Las tumbas de la Irlanda antigua

02 de Abril de 2017
  • Newgrange es el principal monumento megalítico (de grandes piedras) de Irlanda, con más de 5.000 años de antigüedad.
  • Su entrada presenta rocas talladas con espirales.
  • Ruinas de la abadía de Mellifont, primer monasterio de la Orden del Císter en Irlanda, fundado en 1142.
  • Knowth, en el valle del Boyne, es un túmulo neolítico y una tumba de corredor que supuestamente datan de alrededor del año 3000 a.C.

El valle del río Boyne guarda construcciones ancestrales que guardan detalles de misterio.

Se llama Newgrange y es uno de los monumentos esenciales de Irlanda, ubicado en el condado de Meath, en el oriente de ese territorio insular europeo.

Newgrange tiene más de 5.000 años (más antiguo que la inglesa Stonehenge y que las pirámides de Egipto). Y cinco milenios más tarde, sigue maravillando.

Newgrange es, presuntamente, una tumba de pasadizo. Es decir, un gran montículo artificial de tierra con un ingreso que, a través de un pasillo, lleva a la cámara principal. Externamente, luce similar a nuestras antiguas tolas en Ecuador.

Cómo viajar hacia el pasado

No se puede visitar Newgrange directamente. Si el turista llega en automóvil privado, debe programar el GPS para que lo dirija a Brú na Bóinne (Valle del Boyne, latitud 53.694567, longitud 6.4463). Allí funciona un centro de interpretación que vende las entradas para el pequeño autobús que lo traslada a ese sitio arqueológico.

Sin embargo, la mayoría de los viajeros llegan a través de excursiones organizadas por turoperadoras que parten desde Dublín, capital de Irlanda.

Al llegar a Newgrange, los turistas se topan con un gran montículo de 80 metros de diámetro, reforzado con bordillos grabados en espiral. Los guías explican que, según opinan los expertos, Newgrange fue diseñada como tumba de pasadizo o como templo. En realidad, nadie lo sabe con certeza, lo cual mantiene el sitio cubierto con el misterio.

El paseo continúa con el ingreso al pasadizo, entre monumentos de roca (megalitos) tallados con arte rupestre y grafitis que se remontan al 1800.

El visitante atraviesa el corredor hasta arribar a una cámara con forma de crucifijo y observar lo que parece un iglú de piedra.

Ese santuario secreto es donde unos pocos afortunados (seleccionados mediante una lotería, de entre miles de solicitantes al año) se apiñan para ser testigos de la iluminación anual del solsticio de invierno, cada 21 de diciembre.

En ese instante, cuando la ingeniería megalítica y la naturaleza entran en una milagrosa sincronía, un haz de luz solar ingresa de manera directa por el pasadizo para terminar por inundar la cámara con su brillo.

Tan impresionante es ese espectáculo ancestral, que a todos los visitantes se les ofrece una simulación del solsticio, con un rayo de luz naranja que reproduce artificialmente el efecto.

El profesor M. J. O’Kelly y su esposa Claire, sus mayores investigadores, consideraron que la tumba está dedicada a esa celebración. Es más, el 21 de diciembre de 1967, en medio de las excavaciones el profesor M.J. O’Kelly observó de manera imprevista cómo un rayo de pálida luz invernal atravesaba el techo en la bóveda escalonada de la entrada principal, trasladándose a lo largo del corredor hasta inundar la cámara con un místico brillo dorado. Fue el primer solsticio de invierno presenciado por alguien en Newgrange en más de 5.000 años.

Más tumbas en el valle

Newgrange no es la única tumba de pasadizo en el valle del Boyne. Las más cercanas son Knowth y Dowth, que junto con el complejo de Newgrange fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1993.

Knowth, por ejemplo, es un túmulo neolítico y una tumba de corredor que supuestamente datan de alrededor del año 3000 a.C. y es considerado como uno de los más importantes en cuanto a su colección de arte megalítico, ya que allí se pueden ver más de trescientas piedras decoradas.

El montículo central de ese sitio tiene dos tumbas de corredor, a las que se pueden entrar por el oriente y el occidente, pero que los turistas no pueden visitar, aunque el acceso oriental puede observarse desde la cámara que ha sido excavada.

El valle del Boyne tiene más sitios para visitas obligadas, como la colina de Tara, elevación caliza con monumentos de piedra y que fue sede de los denominados Grandes Reyes de Irlanda (Árd Rí Éireann, en idioma irlandés tradicional), y el castillo de Trim, fortaleza anglonormanda construida desde el siglo XII y que sirvió de escenario en la película Braveheart (1995), del actor y director Mel Gibson.

Las ruinas de la abadía de Mellifont es otro punto importante del valle del Boyne. Es el primer monasterio de la Orden del Císter en Irlanda, un sitio católico fundado en el año 1142 por Saint Malachy y que marcó la introducción de Irlanda en el estilo de vida monástico ya presente en la Europa continental.

Su característica más inusual es su estructura con forma octogonal construida en 1210. Ese sitio realmente transporta a sus visitantes al pasado. Sin embargo, tales restos lucen como jóvenes (¡casi niños!) frente a la demás riqueza antigua que exhibe esa atractiva zona insular. (M. P.) (I)

Fuentes: www.ireland.com, Oficina de Turismo de Irlanda.

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