El actor detrás del simio

13 de Agosto de 2017
  • Andy Serkis.
  • En el estudio de grabación, el actor Andy Serkis da vida a César en El planeta de los simios.
  • En la trilogía dirigida por Peter Jackson, Andy Serkis da vida al Gollum, personaje inolvidable de El Señor de los Anillos.
Roslyn Sulcas | New York Times

Las monadas del actor Andy Serkis continúan en El planeta de los simios: La guerra, nueva entrega en la que el británico hace uso de la tecnología para dar vida a César.

El líder de las tropas camina lentamente a través de las filas de soldados, quienes se apartan respetuosamente, mientras él los mira con una expresión que combina ira, dolor y un propósito serio. Pero este no es un comandante humano. Es César, el simio que es el personaje principal de la franquicia El planeta de los simios (Planet of the Apes). La escena es de la película más reciente de la serie, El planeta de los simios: La guerra (War for the Planet of the Apes).

En La guerra, la frágil tregua entre humanos y simios se ha roto, y descubrimiento al siniestro coronel (interpretado por Woody Harrelson), cuyas primeras acciones ponen en movimiento una serie de eventos devastadores para ambas poblaciones.

César, el simio cuyas expresiones estamos viendo vía la transformación digital conforme reacciona a los actos asesinos del coronel y reúne a sus fuerzas, es interpretado por el actor británico Andy Serkis.

En la clasificación de actores de BoxOfficeMojo.com por sus ventas de boletos, Serkis está entre los 30 principales, superando a Brad Pitt y Daniel Radcliffe, entre otros nombres mucho más famosos. Sus películas promedian $ 125 millones en taquilla, más (por cierta distancia) de las de Samuel L. Jackson o Tom Hanks. Ha estado actuando profesionalmente durante casi 30 años y ha protagonizado numerosas películas, algunas de ellas exitosas como la trilogía de El señor de los anillos (The Lord of the Rings), King Kong (2005), La Guerra de las Galaxias: El despertar de la fuerza (Star Wars: The Force Awakens) y la nueva versión de Apes.

Sin embargo, para la mayoría de los aficionados al cine, Serkis, de 53 años, probablemente no es un nombre ni un rostro conocido, ya que se ha especializado durante más de una década en la creación de papeles a través de la captura de la actuación; una tecnología compleja que registra el movimiento y las expresiones faciales de actores humanos y luego meticulosamente las reproduce digitalmente para crear personajes fantásticos, como César, Gollum y King Kong.

César, escribió A.O. Scott en The New York Times en una reseña de Dawn of the Planet of the Apes, es “un papel que continúa redefiniendo la actuación en la pantalla en la era digital. Sus expresiones faciales y lenguaje corporal son tan evocadores y precisamente reproducidos que es imposible decir dónde termina el arte y empieza el exquisito artificio de Weta Digital, la compañía de efectos especiales”.

Esa ambigüedad ha sido fuente de mucha controversia en el mundo cinematográfico. Una campaña del 2011 por parte de 20th Century Fox para hacer que Serkis fuera nominado a un Óscar como mejor actor de reparto por Rise of the Planet of the Apes no ha convencido a la academia u otros grupos importantes de que la interpretación de captura de la actuación, como lo expresó Serkis durante una entrevista reciente aquí, “no es diferente” de cualquier otro tipo de actuación.

Un actor en un papel de captura de la actuación recibe un guion, trabaja en la psicología, las emociones y la motivación, y acude al set a ser filmado en exactamente la misma forma que cualquier otro personaje, dijo. “Esa actuación es usada para editar la película”, dijo. “Los efectos visuales reproducen el personaje, al igual que ponerle maquillaje, excepto que aquí sucede después del hecho. Es maquillaje digital si le parece”.

Serkis añadió que él no quería negar la “brillantez” del equipo de efectos visuales. “Pero los órganos que otorgan los premios no deberían discriminar diciendo que esto es diferente. Si no les gusta César, bueno, está bien, pero es un tema diferente”, dijo.

Sus inicios

Serkis tiene el cabello rizado oscuro, una complexión robusta y unos modales totalmente amistosos. Habla con un acento londinense poco propio de un actor, está casado y tiene tres hijos y pudiera ser el agradable vecino de al lado. Excepto que su vecino probablemente no ha estado personificando a un chimpancé durante los últimos cinco años, ni ha interpretado al Líder Supremo Snoke en Star Wars y a Ulysses Klaue en Avengers, mientras también dirigía Breathe (2017).

No planeaba ser actor, dijo. Uno de cinco hijos, creció en un suburbio del oeste de Londres; su padre era un ginecólogo de origen iraquí y su madre inglesa era maestra y trabajaba con niños con discapacidad. En su adolescencia, Serkis quería ser pintor, y después de la escuela empezó a estudiar para un título en artes visuales en la Universidad de Lancaster. Su plan requería un curso adicional, y eligió estudios teatrales, pensando que haría “carteles, sets y cosas”.

Vivía en Londres, consiguiendo papeles “decentes” en películas y en televisión, cuando su agente le llamó para hablarle de la audición para Gollum en The Lord of the Rings de Peter Jackson. Inicialmente, Serkis protestó: “Dije, no, quiero interpretar un papel real. Pero fui a la audición y pensé, no puedo hacer solo la voz, no soy esa clase de actor, y me subí en una silla e hice el sonido de un gato estrangulado que me sacudió todo el cuerpo. Eventualmente, recibí una llamada diciendo: ‘Peter quiere conocerte’”.

La trilogía de Ring, dijo, finalmente representó un “cambio trascendental” para la captura de la actuación y las imágenes generadas por computadora. “No éramos los únicos haciéndolo, pero todos parecen coincidir en que Gollum en Las dos Torres probablemente fue el primer personaje generado en computadora en que un solo actor estaba ofreciendo la autoría del papel”.

Después de trabajar en The Lord of the Rings durante tres años, dijo Serkis, supuso que su vida regresaría a ser la de un actor de teatro y cine “normal”. Luego Jackson le preguntó si le gustaría interpretar a King Kong. “Ese momento fue una epifanía porque me di cuenta de cuán enorme podía ser la captura de la actuación”, dijo. “Había interpretado a un hobbit de 90 centímetros de estatura y ahora un simio gigantesco. El actor en el siglo XXI tiene una herramienta que le permite transformarse totalmente en cualquier cosa que quiera interpretar. Es el fin del encasillamiento”. (I)

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