Curitiba: Casi la perdemos

16 de Marzo de 2014
  • El parque Baragüi es ejemplo del cuidado que Curitiba brinda a sus espacios naturales.
  • Treinta y dos de cada cien curitibanos utilizan todos los días la red integrada de transporte colectivo.
  • El emblemático ojo dentro del complejo del Museu Niemeyer.

Hace un mes, la FIFA confirmó que Curitiba sí acogerá cuatro partidos de la fase de grupos, incluido el juego Ecuador-Honduras, el 20 de junio.

De haberse ejecutado la dramática posibilidad de que Curitiba quedara fuera del Mundial Brasil 2014, debido a los atrasos en las obras del estadio Arena da Baixada, los ecuatorianos nos habríamos perdido la gran oportunidad de aproximarnos a una urbe que se destaca como ejemplo del desarrollo económico e industrial llevado con responsabilidad y organización.

Esa es Curitiba.

Por cuarenta años, la capital del estado de Paraná se ha sometido a varios proyectos de planificación urbana a gran escala concebidos para evitar el crecimiento descontrolado, a la vez que le han implementado un enfoque sostenible que ha visto descender su índice de criminalidad, mejorar el nivel de vida y ha frenado la contaminación.

Tal realidad provoca que la ciudad más poblada de la región sur de Brasil, con 1,8 millones de habitantes, presente un escenario donde la gente, la naturaleza y el espacio urbano convivan de una forma organizada.

La Curitiba del Mañana, tal como se denominó el plan de ordenamiento urbano que comenzó en los años 70, trabajó a partir de tres principios: transporte, vialidad y uso del suelo, los cuales transformaron a la ciudad en tres aspectos: físico, económico y cultural.

Los cambios físicos apuntaron a reordenar la circulación vehicular para que fluyera de manera más ágil, lo cual es aprovechado por un sistema de transporte masivo (tipo Metrovía) que es modelo internacional de eficiencia por reducir la contaminación. Otra idea fue la creación de parques en zonas baldías urbanas, con lo cual se previenen las inundaciones, se promueve el saneamiento, se mejora la estética paisajística y se brindan áreas de distracción a la población.

El cambio económico tuvo su bastión en la implementación de la Cidade Industrial de Curitiba (CIC Ciudad Industrial de Curitiba, actualmente Curitiba S.A.), parque industrial que hoy es responsable por 50 mil empleos directos y 150 mil indirectos.

El cambio cultural empezó en 1971 con la inauguración del Teatro do Paiol en un polvorín abandonado del Ejército, lo cual brindó espacio a artistas locales de diversas tendencias. Y dos años después nació la Fundação Cultural de Curitiba (Fundación Cultural de Curitiba), para actuar como facilitador para la producción cultural local.

La Fundação Cultural de Curitiba dispone actualmente de 150 espacios en 50 edificios por toda la ciudad; la prioridad es la descentralización de la cultura con el funcionamiento de bibliotecas, museos, cines, teatros, salones de exposiciones y talleres para atender a los artistas y a la comunidad.

Cultural y turística

Precisamente, los espacios culturales de Curitiba se han convertido en atracciones para los viajeros. Una imagen muy representativa es el gigantesco ojo del complejo del Museu Niemeyer, también conocido por sus iniciales MON. La fascinante arquitectura del museo alberga una exhibición de fotos, maquetas y croquis de las obras del arquitecto Óscar Niemeyer, artífice del perfil de Brasilia, así como un jardín de esculturas al aire libre.

El Ópera de Arame es un teatro levantado usando una estructura de tubos y placas transparentes que le dan el nombre de “ópera de alambre”. Desde 1992, el público puede admirar su forma circular construida junto a un lago artificial.

El teatro se ubica en el Parque das Pedreiras (Parque de las Pedreras), que alberga también la Pedreira Paulo Leminski, escenario con capacidad para 30 mil personas donde se han presentado artistas como el tenor español José Carreras y Paul McCartney.

La Pedreira y la Ópera se integran en un concepto urbanístico innovador que renovó canteras abandonadas y zonas destruidas.

El Memorial Ucraniano, localizado dentro del Parque Tingüi, es un sitio que testimonia la huella europea en Curitiba. Fue inaugurado en 1995 con motivo de la celebración del centenario de la llegada de los inmigrantes ucranianos.

Además del Tingüi, otros parques que demuestran la importancia que Curitiba otorga a la preservación de las zonas verdes son el Tanguá, el Barigüi y el impresionante jardín botánico.

Todos estos sitios muestran que si Curitiba perdía la sede de la Copa Brasil 2014, los ecuatorianos habríamos dejado de conocer la belleza de esta capital global de la planificación urbanística.

Fuentes: www.curitiba.pr.gov.br, www.curitibaciudadsostenible.webs.com, www.blog.deviajeabrasil.com, FIFA.

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