts en su papel de la princesa Lady Diana.La actriz Naomi Watts interpreta a la tristemente fallecida Diana de Gales en el filme Diana, película que recibió críticas de varios sectores.

No es la primera vez que la estrella de King Kong (2005) da vida a un personaje real después de que en Fair Game (2010) interpretó a la espía Valerie Plame, en Lo imposible (2012) a María Belón, la española sobreviviente del tsunami que en el 2004 arrasó el océano Índico. Pero ahora los resultados distan mucho de ser los mismos.

En Diana, el filme biográfico dirigido por Oliver Hirschbiegel, Naomi Watts (45 años) encarna a la recordadísima princesa Lady Diana en sus últimos meses de vida. Para los especialistas, “es una película de obligada visión, aunque solo sea por satisfacer la curiosidad de descubrir cómo el cine aborda a la que ha sido una de las figuras más emblemáticas e incluso definitorias del siglo XX”. Tal vez por eso, porque viene recargada de todo lo que significó la Reina de Corazones, la cinta ha provocado altas cotas de venenosa mordacidad en la prensa británica.

“Al final hubo problemas (con la película) y acabó tomando un rumbo que no era el esperado”, dijo

Watts, quien se dio a conocer con la arriesgada cinta de David Lynch, Mulholland Drive (2001). “Cada vez que uno se arriesga sabe que puede caer. Y si hay que hundirse con el equipo, pues adelante”, admitió la estrella, madre de dos hijos junto con el también actor Liev Schreiber.

Son muchos quienes opinan que Naomi debió haberlo pensado más de una vez antes de aceptar el papel, puesto que a partir del anuncio que se hizo sobre la realización del filme “saltaron” los sectores más conservadores de Inglaterra, la familia real, familiares y amigos de Lady Di. Ante todo esto, la actriz tuvo la valentía de reconocer en público lo amargo que ha sido haber dado vida a quien fue la primera esposa del príncipe Carlos. “Unos días antes de comenzar a filmar me bajó un ataque de pánico, hasta que llegó un momento en que me dije la tengo, es mía. Fue el trabajo más duro de mi carrera. No la quise imitar, lo que me interesaba era captar su esencia. Pero me dejé seducir por un personaje tan fascinante”, admitió la actriz a la revista Harper’s Bazaar.

El resultado de esta fascinación estuvo muy lejos de lo deseado. Con una meticulosa labor de interpretación por parte de Watts, candidata al Premio Óscar en dos ocasiones por 21 gramos y Lo imposible, que trató de capturar en su trabajo todos los tics, expresiones y movimientos de la princesa, la cinta fue duramente criticada. De hecho, lejos de una nueva candidatura al Óscar lo que Diana le consiguió a Watts fue su nominación a los premios Razzie, una mofa a la famosa estatuilla que se concede anualmente a los peores trabajos cinematográficos.

Entre las críticas que ha levantado la película Diana existe cierta polémica sobre la veracidad de lo contado, una historia centrada en la relación entre la princesa de Gales y el doctor Hasnat Khan, presentado en la cinta como el amor de su vida. También fue censurada la ética de un filme que para muchos explotaba el nombre y la imagen de una princesa idolatrada por el público y que llegó a anunciarse con una valla publicitaria en el mismo lugar donde falleció en 1997, en un accidente de coche cuando intentaba huir de los paparazis.

En declaraciones a un periódico británico, el médico negó haber dado su aprobación al proyecto y aseguró que la relación íntima que refleja el guion y el libro en el que se basa, Diana, su última historia de amor, de Kate Snell, “se fundamentan en chismes difundidos por algunas amistades de Diana”, aclaró Khan.

El director Oliver Hirschbiegel, quien se encargó de narrar los últimos días de Hitler en El hundimiento (2004), reconstruye los años finales de la Princesa del Pueblo centrándose en su relación clandestina con el mencionado cardiólogo de origen paquistaní. En su defensa, el cineasta alemán reconoció, durante su estadía en el Festival de Cine de Zúrich, que su aproximación al relato era “deliberadamente poco británica, porque nunca ha temido molestar a alguien mientras busca en su cine contar una verdad sin adornos”.

Además, el filme sugiere que Diana empezó a salir con el empresario egipcio Dodi Al Fayed para dar celos a Khan, una tesis cuestionada por los allegados a la princesa.

De todas formas, la actriz británica criada en Australia aclaró la seriedad del filme. “Espero que si ven la película sientan que la hicimos de un modo respetuoso y sensible. Tratamos de representarla (a Diana) del mejor modo posible”, dijo Watts, quien reconoció que no sabía sobre la historia romántica de Diana con el cirujano, “por lo que me sorprendí bastante cuando leí el guion”.

Otra de las facetas que descubrió Watts es que la princesa tenía buen sentido del humor. “Contaba chistes bastante subidos de tono, no demasiado apropiados para una princesa. Y tenía una veta rebelde, lo que encontré muy admirable”.

Asimismo, la actriz resaltó las cualidades de Lady Diana. “Logró mucho con su trabajo humanitario; como su acción contra las minas antipersonales; también su apoyo a los enfermos de sida, fue la primera persona pública que aparecía tocándolos, no temiendo el contacto físico. Además, fue una madre excelente. Y en cuanto a su físico, era tan alta y guapa”.

Los próximos trabajos de Naomi Watts la devolverán al campo de la ficción, de nuevo junto con el director mexicano Alejandro González Iñárritu en la comedia Birdman y con Bill Murray en la también comedia Saint Vincent, de Van Nyus. (A.C.J.)

Cada vez que uno se arriesga sabe que puede caer. Y si hay que hundirse con el equipo, pues adelante. No la quise imitar, lo que me interesaba era captar su esencia”, Naomi Watts.

 

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