Reuniones ‘coloniales’

17 de Agosto de 2014

Las ciudades de Quito y Cuenca, ambas Patrimonio Cultural de la Humanidad, apuntan a desarrollarse como destinos de encuentros profesionales.

Al pensar en turismo, las ciudades del mundo a menudo aspiran a captar a legiones de viajeros de camisas floreadas y bermudas.

Pero tal visión resulta incompleta, ya que la Organización Mundial de Turismo detalla que el 20% de los turistas del planeta no usa camisas floreadas, sino trajes sastre, ya que son viajeros de negocios.

Es decir, existe un aproximado de 200 millones de turistas enternados (ellos con corbata y ellas con medias nailon) que anualmente se desplazan para celebrar reuniones, viajes de incentivo, conferencias y exhibiciones, por lo cual ese atractivo mercado es denominado MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions). Quito y Cuenca apuntan a ese mercado teniendo como elemento diferenciador sus escenarios coloniales.

Nuestra capital, líder

El sábado de la semana anterior, la ciudad de Quito obtuvo por segundo año consecutivo el galardón como Destino Líder de Sudamérica, otorgado por los World Travel Awards (premios del turismo mundial), entidad con sede en Londres que en el centro cultural Itchimbía entregó tales reconocimientos para candidatos de Centro y Sudamérica.

Patricio Gaybor, director técnico de la Empresa Metropolitana Quito Turismo, señala que de acuerdo con la International Congress and Convention Association (ICCA), en el 2013 Quito  obtuvo la posición 21 en Latinoamérica y Norteamérica como destino MICE,  mientras que a nivel mundial ocupó el puesto 90.

¿Cuáles son las fortalezas de la capital en este mercado? “Su posición geográfica como capital le permite ser sede de varias instituciones públicas locales, nacionales y regionales, asociaciones, empresas y corporaciones”, las cuales suelen organizar encuentros con profesionales de otras ciudades y países.

Esos visitantes que llegan quedan sorprendidos al observar un Centro Histórico que cuenta con edificios patrimoniales que ahora funcionan como complejos de reuniones, ferias, congresos y exhibiciones.

El principal quizá sea el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, cuyos seis salones y diversas salas ocupan los pabellones del que fue, hasta 1991, un importante hospital edificado entre 1901 y 1933.

Otro lugar de reuniones con toque tradicional es la iglesia y convento de San Francisco, el mayor complejo religioso de Sudamérica, construido desde 1536 y terminado 70 años más tarde. En sus siete claustros, adornados con pinturas de la Escuela Quiteña, existen numerosas salas de gran magnitud para encuentros de todo tipo.

Cuenca: encuentros ‘boutique’

La capital azuaya como destino de reuniones se destaca por la presencia de numerosos hoteles boutique con salones adornados bellamente con cielos rasos, balcones, pasillos y patios interiores de estilo colonial y republicano.

Juan Fernando Paredes, director de la Fundación Municipal Turismo para Cuenca, comenta que los esfuerzos públicos apuntan a ampliar tal oferta. “Una preocupación central de nuestra administración es la de articular todas las posibilidades que tiene el Centro Histórico de la ciudad” para generar un gran centro de convenciones.

Ese futuro complejo de reuniones se sumaría a otros que ya funcionan en la actualidad, como el Centro de Convenciones Mall del Río, que cuenta con un área de 4.000 metros cuadrados divididos en seis salones y una sala vip.

“Al estar dentro del Mall del Río, se da acceso a un patio de comidas, restaurantes gourmet, bancos, peluquerías, locales comerciales, compañías de taxis y líneas de buses”.

Otros lugares adecuados en la ciudad son el Centro de Convenciones Baguanchi y el hotel Oro Verde, indica Paredes.

Con tal infraestructura, Cuenca busca crecer en un mercado compuesto por viajeros que llegan para trabajar. Pero que después de participar en la feria, convención o el congreso que los llevó a la capital azuaya, estos profesionales sabrán despojarse de su elegante traje sastre para vestirse con sus camisas de turistas deseosos de recorrer este destino tan especial. (M.P.)

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